UMBRA -[Nevra] [ELDARYA]

CAPÍTULO 17 ////LAS DESGRACIAS DE LOS PADRES////

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[AL DÍA SIGUIENTE]

Le tiro una bola de nieve a Karenn directa a la espalda, aprovechando que hacía un muñeco de nieve algo deforme. No le ha la contado a Nevra, por motivos obvios del trabajo, lo que debía de ser mi responsabilidad informar; pero no importaba. De hecho, deseo no contarle eso hasta que el imbécil del representar del Norte se vaya y las cosas se calmen. He oído que muchos habitantes están revueltos por su presencia aquí, lo que me parece algo obvio si es un vampiro acostumbrado a los bancos de sangre libres. Antes se me había acercado Mery, y me dijo que su madre ambiente estaba revuelta por su presencia. No dije nada. Su madre era... muy liberal, para entendernos.

Recibo una bola de nieve de mi cuñada en el hombro. Pierdo el equilibrio y caigo hacia atrás, sobre una pila de nieve reunida para que se vean los caminos y lo vayamos directos al agua. Jadeo riendo -al igual que Karenn- escuchando como viene hacia mi dando zancadas sobre la nieve con sus botas negras decoradas con pompones rosas.

-Creo que te has caído -dice con una notable sorna.

-Yo también lo creo -le respondo.

Extiende la mano y la acepto encantada. Su mirada va a parar hacia mi vientre, arropado con una gruesa chaqueta negra y morado oscuro hasta las rodillas, para arrugar levemente el ceño. Qué no le hubiera contado a Nevra lo de mi embarazo no significaba que su hermana no tuviera derecho a saberlo; pienso que es un buen comienzo... Por ahora, creo. Lleva un brazo hacia mi vientre tocándolo con cuidado; luego sonríe enseñando las puntas de los colmillos.

-¿Cuándo se lo dirás? -pregunta acariciándolo. A penas puedo notarlo por el grosos de la chaqueta.

-He pensando decírselo cuando el representante del Norte se vaya. Prefiero que las cosas estén tranquilas que cínicas -informo-. ¿Piensas que hago bien?

-Nevra es mi hermano mayor, y lo quiero, pero tú eres parte de ella familia ahora... Y el bebé también; y también la quiero. Voy a respetar tu decisión hasta que me digas que ya se los has dicho.

-Gracias, Karenn.

Asiente con a cabeza. Suspira echando la cabeza y el cuerpo hacia atrás. De primeras diría que está cansada, pero conociéndola debe de estar impaciente por poder gritarlo a los cuatro vientos cuando antes.

-¿Sabes lo que saldrá? Digo, él es un vampiro y tú un Ángel Caído... No sois de la misma raza.

-Antes de irme a dormir fui a la biblioteca aprovechando que Nevra no estaba conmigo, sino hablando con Miiko y los demás. Cogí un libro que hablaba sobre las razas de faerys en Eldarya -comenzamos a caminar cogidas de la mano por los senderos visibles del estanque al lado del CCG. Karenn escucha atentamente casa una de mis palabras, cosa que me sorprenda sabiendo lo distraída y torpe que es... En cierta parte me recuerda a mi-. Nevra es un vampiro, sí, y yo soy un Ángel Caído, un desheredado de Dios. Por mis venas aún sigue corriendo la sangre de mis descendientes, es decir, los hijos de ese pequeño capullo. Un ojo nuestro significaría la unión de un demonio, por decirlo así, y un ángel; será un híbrido, un Nefilim.

-¿Todo eso te lo que leído está noche? Ahora entiendo el porqué estás en Absenta y no en Sombra u Obsidiana.

Le río la gracia asintiendo con la cabeza. Era cierto que podía leerme un libro entero en una sola noche dependiendo de lo que sucediera a mi alrededor. Ayer, por ejemplo, terminé el jodido libro porque Nevra no apareció por su habitación en ningún momento al estar hablando con Miiko y los demás toda la santa noche.