El frío invadía las largas tierras de Eldarya. El invierno era duro en la Tierra, pero aún más para los habitantes del mundo de los Faery. Incluso los familiares, anteriores a la actuales residentes de aquellas tierras, tenían que invernar para mantener el calor en sus diminutos cuerpos; los minúsculos, por supuesto.
Los cuerpos grandes de los seres vivos, los Faery, tenían que abrigarse si no querían resfriarse con el extraño clima que se extendía más allá de lo que sus ojos podían ver. Sin embargo, cierta persona estaba sin problema, abrigada, por supuesto, frente al cerezo centenario, más allá del final de las escaleras, disfrutaba de su tiempo libro sintiendo como la brisa fría chocaba contra sus mejillas. A sus espaldas, se escuchó una especie de ladrido y de gruñido característico de cierto «perro» llamado Shaitan. Rosemarie se dio la vuelta esbozando una tenue sonrisa hacia el animal.
-¿Qué haces aquí?-preguntó agachándose a su altura.
Shaitan volvió a ladrar, pero esta vez de forma más tranquila. Vio un papel atado en una de sus patas y decidió quitárselo tirando de aquel hilo rojo que lo envolvía a su alrededor.
Lo leyó tranquilamente mientras se levantaba y escondía un mechón detrás de su oreja.
Pronto.
Con una sonrisa, salió corriendo seguida de can a sus espaldas hacia el interior del edifico del C.G para dar parte del contenido de la carta de Nevra, el líder de la Guarida de las Sombras. Frenó de golpe dándose la vuelta hacia el animal mirándolo con pena.
-Vuelve con Nevra.-susurró dejando que la tierra tragase a Shaitan para dejarla sola.
Volvió a correr siendo objeto de miradas extrañas y circunstanciales que se convertían en entendibles y socarronas. Jamon, que pasaba por allí con una caja en mano y su arma en otra, la miró sin comprender su motivación. Pero lo que nadie sabía es que aquella noticia había sido crucial para ella y para las investigaciones. Desde que el Gran Cristal se rompió y los trozos quedaron esparcidos por toda Eldarya, los habitantes de las tierras, en especial las Guardias, buscaban sin descanso para evitar el peligro que podía suponer al mundo. Nevra había sido enviado por Miiko as unas tierras alejadas del C.G como misión extraoficial. ¿Cuánto tiempo podía pasar ella sin que estuviera él?
Antes de entrar en la Sala del Cristal se sacudió las botas y el abrigo en la alfombra dejando que los trozos blancos cayeran sobre ella. Cuando estuvo lista, entró decidida.
-¡Miiko!-exclamó febril.
Miiko, acompañada de Leiftan, se giró hacia ella abriendo los ojos al ver la carta blanca asomando de sus manos.
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UMBRA -[Nevra] [ELDARYA]
Fiksi Penggemar----------------------------------------------------------------------------------------------------------- «-Tu eres la única persona que me ha importado de tal forma como me comporto. Y verte allí, tirada en el suelo, me hizo recapacitar sobre lo...