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c a p i t u l o v e i n t i c u a t r o .
Eran las dos de la mañana y yo estaba en la balcón de chino, sentada tomando café, sí.
Después de finalmente hacerle caso y quedarme unos días más mi mente había estado trabajando a full con miles de pensamientos, todo sobre esto.
Al intentar acostarme y dormir, no pude, así que me levanté y fui a hacerme café para salir y pensar. Todo estaba en silenció total, la única loca en remera y medias afuera con este fresquito era yo.
—¿Que hacés acá?
Miré detrás mío y chino estaba en la puerta del balcón con la cara de dormidito. Mi amor.
—No podía dormir. —respondo y lo miro, estaba en cuero y solo con esa maya que me encantaba como le queda, su v era muy notorio así que suponía que no tenía nada debajo—. ¿No tenes frio?
Él sonríe porque se dio cuenta que lo escanee más o menos y niega.
—Vamos adentro Ari, podes enfermarte acá.
Observó otra vez el silenció, agarró la taza y me levantó ya estuve mucho tiempo afuera, lo que menos necesitaba era enfermarme.
Cierra la puerta del balcón después de que entró y me sigue detrás.
—¿Que estabas tomando? —pregunta.
—Café. —entramos a la cocina y voy directo para calentar un poco más—. ¿Vos?
—Salía del baño y sentí frío. —dice y se recuesta por la isla con los brazos cruzados.
Después de eso no lo miro más y me siento en la alacena, justo alado de la cafetera cosa de apagarla cuando éste.
Y silencio entre los dos.
—¿Te pasa algo? —pregunta, levantó mi cabeza para mirarlo y niego.
Él me mira y sé que no me cree.
El café esta y vuelvo a servir en la taza. Tomó en silenció mientras muevo mis pies chocando y haciendo ruido leve con las puertas de la parte de abajo de la alacena.
Llega un momento que me molesta el silencio y dejo la taza en la mesada con la mitad del café. El ruido de la taza hace que Lucas me miré.
—Creo que me gustas mucho. —tiro directa.
Notó la esquina de los labios de chino levantarse.
