BLESSED [Klance]

Florecer

Keith sintió el blando del colchón contra su espalda, sonrojándose un poco al ver a los dos chicos acercarse a él. Matt se quitó la camisa, tirándola a un lado y subiéndose a la cama para empezar a desnudar a Keith, recorriendo su cuerpo con besos. Aun si tenía un fuerte deseo por él, lo veía como algo más. El pelinegro le gustaba desde hacía tiempo, y si esta era la única forma de acercarse a él, no tenía problema.

-Déjame hueco, Matt estúpido.-dijo Lance empujándolo suavemente, ya sin su ropa puesta, cogiendo la barbilla de Keith para besarlo de forma lenta, acariciando su cabello hacia atrás. No quería que el compañero de Keith le robara el protagonismo.

Keith suspiró al empezar a sentir la boca de Matt en su miembro, llevando su mano al cabello del chico para acariciarlo, mientras luchaba por seguirle el beso a Lance. Aquello lo estaba excitando demasiado, tener a esos dos dioses griegos para él era un completo lujo. Más de una desearía estar en su lugar.

La mano del cubano rozó el pecho de Keith, pellizcando suavemente su pezón. Recordaba lo sensible que era en aquella zona. Cogió suavemente entre sus dedos el pircing de éste, moviendolo y tirando con cuidado, notando el cuerpo de Keith temblar bajo él. La verdad, estaba mereciendo mucho la pena hacer aquello sólo por ver cuanto estaba disfrutando.

-E-esper.. ahh ~- jadeó , echando la cabeza hacia atrás al notar la lengua de Matt en su entrada, empezando a prepararlo para lo que venía. Abrió las piernas, subiendo la cadera para darle más espacio, siendo sus gemidos callados por la boca de Lance. Los besos se volvieron mordiscos, y el cubano comenzó a dejar una colección de manchas por el cuello y los hombros de Keith, que con su piel clara aun resaltaban más.

Los dedos de Matt se deslizaron hacia su interior, sacándole mas suspiros y temblores a Keith, que arañaba las sábanas y tiraba de ellas. Esos dos chicos, solo para él. Era un sueño.

Cuando Keith estuvo suficientemente listo, fue Matt el primero en tomar la iniciativa y entrar en él, haciendo que gimiera del gusto. Por su lado, Lance giró a verlo, celoso y con ganas de mandar a Matt lejos para ser él quien pudiera hacerle aquello. Obviamente pensaba después reclamar su turno.

De mientras, tomó a Keith de la barbilla para que éste se centrara en él y así robarle esos jadeos y suspiros con sus besos. 

-Vamos a cambiarlo de posición...-dijo Matt cuando ya llevaba un rato arremetiendo entre sus piernas.

-Me toca a mi.-exigió Lance antes de sentarse en la cama y tocarse los muslos, haciendo que Keith se moviera.

-¿Así?-dijo el pelinegro, sentándose de espaldas a Lance, como le pidió, dejando que el cubano tirase de sus brazos hacia atrás para sostenerlo, y así ser él quien baja y subía sus caderas para penetrarse.

-Buen chico.-dijo viendo aquella letra tatuada en su nalga.

Matt se puso de frente a Keith para besarlo y luego tiró de su nuca hacia abajo para poner su rostro contra su miembro, haciendo que lo chupara a la vez que Lance lo follaba. 

Keith jadeaba sin poder evitar que la saliva se saliera de su boca, mirando a Matt desde aquella posición. Se veía sumamente erótico, y le encantaba.

Trató de dar un grito al sentir el orgasmo llegar a el, salpicándole y generando corrientes electricas por su columna. Pero aun así los otros no pararon, buscando de nuevo sus orgasmos tan bien merecidos.

Durante varias horas, fueron cambiando de posición a Keith, turnándose para sentir su cálido interior , haciendo de él un desastre.

Cuando ambos estuvieron satisfechos, el pelinegro se dejó caer en la cama, casi sin poder respirar. Era como si hubiera corrido una maratón, apenas el aire llegaba al final de sus pulmones, y sentía sudor y más fluidos por su cuerpo.