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c a p i t u l o  t r e s

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c a p i t u l o  t r e s

Algo molestó mis ojos me gire al otro lado, hasta que abrí mis ojos, y caí donde estaba, en la habitación de huéspedes de Lucas, la pieza se encontraba como en remodelación por lo que se veía.


Agarré mi celular debajo de la almohada, mi papá ni siquiera me había llamado o mandado mensajes, conteste algunos de mis amigas contándole de que había vuelto a Argentina.

Me senté en la punta de la cama y suspire, de la que me salvó Lucas, aunque me sentía mal por antes no haberle hablado o seguido la amistad cuando me fui de acá. Busque en mi valija ropa para cambiarme y mi cepillo de diente.

Salí al pasillo y la casa estaba completamente en silencio por decir que solo se escuchaban los pajaritos. Chino tenía una linda casa y familia y yo... Bueno seguía soltera como siempre.

Cuando salí de bañarme fui a peinarme en la pieza. Llevaba un short de jean y una camisa  larga, me coloque las zapatillas, iba a salir un poco de la casa y capaz si le decía a mis amigas podríamos encontrarnos por fin.

Tome mi celular y salí de la habitación. Eran a las 7:30 sí, me había despertado temprano pero yo no tenía la culpa que en la habitación que estaba la ventana no tenía cortina así el amanecer era como más o menos estar durmiendo arriba del techo.

Sentí ruidos en la cocina y fui. Lo encontré a Chino de espalda sirviendo café.

—Buenos días. —saludé entrando.

El se dio vuelta y me miro para sonreir apenas.

—Buen día. ¿Que haces despierta tan temprano? —preguntó sacando otra taza—. ¿Queres café, té, o algo?

—Café esta bien. Nada, no podía dormir más.

Lucas asintió y busco en la heladera algo para dejarlo en la mesa con un vaso y jugo de naranja, también saco tostadas, mermelada y casacrem.

—Servite. —dijo para ponerme el vaso de café enfrente mío.

—¿Vos? —pregunte y el me miro—. ¿Salís?

—Tengo que ir a entrenar. —contestó, comiendo una tostada.

—Cierto... —y mire rápidamente la remera roja que llevaba.

—¿Queres ir? —preguntó. Y yo reí—. ¿Todavia no te gusta eso de ir a la cancha eh?

Y negué tomando el café.

—Solo fui al del Barcelona, Madrid, y del cholo. Y fue solo porque mi papá jodió. —aclaré.

—Suerte. —murmuró él.

—¿Y Agustina? —pregunté.

—Duerme todavía. —dijo mirándome, asentí y se me quedo mirando unos segundos, lo observe, su el lunar del mentón y flequillo se le caía un poco a la cara. Divino.

—¿Que? —musite y me reí.

—No nada.

El resto seguimos en silencio. Era incómodo. Lucas habia sido mi amigo casi toda la secundaria. Bueno lo conocí en la mitad de la primaria cuando mis papas me habían cambiado de colegió y prácticamente mitad  de la secundaria también, en ese trayecto él y yo nos habíamos hechos mejores amigos, hacíamos todo juntos, pero eso fue hace tres años y medio bueno casi cuatro y ahora era raro.

Después de Lucas no tuve ningún amigo hombre como favorito, mujer sí, pero hombre no. Habia perdido contacto con el cuando perdí mi teléfono en el aeropuerto de España. El también habia cambiado su numero y los que había conseguido fue apenas de mis dos mejores amigas de acá. Y nose porque pero al llegar acá pensé en él, yo ni siquiera le había dicho a mis amigas porque me volví y la verdad se la conté a Lucas.

Pero ahora era todo diferente.

—Yo me voy, vuelvo al mediodía. —avisó interrumpiendo mis pensamientos.

—Bueno yo también, salimos juntos. —dije.

—¿Donde vas? —me pregunto.

—Voy a ver a Eva. ¿Te acordas?

—Como no acordarme de la loca esa. —río Chino.

—¿Queres que te lleve o te acerque? —pregunto mirándome, y no me negué.

En el camino Lucas se había soltado un poco más e iba a contándome cosas, como conoció a su novia y hasta ahora.

—Me alegro en serio por vos. —dije, Lucas estacionó el auto en la vereda del local que quede con Eva.

—Gracias. —dije y antes de bajarme el me hablo.

—¿Ariana?

Me di vuelta para mirarlo.

—Me gusta, que hayas vuelto. —sonrió y casi lloré, era lo mas tierno que me dijo.

—Aww chinito. Vamos a volver esos mejores amigos inseparables. —prometí. Y el me sonrió grande asintiendo.

Me acerque y le di un beso en el cachete, para abrir la puerta y salir.

—Suerte en tu entreno. —le dije afuera desde la ventanilla.

—Se dice entrenamiento. —corrigió él.

—Si lo que sea, nos vemos. —le tire un beso, el viro sus ojos y levanto su mano en forma de saludo, me aleje mientras sonreía contenta.

Por algo se empezaba, tengo que recuperar a mi mejor amigo.

Deja vu. | Lucas Martínez Quarta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora