Disclaimer: Ranma 1/2 y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Esta obra fue creada sin fines de lucro.
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Había escapado. Se había escondido cual guerreo abatido maldiciendo su derrota, lamiendo sus heridas, recomponiendo su orgullo. A nadie parecía importarle su marcha. Daban por sentando que se largó a entrenar en algún lado, para mejorar alguna técnica, para preparar su venganza. Mas no era así. Esta vez era diferente.
Vio la desolación en sus ojos, el desamparo, la culpa. Y, en ese instante, supo que no debía dejarlo solo; que él necesitaba compartir el peso de la carga autoinfligida sobre sus hombros. Ella precisaba hacerle saber que no le importaba el resultado, que aún tenían mucho que mejorar. Que la culpa también era de ella por no ser capaz de defenderse. Que todo estaría bien si permanecían juntos.
Pero él huyo. La dejó desatendida en el lote baldío donde por poco pierde la vida, por segunda vez, con Happosai evaluando sus heridas. Mientras la sensación de pérdida crecía en su corazón. Sorda y ajena de los llamados del viejo maestro, corrió por él. Para consolarlo, para ahuyentar las condenas de sus demonios que, seguramente, lo estaban desagarrando.
En su desesperación buscó por todos los espacios donde comúnmente dormitaba, entrenaba o "mataba" el tiempo. La escuela, el arroyo, le dojo, los rincones de la casa. Nada. Parecía que se hubiese esfumado. Y casi sucumbe a la angustia.
Entonces recordó.
Ella sabía dónde encontrarlo. Por supuesto que sí. Siempre. En el mismo lugar.
El cielo estaba ensombrecido, cerrado férreamente al calor luminoso del atardecer. Bramando desgarrador el llanto de la lluvia que caía violenta desde las nubes, con el implacable viento desviando su camino. Y aunque amaba los días así, en esos momentos la atmósfera se percibía diferente. La sentía triste, dolorosa, terminante. Un obstinado desasosiego llenó su pecho y estómago, consumiendo las fuerzas de sus piernas y alentando el brote de sus lágrimas.
Tenía un mal presentimiento.
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—Ranma... —susurró insegura.
Sobre el tejado, justo arriba de su habitación, ahí estaba él, hecho un ovillo. Permitiendo que la lluvia castigara su cuerpo de mujer.
—Lárgate —gruñó amenazante, sin levantar la cabeza del escondite entre sus brazos.
—Ranma... —La peliazul aminoró la distancia, cautelosa. Con movimientos lentos y calculados—. Ranma, escúchame...
— ¡Desaparece de mi vista, Akane! —bramó rabioso, mirándola con el ceño fruncido y las facciones torvas.
Akane detuvo sus pasos, no por temor sino por precaución. No deseaba que se escabullera, Dios sabe donde, ahora que lo había encontrado.
—Por favor, Ranma. No fue tu culpa...
— ¡¿Es que estas sorda?! ¡Maldita sea! —La pelirroja irguió su postura en aire defensivo, alejándose un paso de ella—. ¡No quiero verte! ¡No a ti!, ¡no ahora! —gritó con desprecio.
—Todo acabó, Ranma. Estoy bien —habló serena, tratando de ignorar las punzadas de dolor tras su rechazo. Con toda la fuerza de voluntad que le quedada, moduló le tono de su voz por sobre la molestia de sus laceraciones. Debía transmitirle calma, seguridad, confianza.
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Step by Step
FanficPorque existen relaciones que avanzan poco a poco... paso a paso. Precuela de Ranma 1/2: Kizuato o koete.