Después de su partida [CAMREN] 2º Temporada De L.S.D.M.V.

Capítulo 26

Era broma, aquí está el cap...

***

Lauren iba conduciendo de lo más normal, Taylor iba en la parte trasera, Camila en el lado de acompañante, pero ella no estaba tranquila, iba pensando en las miles de maneras de cómo escapar con su hija, no quería que Lauren se enterase de que la había oído hablar por teléfono con su padre, ya que podría poner en peligro la vida de ambas, de pronto Camila recordó que no había visto su teléfono, tal vez lo había guardado Lauren, pero si le pedía y ella le negase, Lauren pensaría que Camila iba a sospechar, o por lo menos eso pensaba la latina, entonces preguntó;

- Lolo, no viste mi teléfono? Estoy segura de que lo tenía. -dijo ésta mirando a la ojiverde. Lauren no apartó la mirada del volante, pero se notaba preocupada.

- Yo... bueno, es que mientras bajaba las cosas, pues se me cayó de tu bolso el teléfono y sin querer lo pisé, quería comprarte uno nuevo, lo siento bebé. -se disculpó la ojiverde y Camila se sintió frustrada, ya que no iba a poder hablar con Dinah.

- Oh, que tan mal pudo haber quedado? -dijo sonriendo, haciendo creer a Lauren que no pasaba nada.

- Juzgalo tú misma. -repuso Lauren, sacando del costado de su puerta el teléfono, entregándoselo.

- Demonios! -exclamó la latina. - Cómo es posible? Lo pisaste quinientas veces sin querer? -exclamó furiosa la castaña, sin poderse contener.

- Lo... lo siento Camz, fue con el vehículo, cuando estacione mejor frente a la puerta, prometo comprarte otro bebé. -dijo la ojiverde con la voz triste.

Camila no entendía nada, Lauren no parecía querer hacerle daño, pero todo lo que oyó... sacudió la cabeza, es obvio que está actuando, sino, qué otra explicación tendría? Trató de encender el teléfono y éste encendió, Camila tenía esperanzas, pero que pronto desaparecieron al ver que en la pantalla sólo mostraban rayas a colores.

- Te presentaría el mío, pero se quedó sin carga, cuando lleguemos al aeropuerto vemos un teléfono nuevo o le ponemos carga al mío y lo usas, sí? -decía Lauren acariciando la mejilla de la latina con su mano derecha.

- Está bien Lolo, disculpa mi reacción, me puse nerviosa. -respondió Camila,  aparentemente tranquila.

- Ya vamos a llegar? Tengo hambre. -dijo de pronto Taylor y a Camila se le iluminó el día, podría usar el teléfono del lugar donde podrían quedar y alertar a Dinah y a la policía.

- Podemos quedarnos a comprarle algo a la niña? -dijo dulcemente Camila, Lauren sonrió y dijo;

- Creo que seré buena madre al final de todo, porque pensé en que nuestra pequeña podría tener hambre y por eso preparé sándwiches, están detrás de mi asiento, en una pequeña bolsa térmica. -informó a Camila. - Deja me estaciono y bajo a darle la comida. -finalizó la ojiverde, Camila sólo suspiró y asintió.

Lauren unos metros más adelante se estaciono al costado de la ruta, bajó y fue hasta Taylor, sacó lo que había en dicha bolsa y le pasó a la pequeña, acompañado de un jugo que parecía ser natural, en lo único que pensaba Camila era en que ojalá Taylor quisiera ir al baño pronto... pero nada de eso pasó, Lauren había vuelto a la carretera y pronto llegaron al aeropuerto, Camila observaba a todas partes, buscando la figura conocida de su padre, estaba alerta, en ningún momento bajó a su hija de sus  brazos.

- Todo bien? -le preguntó Lauren.

- Qué? -respondió Camila y Lauren preguntó de nuevo;

- Que si estás bien, te noto muy nerviosa Camz, pasa algo? -finalizó tomándole del brazo a la castaña, pero de manera cariñosa.

- Yo... sí, sólo me ponen nerviosa los aeropuertos, los viajes y esas cosas. -mintió la castaña.

- Que raro, pues tú siempre estuviste acostumbrada a éstas cosas, ya que tenías todo el dinero para hacerlo. -le respondió Lauren, con una sonrisa de lado. En ese momento su teléfono comienza a sonar y ella mira la pantalla y luego a Camila.

- Vas a responder? -dijo Camila acercándose a ella.

- Sí, es Vero. -respondió Lauren y contestó la llamada. Estuvieron hablando de tonterías y Camila dijo;

- Iremos al baño, ya regresamos. -cuando se iba a alejar, Lauren la sujetó más fuerte y dijo;

- Vero, seguimos luego, debo colgar. -segundos después colgó la llamada y continuó con Camila. - Voy con ustedes. -informó ésta y Camila achino los ojos.

- Qué? Acaso piensas que me voy a escapar o algo así? -le reprochó la castaña y Lauren negó.

- No, por qué pensaría eso? -dijo riendo. - Pero también quiero ir al baño. -concluyó la ojiverde. La castaña suspiró, pero nada podía hacer, excepto...

- Lolo, que pena contigo bebé, pero podrías ir a alguna tienda y comprarme toallitas higiénicas? Se me terminaron. -pidió encarecidamente la castaña, esperaba que Lauren no le salga con que los tenía guardado en los pantalones unos de reserva, porque de lo contrato no podría deshacerse de ella.

- Oh, claro amor, iré a... -en ese momento recibe otra llamada y vuelve a mirar a Camila, sin decir nada responde la llamada. - Sí, ya estamos aquí. -calló por unos segundos. - Vale, nos vemos. -colgó la llamada.

- Quién era Lolo? -inquirió Camila y Lauren dudó un poco.

- Mi tía... ya sabes, quería saber si ya habíamos partido. -respondió, pero Camila no le creyó.

- Entonces, me compras las toallitas? -insistió Camila y Lauren se puso seria, mirando por detrás de Camila, cuando Camila giró, se encontró con la figura de un hombre detrás de ella, nada más y nada menos que Alejandro Cabello.

- Hijita, tanto tiempo sin verte. -dijo sonriendo con malicia el hombre.

- Noo... -dijo Camila, miró a Lauren con lágrima en los ojos, Lauren seguía seria.

- Muy bien bollera, cumpliste con el trato, aquí está tu dinero. -dijo entregando un sobre a Lauren, ella lo tomó y asintió.

- Eres una maldita! -gritó Camila y las personas que pasaban por allí giraban a ver lo que ocurría.

- No te conviene hacer un escándalo hijita, o tu pequeña muere. -le decía Alejandro y Camila le escupió.

- Gritaré hasta que los guardias vengan y te alejen de mí! -gritó de nuevo Camila.

- Estúpida niña, nunca quisiste seguir mis órdenes, pero eso se termina hoy, esta mocosa terminará en la calle y tú terminarás encerrada en un sótano por el resto de tus días! -dijo con furia el gran hombre.