CAPÍTULO 13 ////CONOCIDOS////

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La Plaza Central se había llenado de puestos típicos de las ferias. Ramos de flores blancas entre muchas adornaban las farolas con graciosos ramilletes y guirnaldas en lo alto. Muchos de ellos habitantes del Refugio de Eel estaban vestidos como siempre y la pequeña minoría iban ya elegantes para el recibimiento del representante del Norte de Jade. Mis dedos jugueteaban con una pulsera que adornaba el conjunto de Purriry.

-Parece que a la gente le divierten los asuntos de Estado.-me dice Nevra mirando en todas direcciones para no perderse nada.-Mira -señaló a unos niños.-, a su edad ni siquiera me divertía tanto con los asuntos importantes. ¿De dónde sacan tanta energía?

Suelto una carcajada.

-Son solo niños. Tienen el mismo derecho que tú a divertirse con las cosas que los rodea.-defiendo agarrada a su brazo.-Recuerdo que a los seis años uno de nuestros familiares nos llevó a Adrien y a mi a un mercado para celebrar la Fiesta de Primavera. Tenías que verlas en Ithur: eran decoradas con flores, la gente vestía ropa de color después de mucho tiempo y se nos tenía permitido reír cuanto quisiéramos. A mi hermano se le ocurrió la idea de colarnos en los vestuarios de unos actores que iban a actuar para una obra y robarles la ropa. No recuerdo bien lo que pasó, pero no tuvo que ser bueno.-le miro a los ojos con burla.-Mi hermano y yo no éramos precisamente unos ángeles.

-Karenn tampoco era así.

Extiende la mano para arrancar una de las flores de una de las cientos de farolas decoradas; después me la da.

-Nuestra madre nunca deja de recordarnos cada vez que vamos como nos metíamos en líos siempre que teníamos oportunidad.

-Has dicho solamente Karenn...Antes no te habías incluido.

Frena de golpe pensando en su respuesta. Vuelto a reír soltando su agarre. Uno de los niños que corría se choca con mis largas piernas tambaleándose hacia atrás. Su piel es verde y viste ropas blancas y rojas para hacerle contraste a su tez y ojos, marrones como el chocolate. Lo sujeto por los hombros antes de que se caiga al suelo, llore y tengamos que disculparnos con Miiko como la mayoría de las veces que salimos y se celebra algo.

Hinco la rodilla contra el suelo y le suelto los hombros, cogiendo ahora con dulzura sus brazos sin querer hacerle daño.

-¿Estás bien?-le pregunto lo !as sensible que puedo.

-Sí.-tartamudea con lágrimas en los ojos.

Le muestro la flor que antes Nevra me había dado y sonríe. Se la coloco en el pelo ágilmente volviendo a levantarme.

-¡Gracias, señorita!

Sale corriendo sin que pueda responderle. Dejo caer la mano a mi costado sacudiendo la cabeza. Me doy la vuelta encontrando la mirada curiosa de mi acompañante fija en mi. Muevo los ojos rehuyendo su mirada sin comprender.

-¿Qué pasa?-pregunto yendo en su dirección.

-Eres demasiado vanidosa con todo el mundo.-arranca otra flor y me la entrega.-Imagina por un momento que fuera un enemigo infiltrado. ¿Qué harías en esa situación?

-Me hubiera dado cuenta.-respondo con simpleza encogiendo los hombros.

Volvemos a caminar en la misma dirección que teníamos prevista en cuanto vuelvo a su lado. Ahora me sentía culpable. ¿Y si hubiera sido verdad? Nevra tiene que comprender que no todo es una amenaza en cuanto se trata de mi punto de vista y de a mis alrededores. «¿Se sentirá aún culpable por lo de...?».

-Tú y tu manera de ver las cosas.-gira el único ojo visible que se le presenta.-En cualquier lugar hay peligros, y no siempre nos damos cuenta de que nos rodean.

UMBRA -[Nevra] [ELDARYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora