BLESSED [Klance]

Café

El silencio de la habitación comenzaba a agobiarlo. Miró a Shiro y sintió como el mayor también se sentía algo incómodo. Evitaba mirar a los ojos de Keith y observó que se rascaba en cuello repetidas veces.

-No puedo dejar pasar esto por alto. -se levantó y se puso frente  a su escritorio, mirando a Keith. Por fin una mirada de contacto- Pero tampoco es algo que deba repercutir negativamente en tu expediente. -se apoyó en la mesa.- Ahora serás mi asistente. Pasarás consulta conmigo, no estarás en el mismo grupo que Matt.-miró hacia otro lado.- Si queréis veros, que sea fuera del trabajo...-su voz sonó algo crítica.

-Yo... no se qué decir.-lo miró.- Casi parece un ascenso.-sonrió con dulzura. Shiro tuvo que  bajar la mirada al ver aquella sonrisa. Si, sin duda lo incomodaba un poco.

-Podría llamarse así.-arqueó la ceja.- Tienes potencial. No lo malgastes.

-Gracias señor.-dijo acercándose a él y tendiéndole la mano.

-No me llames, señor, me haces sentir viejo.-dijo con una sonrisa antes de darle la mano. - Ojala tuviera la juventud de algunos. -su voz sonó con añoranza.

-Se equivoca. No la necesita.-Keith sonrió de nuevo. Shiro se sonrojó un poco por encontrarse con la mirada de Keith.

-Sobre todo lo que me has contado antes... -se rascó la mejilla.- Si alguna vez necesitas hablar o... cualquier cosa... puedes contar conmigo. 

-Lo tendré en cuenta. Tampoco quiero darle dolores de cabeza-rió. 

Tras unos segundos, ambos se dieron cuenta de que no se habían soltado sus manos. Keith sintió un brinco en su corazón al verlo. Sus mejillas comenzaron a ponerse rojas, así que decidió que debía ser quien soltase su mano. Al hacerlo, dejó una pequeña caricia en la palma del mayor dibujada con las yemas de sus dedos. Sintió como si se quedase sin aire. 

El silencio se apoderó de la sala. Keith no sabía si debía irse o decir algo.

-¿Te... apetecería tomar café después del turno? -Shiro rompió el hielo.

-Ehm-eh-etoo-.Keith se puso nervioso. Se sintió algo rídiculo, parecía un bebe que no sabía hablar.- Cla-claro. 

-Bien, te veo esta tarde.-Shiro se dio la vuelta y se fue a su silla.

Keith también dio media vuelta. Al ir a abrir la puerta, recordó que había echado el cerrojo a petición de Shiro anteriormente. Miró de reojo hacia atrás, pero el mayor ya estaba ordenando papeles. ¿Para qué se lo había pedido? Sin duda, se había echado atrás, fuera lo que fuera.

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-Me gusta.-dijo la profesora observando el lienzo.- Tiene... algo que me gusta.-susurró.- ¿Qué es lo que intentas transmitir con él?

-Creo que cada persona... verá algo en él que le despierte sensaciones diferentes. -cambió el peso de pierna.- ¿Entonces... paso la prueba?

-Sin duda, Mcclain.-miró el cuadro.- ¿Quién es él? 

En el lienzo se veía a un extraño de pelo negro en una bañera, con un cigarrillo en los labios. En la cortina de la ducha, había pintado un interrogante en negro. 

-Es... nadie.-miró hacia otro lado. 

-Me gusta ese nadie. -la mujer sonrió.

Lance fue asignado al grupo A, donde entraban las jóvenes promesas. No estaba muy orgulloso de haber presentado esa obra. No sabía por qué había pintado aquello, simplemente era lo que se le había venido a la cabeza. Esa imagen era la que le había llevado a mover su mano con el pincel hasta recrear aquella escena. Sería mejor que nadie se enterase de quien era el chico que aparecía en su obra.