Step#14

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Disclaimer: Ranma 1/2 y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Esta obra fue creada sin fines de lucro.  

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Estaba jodo. Monumentalmente jodido.

— «¡Mierda!» —profirió internamente, por milésima vez, mientras permanecía arrinconado en una esquina de la habitación.

No quería moverse, ni un milímetro, por temor a que cualquier perturbación la despertase; con su suerte, el ligero peso de una pluma sobre el piso la regresaría de la inconciencia. Aminoró el ritmo de su respiración incluso. Todo por evitar fallecer antes de poder excusarse.

¿Qué debería de hacer ahora? Ya no había marcha atrás, no podía retractarse. ¿Y si ella recordaba todo? ¡Joder! No se había detenido a pensar en la posibilidad que pudiese recordar sus anteriores conversaciones. Se dejó llevar por el momento, la situación, la desesperación o lo que fuese que fuere. "Metió la pata" de nuevo, aunque no con el mismo matiz que la vez anterior. Aquello era mucho más delicado, más definitivo, más significativo, más perpetuo. Había dicho lo que dijo e hizo lo hecho, y con ello pactó su presente y su futuro.

—«Sí ya lo sabes entonces casémonos.» —¡No, no!, demasiado denso para una casual noticia matinal, pensó con apremio ante sus posibilidades.

— «¡Ya está!, ¿a qué esperamos?» —¡Por supuesto que no!, se escuchaba muy autoritario. Impaciente quizá. ¿Desesperado? Desechó el pensamiento.

—«Iba suceder de todas formas, para qué hacerse el tonto.» —Parecía resignación.

—«Es por el bien de la escuela Estilo Libre.» —Eso sonaba como alguna especie de sacrificio. No era un mártir ni nada parecido. Y definitivamente finiquitar aquella promesa no sería un sacrificio.

—«No seas tonta, acepta la oportunidad que te brindo.» —Sumamente arrogante y despectivo, moriría por la bronca de su temperamento.

— ¡Maldita, sea! —susurró. ¡Nada que usar! ¿Por qué, con la anterior Akane, expresarse era soberanamente más sencillo?

Y es que cómo se le ocurrió proponerle matrimonio cual cita para beber café. Estúpido.

¿Se-seremos como mi papá y mi mamá? —preguntó curiosa, mas aún prevalecía en sus mejillas el color de la grana.

Así es —contestó sin poder evitar una sonrisa de suficiencia por ser capaz de avergonzarla como lo hacía ella con él.

¿Nos tomaremos de las manos cuando vayamos por helado?

Por supuesto que sí. —Ranma tomó las pequeñas manos guiándolas hasta sus labios, atreviéndose a besar sus suaves palmas—. Entonces, ¿qué dices? ¿Te casarías conmigo? —habló con léxico sedoso y ronco.

Akane lo contempló destilando ensoñación, sonriendo esplendorosamente con la pureza de sus emociones aflorando en sus níveas facciones. Jamás se sintió más emocionado. No degustaba nerviosismo, ni inseguridad, ni miedo. Se estaba rindiendo a ella, por fin el peso de su silencio se disolvía dentro de su pecho. Ya sea que su respuesta lo elevara hasta el cielo o la arrastra al infierno.

De acuerdo. —Decretó resoluta, condenándole a la libertad junto a ella. Eternamente. Se sintió un hombre nuevo, con un rozagante inicio por delante. Al fin tenía paz.

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