Parte sin título 22

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Como tenía planeado Kagome, una vez que se separó del ojiazul, se dispuso a interceptar a la profesora de Historia, misma que prácticamente entraba a su salón...

—Profesora Itzuno, ¿me permitiría un momento? — suplico a la profesora; ella era de estatura mediana, piel blanca, delgada y grandes lentes.

—Claro, Kagome, ¿Qué se te ofrece? — aceptó amablemente, se podría decir que la joven frente a ella, era de sus alumnas favoritas.

—Solo pedirle, por favor, que me permita cambiar de equipo— hizo un gesto de súplica, Kagome sabía que la docente le tenía cierta estima, por lo que creyó que accedería.

La maestra suspiró cansada —Lo siento... pero no puedo hacer nada al respecto.

Esa respuesta no se la esperaba, por lo que trató rápidamente de replicar —pero... Kouga aún está sin equipo, yo bien podría.

—No, tu compañero está asignado junto a Ayame... lo siento, y como le informé al joven Taisho, las parejas fueron asignadas y ya pasé la relación a las oficinas de la dirección. No hay nada que hacer al respecto.

«¿Inuyasha? Qué raro...» Kagome giró su rostro hacia a un lado, suspiró totalmente derrotada —Entiendo... gracias de cualquier forma.

—Kagome, esto es importante, están por terminar el semestre, te sugiero que se tomen en serio el tema, es gran parte de su calificación— mencionó preocupada.

—Eso haremos— aseguró, aunque no sabía si sería fácil.

La profesora sonrió tratando de animarla, no podía ser tan malo un trabajo en equipo —Anda, entremos— le indicó.

Así ambas entraron, «Solo espero que esto no me acarré más situaciones como las de anoche» pensaba la azabache al mismo tiempo que volteaba a ver al ojidorado, con ciertas dudas... ¿para qué hablaría con la profesora? y ¿cómo serían las cosas desde ahora?

Inuyasha la observaba atento desde que la vio ingresar, pudo notar su mirada dirigida a el mismo, a pesar de hablar con la profesora tratando a toda costa que no le permitiera a Kagome lo que tenía planeado, ella se le había adelantado, informándole para su suerte que los integrantes no podrían modificarse, hecho que agradeció infinitamente, aunque no a la catedrática. Todo eso lo tenía sumamente confiado, ahora solo necesitaban estar cerca, enfriar las cosas y volver a insistirle. Bankotsu no se la iba a quedar tan fácil.

Por suerte, para la azabache, la clase sería de otro tema, por lo que no tuvo que tomar asiento junto al peliplata, ellos tendrían que trabajar juntos fuera de la escuela... una vez que terminó la misma, decidida se acercó a Inuyasha, no estaba dispuesta a ceder, por lo que quería dejar las cosas en claro.

—Como te habrás dado cuenta, no nos queda otra que trabajar juntos— habló al llegar junto a él, permanecía parada.

—Lo sé... nos guste o no.

Kagome esperaba otro tipo de respuesta, no esa fría, Inuyasha ni siquiera volteó a verla— ¿por qué hablaste con la profesora? — preguntó con cierto interés...

— ¿Por qué crees? — regresó la pregunta fastidiado— No pienso obligarte, Kagome. Para pedirle lo mismo que tú— mintió y se levantó de su lugar, quedando de frente a ella —. A mí tampoco me entusiasma mucho trabajar en estas condiciones — la veía a los ojos.

Kagome suspiró rendida —Inuyasha, sabes que esto es sumamente incómodo. Busquemos información por separado y después armamos el proyecto juntos— pidió pues ya no les quedaba otra opción más que seguir juntos en el proyecto.

Mi razón para sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora