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c a p i t u l o v e i n t e
—¿A vos te gusta chino?
Dios, no.
—¿Que? ¡No! —contesté rápido nerviosa.
Agustina me miro sin decir nada, estaba un poco no me creía y la otra sí.
—¿Por qué? —la miré—. Es amigo, somos amigos.
—Vi sus mensajes. —dijo directa.
Me muero.
No.
—¿Que? ¿Q..que mensajes?
Ella sonrió y me puso más nerviosa.
—Donde le decías te amo, y él a vos. —respondió.
Un peso se me salió de encima.
Apostaba todo que podía ser los mensajes desde ese día.
—Pero es normal. —traté de hablar y que no se noté que casi me cague de patas—. Es mi amigo, es decir lo conozco hace mucho y lo quiero mucho también. Un te amo no es malo en la amistad.
—Si... Bueno. —se arreglo el cabello y miró para otro lado—. Capaz lo intérprete mal, tenés razón. Perdón
Asentí re sonriendo pero estaba totalmente muerta por dentro ¿como no me di cuenta que ella podía llegar a leer los mensajes?
—Esta bien, te entiendo. —le dije más tranquila, ella asintió con una mueca.
—Perdón, en serio. Es que ya sabes... Bueno, disculpa. —asentí ya no sabía que hacer, levantó su mano y se fue.
El susto que me pegué.
¿Que clase de señal para que yo me vaya era esta? Una muy grande.
Me quedé pensando un rato en la cocina hasta que salí con la gaseosa y fingiendo una mueca que todo estaba bien, de reojo vi que Agustina estaba con su hermana y Bauti, fui derecho a Eva, aunque moría por contarle no lo iba a hacer ya que era capaz de pegar gritó o darse vuelta a mirar a Guchi sin disimular.
Tipo doce y media se empezaron a despedirse, Eva me dijo que se iba con Gelmini que le llevaba y yo volé a la pieza.
Eran las dos y media de la mañana y yo no podía pegar un ojo, todo esto me daba vuelta la cabeza y tenía miedo a la vez tenía miedo de qué Agustina se enteré y arruinarle todo a Lucas, que no sabía muy bien que quería. O que le pasaba.
