Sus ojos chocolates se fijaron a la distancia, en el chico de larga trenza que había sido entretenido por una de sus compañeras de clase al salir de la Universidad, no pudo evitar sentir una molestia al verlo cargar el pequeño hijo de la misma entre sus brazos. Fijó sus ojos en el volante del coche donde ella lo esperaba, habían pasado ya cuatro años desde que comenzaron a vivir juntos y todavía no terminaba de aceptar el hecho que nunca serían una familia completa. La nostalgia invadió sus ojos mientras devolvía la vista al joven que entregaba con cierta prisa al pequeño a los brazos de la madre y se apresuraba a su encuentro.
—Esa niña, Sora, le gustas— le aseguró antes de siquiera saludarlo, una vez que el joven ingresó al auto que ella se disponía a arrancar.
—¿Te parece? — preguntó sin mucho interés el ojiazul, dando un fugaz vistazo a los papeles que tenía en sus manos.
Kagome volteó a verlo ligeramente molesta, pues no entendía la manera tan poco seria de tomar la conversación —Sí, ¿qué no lo has notado? — añadió secamente.
—En realidad, no, aunque no es algo que me interese— mencionó ciertamente, pues si bien su joven compañera era atractiva y le simpatizaba, no la veía como algo más, poco le importaba el hecho de que fuese madre soltera; sino que él, ya tenía una relación —. ¿Celosa?— preguntó, pues el tono de la azabache le causó esa ligera impresión.
—Sí, claro, como digas— respondió irónicamente haciendo sonreír al ojiazul y optó por dejar el tema, no quería dejarle ver lo que realmente le molestaba.
—¿Te pasa algo? — preguntó fijando sus ojos en ella, dejando de lado las hojas que sostenía. Últimamente no era extraño ver a Kagome molesta o en ocasiones triste.
—No, ¿qué habría de pasarme? — mencionó sin quitar la vista del camino — Entonces, ¿lo hiciste? — preguntó cambiando el tema y volteando a ver el folder que aun sostenía el joven.
—Sí, creo que es lo mejor. Desde hace un año que renuncié a la beca para poder jugar profesionalmente, así que puedo terminar la universidad después— dijo simplemente, pues estaba a menos de un semestre de terminar sus estudios, pero el equipo de la ciudad le había hecho la oferta de jugar de manera profesional, siendo de los jugadores más jóvenes en la liga. Aceptó casi de inmediato, pero ahora debía cumplir con ciertos compromisos que lo obligaban a salir de la ciudad y no podría asistir con regularidad a sus clases, por dicha causa había puesto en pausa sus estudios, ya los retomaría más adelante pues era algo que también le interesaba y no pensaba dejar inconcluso.
—Bien, supongo que no tendrás problemas con eso— le comentó, pues era un tema ya hablado entre ambos. El camino de vuelta a casa fue llevado con la música que la radio sonaba y alguna plática de interés común.
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o.o.o.o.o.o.o
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Las semanas pasaron de prisa, Bankotsu tenía que estar fuera desde los jueves por la mañana hasta los domingos temprano, pues sus concentraciones para los juegos nocturnos de los sábados le exigían esos días completos, mientras Kagome quien ya había terminado su carrera, ocupaba sus días en un despacho legal que junto a otras dos compañeras habían abierto.
Un miércoles por la tarde-noche después de tomar un baño se encontraba Kagome recargada en el balcón con vista a un gran parque que tenía el departamento donde ellos vivían, usaba ya su pijama tipo seda que constaba de un pequeño short y una blusa de tirantes, ambas piezas en color beige y holgadas. Su mirada perdida en un punto de dicho parque, sus pensamientos o sus preocupaciones, seguían siendo las mismas «Algún día tiene que pasar... Bankotsu deseará una familia y yo no podré dársela.» Ese pensamiento la atormentaba día y noche, tenía casi veinticinco años y varias veces al estar él dormido a su lado, lo observaba y sentía la necesidad de ver, lo que ella creía, sería el fruto de su amor... era su más grande deseo, tal vez por el hecho de saber que no lo lograría y se maldecía por ello, Kagome se culpaba y cargaba ella sola con eso.
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Mi razón para sobrevivir
FanfictionEsta historia cuenta la vida de Kagome Higurashi, una joven con una vida complicada, con una madre alcohoica y un padre ausente. Kagome cae víctima de una cruel apuesta y su prestigio y dignidad quedan por los suelos, pero ésto sólo la llevará a cam...