-18-
Una vez que Sango salió de su salón, Kagome se despidió de Inuyasha sin más, y así ambas chicas se retiraron al igual que todo el alumnado. Bankotsu y Kagome ni siquiera se voltearon a ver después de los incidentes ocurridos en el día.
...
Una vez en casa, la azabache se encerró en su habitación, se recostó sobre la cama, con los brazos detrás de la cabeza, pensaba en cómo cambiaron las cosas, lo que pasó después del escándalo que se desató en la escuela por lo de Inuyasha y cómo por suerte no se vio en problemas ni en la escuela ni en su casa, donde ni siquiera se enteraron... aunque su tía no tenía derecho a reclamarle, en dado caso, lo haría su mamá; pero ella no estaba. Suspiró.
—Inuyasha — susurró «Todo comenzó con tu llegada»
No olvidaba lo mal que la pasó durante ese tiempo, irónicamente el que estuvo con ella fue ese joven engreído que tanto la confundía... «Bankotsu...» aún recordaba esa noche en la playa. Cerró los ojos y recordó lo que sintió al estar entre sus brazos... pero inmediatamente después vino a su mente Sara, otra vez.
—Soy una tonta, la estabas besando— se dijo molesta, levantándose de golpe de la cama. Ese recuerdo la mantenía enojada, —. Además... — recordó lo que la tonta chica le dijo, no sabía por qué la molestaba tanto saber que ellos dos llevaban una vida de pareja, era obvio, en esa época era normal por así decirlo... aun así, no necesitaba saberlo, no quería saberlo... eso solo logró infundirle más celos ¡como si los necesitara!
Otro largo suspiro escapó de sus labios, esta vez fue de resignación... «sí... si me gustas mucho Bankotsu» aceptó internamente... ¿y ahora qué haría? ¿Por qué no podía dejar atrás su orgullo y ser sincera? ¿por qué? La respuesta era obvia: miedo a ser lastimada nuevamente... y nadie podría culparla por temer.
Se levantó cansadamente de la cama para sentarse frente al tocador, apoyó su cabeza en sus manos y se vio a los ojos, de verdad se daba pena; ella ahí reconociendo que si le gustaba el moreno y él, seguramente ni pensaba en ella... «soy una tonta»
— ¡Basta ya de tonterías, Kagome Higurashi!— se dijo y se dispuso a hacer algo de provecho, después de todo tenía mucha tarea como para seguir con su tonta actitud.
...
Con la llegada de un nuevo día, Kagome seguía preocupada por su amiga Sango ya que la "estúpida inconsciente" como le llegó a decir en su cara, seguía de necia con lo de mañana por la tarde, para ella era un riesgo innecesario.
—Basta ya, Kagome... no es la primera vez que lo hago, no me ha pasado nada y no me pasará— de verdad la castaña se comenzaba a impacientar con la azabache, pero de cierto modo la entendía Kagome no estaba acostumbrada a sus actividades.
—Pues yo no te apoyo en esto.
—¿Entonces no asistirás? — preguntó volteando a verla.
—No estoy loca, Sango. No pienso verte arriesgando tu vida.
—De verdad que exageras, Kagome, pero cómo quieras... no vamos a discutir por eso— le sonrió abiertamente.
Kagome solo negó con la cabeza, Sango era tan necia, como ella sola.
...
Una vez en el plantel, las clases corrieron sin mucho que contar, el moreno y la azabache se cruzaron en algunas ocasiones y ni siquiera se volteaban a ver.
En cambio, Inuyasha poco a poco comenzaba a acercarse a Kagome, esa chica de verdad se le metió en la piel, en definitiva lo cambió, él era un chico que disfrutaba en extremo la compañía de chicas a su alrededor, siempre con sus dotes de conquistador; pero con ella, simplemente fue diferente... tal vez la culpa de los malos momentos que Kagome pasó por él, o quizás el haber sido el primer hombre en ella, no sabía, lo único era que le gustaba mucho, lo atraía físicamente y estúpidamente sentía haberse enamorado de ella... no pensaba perderla... y no sabía hasta qué punto el imbécil de Bankotsu podía importarle a su Kagome, pues aunque nadie lo notara, él si se daba cuenta de las miradas que se daban... o ella le dedicaba a él, aunque éste no se percatara.
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Mi razón para sobrevivir
FanfictionEsta historia cuenta la vida de Kagome Higurashi, una joven con una vida complicada, con una madre alcohoica y un padre ausente. Kagome cae víctima de una cruel apuesta y su prestigio y dignidad quedan por los suelos, pero ésto sólo la llevará a cam...