c a p i t u l o v e i n t i s e i s
Antes que pueda abrir el portón de casa, mamá abrió la puerta y sonrió automáticamente, cierro el portón y camino a la puerta donde ella me abraza fuerte.
—Te extrañe, hija. —dice todavía abrazándome.
Por un momento olvidó a Lucas y a los problemas familiares y también la abrazo.
—Pasa, estaba esperándote, ni bien escuché el ruido del auto pensé que era acá.
Sonrió y entro a casa, me quedo observando porque todo esta igual a como la última vez que vine, un año, porque a pesar que fui a vivir con mi papá venía a visitarla cada tanto.
—¿Mi habitación sigue igual? —me ánimo a preguntar.
—Tapado, como siempre. —me dice y vuelve abrazarme—. A ver te ayudo.
La dejo agarrar mi valija y la pone en el centro del living, camino y dejo mi bolso en el sofá.
—¿Me ayudas a cocinar? —pregunta y asiento siguiéndole.
Era raro mi mamá se notaba muy alegre. Demasiado. O tal vez simplemente me extraño.
La cocina estaba algo desastrosa a decir verdad.
—¿Y la mujer que te ayudaba? —pregunto curiosa.
—La deje ir. Sólo vivía yo y algún día iba a tener que aprender a vivir con eso, pero si vos vas a vivir conmigo apartir de ahora la voy a llamar nuevamente o a otra... —dice sonriendo, prueba de la cuchara de madera—. Siempre siento que le falta algo, pero no puedo ponerle tanta pimienta.
Me río y me acercó a abrazarla.
—Te extrañe mucho, ma. —suspiro.
Cuando me separo me siento en la mesa y la miro cocinar, sacó mi celular y observó que entraba una llamada de Lucas, la rechazo rápidamente y entro a wpp, y si, tenía muchos mensajes de el, los leí sí, decían mucho que no tenía idea de que agustina estaba embarazada y varias cosas mas, sin dejar pasar que me decía que todo lo que me dijo la noche anterior era verdad, no sabía que pensar e hice lo primero que se me cruzo en la cabeza, bloquearlo.
—Ari, nosotros tenemos un temita pendiente. —levanto mi cabeza y mi mamá me miraba algo seria ya.
—Sí, sé. —le dije.
Y ahí iba esto ahora.
•••
Agradecí totalmente volver, mamá me había ayudado a despejarme la cabeza por el resto de ese día, además que aclaramos la situación. Mamá sabía todo, aun así me dijo que había perdonado a papá hace mucho tiempo, no lo podía entender. Mi papá prácticamente le había cagado de la manera peor posible, hasta teniendo otra hija que solo era tres años menor que yo, el colmó.
Aunque no podía llegar ver ningún rastro de remordimiento en la cara de ella, la admiraba es mas hablaba bien de papa después de todo. Me hacía más raro que ella después de todo no rehizo su vida, claramente le pregunte y me dijo que se sentía bien así, sola, de paso tirando palos a mí que lo experimente, claramente mi mamá tenía un concepto alejado de mí, ya que estaba sola hace como casi un año y justo con la persona que quería intentar tener algo serio ya había sido cancelado.
Y llegamos al tema de Lucas inevitablemente, ella no podía creer que seguíamos manteniendo la amistad de muchos años después de irme, le invente un chamuyo. No iba a decirle «no ma, en realidad no pasa nada, tampoco mantuvimos la amistad, lo busque porque no sabía donde quedarme mientras vos no estabas y bueno... chapamos y el resto es historia. ah, y su mujer con la que va a tener un hijo seguramente me va a mandar a hacer un paye”. Solo le dije que seguimos haciendo amigos y en fin.
Creía que estaba bien, tipo que no me afectaba el no estar y no verlo más ya a chino apartir de ahora, lo creía hasta que mis amigas vinieron y prácticamente me obligaron a que lo suelte SÍ, cuando yo le decía que no era necesario, lo hicieron igual y terminé llorando.
Llegando a la conclusión que a él único chico que de verdad quise siempre fue a Chino, con el cuál nunca iba a ser posible nada. Literalmente hicieron que caiga a la realidad y me volví depresiva, por decirlo así. Pase los tres días llorando por Lucas, cosa nunca visto por mi parte. Con el pensamiento de desbloquearlo a Chino y hablarlo, aunque el seguia llamándome y mandándome mensajes, diciendo que iba a venir a buscarme para hablar.
—¡Dale Ariana! Dejate de joder boluda.
Eva me miro mal entrando a mi pieza con una bolsa en su mano, y la tiro en mi cama.
—Hace tres días estas toda arruinada llorando ahí. —bufo Luciana—. Tenes que estar buscando un pibe nuevo para distraerte.
—¿Que es comida? —pregunté mirando la bolsa.
—No gorda de mierda. Te compramos un chip nuevo. —soltó Eva y fruncí mi ceño—. Así te liberas de las llamadas de Lucas.
Frunzo más mi ceño. Y niego con la cabeza.
—¿En serio tengo que hacer esto? —pregunto.
—Si querés que sigamos siendo tu amigas, sí. —sonrió amplió Luci, y se sentó en la cama.
—Bueno... —me rindo tan facil.
—Apartir de ahora ya no existe más chino. —dice seria Eva y quiero reírme.
—En serio Ariana. —me mira mal Luciana y dejo de reirme—. Ya fue, va a ser papá, de nuevo y vos te mereces algo mejor, además de qué... ¿Para que queres meterte con alguien que ya tiene hijos? No, me hace increíble que llores por alguien que va a tener hijos.
—Bue, bueno... —me recosté por la cama—. ¿Cuanto es mas o menos la superación de alguien que queres, posta? No me pasó.
Eva hace que piensa pero en realidad no piensa nada.
—No sé, pero vos vas a empezar hoy. —me dice y no entiendo.
—¿Hablaste con tu papá? —pregunta de repente Lu.
Y pienso, sí. Volví a hablar con mi papá y lloré a escucharlo disculparse por haber ocultado todo, como se notaba que estaba en mis días.
—Te lo tiro... Por tirar, no es algo que yo quiera porque me gusta que estes de nuevo acá Ari, pero... —ella mira Eva y luego a mí—. Si no superas a chino y seguís así tirada en la cama todo él día... ¿No te vendría bien volver a vivir con tu viejo nomás?
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Deja vu. | Lucas Martínez Quarta.
Fanficque te guste alguien, te enamoras y que después te das cuenta que a esa persona no le pasa lo mismo ¿te paso, no?