CAPÍTULO 5 ////SANGRE////

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Karenn es una de las personas a las que es imposible controlar.

Un día ella misma me contó que cuando era joven, una niña de ocho años, solía salir a escondidas de la casa donde se crió para jugar con los niños del pueblo en el que vivía. La única vez que la descubrieron fue Nevra, quien decidió no chivarse a su madre al saber su hermana muchas de su pillerías por el pueblo. Ahora, enfrente de mi, está dormida por obligación sobre su cama adornada con cojínes negros. Su rostro está tranquilo por ahora. Pero yo sé que, cuando despierte, no parará hasta enterarse de noticias nuestras. Las conseguiría fuera como fuera, de los métodos que contantasen o no en sus manos...todo por nosotros: su "familia" cercana en estos momentos.

-Rose, nos tenemos que ir.-dijo Nevra a mi lado, estirando una manta sobre su hermana.

-¿Tan pronto? ¿No podríamos...esperar?

-Imagina que se despierta.-susurro abrazando mis hombros ahora por detrás.-A los vampiros nos afecta poco tiempo la alquimia en su mayoría por nuestra resistencia. Vámonos.

-Mmm...-asiento insegura.

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[...]

-No entiendo el porqué tengo que venir contigo, pero me da igual.-refunfuño pasando entre la maleza con cuidado de no cortarme con las espinas de las zarzas.

-¿Enserio?

Su cara pálida y cabellos oscuros bien definidos sobresalían entre el verde del bosque. Las ramas de los árboles chocaban de vez en cuando contra mi cara. El suelo estaba repleto, al contrario, con hojas caída llenas de nieve. Mis botas se hundían en el suelo, por la nieve, y tenía que tener cuidado; cuidado de no tropezar. No podía permitirme el lujo de que Nevra cuidara de mi toda la misión al Pueblo Jiega.

-Todo esto parece tan sereno...tranquilo...-murmuro respirando el frío y sereno tranquilo.

-Sí, tienes razón.-responde él casi en un susurro.

Vuelvo a mirarlo esta vez dándome la vuelta con una mirada pícara.

-¿Qué es lo que vamos a tener que hacer en Jiega?

-¿A parte de trabajar como esclavos por Miiko?-se quejó pasándose una mano por los cabellos oscuros.-le doy una mirada severa y amenazante. Se encoje de hombros.-Perdón, ya dejo las bromas. Me olvidaba de que las bromas en el trabajo contigo están prohibidas.

Suspiro negando con la cabeza. Con la cabeza evito que otra rama me golpee en la cabeza. La muevo de nuevo haciendo a un lado mi pelo. Daba igual si lo tenía suelto o recogido, me tendría que duchar al llegar al albergue del pueblo, por lo que no importaba.

-No están prohibidas, Nev, solo las evito para poder concentrarme...

-"Porque soy muy distraída".-ha imitado mi voz de forma chillona.

-Calla, Nev.

Durante media hora de caminata por el bosque, siendo manoseada por ramas y zarzas que no he podido evitar por ser torpe, y soportando unas burlas peores que las de Ezarel, llegamos a un pequeño claro con espacio suficiente para descansar. Un árbol sin hojas y con nieve por las ramas estaba al final del barrando. Dejo escapar un suspiro mientras camino sin dudar hacia él. Este lugar era claro, literalmente, sereno y apaciguado; sin nadie que molestara excepto los chiste de Nevra.

No dejo de pensar en Karenn, y en lo que estaría haciendo en estos momentos para saber nuestra localización y mandar un Familiar para preguntar como estamos. Recuerdo la charla que tuvimos mientras su hermano estaba de misión y en camino hacia el C.G.

UMBRA -[Nevra] [ELDARYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora