Parte sin título 27

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Los días contrariamente a lo que Kagome creía pasaban rápidamente... ya habían pasado dos semanas desde ese viernes en que la relación con Bankotsu había sido finalizada por él mismo. Los primeros días fueron difíciles, la mayoría de las noches durante la primera semana se dormía cansada de llorar, al amanecer tenía que hacer un gran esfuerzo por parecer tranquila y desinteresada de la situación... se apoyaba de Sango... siempre le agradecería haber regresado a su vida cuando más necesitaba de una amiga... y de Inuyasha... que aunque no lo esperaba, estaba resultando de gran ayuda para dejar de pensar por pequeños lapsos de tiempo en el ojiazul... aunque todavía le dolía verlo por los pasillos caminando de lado de Sara, cada que se topaba con esas escenas, desviaba el rostro, respiraba profundamente y se convencía que pronto dejaría de doler.

Aunque aún con eso, no lo olvidaba del todo... varias veces lo soñaba a su lado... volvía a escucharlo decirle que la amaba, sentía sus caricias como si estuviese de verdad ahí... podía sentir el calor de su cuerpo sobre el suyo, esas sensaciones seguían impidiendo su propósito... olvidarlo.

Bankotsu por su parte sentía los días pasar sin cambios... había pedido a Renkotsu mantenerse al pendiente de Kagome... confiaba completamente en ese chico... incluso Jakotsu llegó a molestarse, pues él creía poder desempeñar bien esa tarea... pero como el ojiazul afirmó, Renkotsu podría pasar desapercibido para las personas, en cambio su afeminado amigo no era capaz de tal cosa... y él necesitaba que ella pudiese estar protegida en caso de ser necesario... el joven de cabeza rapada, aceptó sin más... ellos habían finalizado clases desde antes y tenía el tiempo y la disposición de apoyar a su amigo... más, si eran problemas relacionados con Naraku.

Sara seguía representando un problema, pues no se le despegaba en lo absoluto en la preparatoria, y no había podido obtener mayores detalles de la relación que tenía ella con Naraku, en su afán de perjudicarlos... para lo único que servía, era para de cierto modo mantener a Kagome alejada... eso era lo que pretendía... pero no lo que quería, Kagome ya no volvió a buscarlo, a hablarle, incluso sentía que ya ni siquiera se molestaba en mirarlo...en cambio veía sumamente molesto como el imbécil de Inuyasha se acercaba cada vez más a ella.

...

Alguien quien tampoco pasaba por sus mejores días seguía siendo sin duda alguna Ayame... la pelirroja asistía al colegio solo para no permanecer en casa, donde ahora repentinamente su madre había decidido quedarse y prestarle atención... ¡por favor!... solo estaba ahí para molestarla y evitar que faltase a clases, pues varias veces la había descubierto ahí en días escolares... al menos eso creía Ayame... ella seguía pendiente de Kouga, le extrañaba que ahora que Kagome estaba libre, no estuviese detrás de ella como era su costumbre... eso lograba animarla mínimamente... por lo que había decidido arriesgarse y decirle lo que sentía por él, ahora si abiertamente... ¿qué podría perder?

Viendo la oportunidad a varios minutos de finalizar la hora del almuerzo decidió hacerlo.

—Kouga...— le habló logrando que el joven detuviera su marcha, a pocos metros del pasillo de la cafetería, justo de donde iba saliendo.

—Si... ¿qué se te ofrece, Ayame?— preguntó con poco interés, pero sin ser descortés.

—Bueno yo... solo quería decirte que... Kouga, tu... tú me gustas— finalizó viéndolo a los ojos, no sintió mucha pena, pues siempre había sido arriesgada, esperaba la reacción del chico frente a ella.

El joven sonrió solo un poco —Ayame, yo lo siento, pero...— habló consciente de lo que la chica le decía, pues hacía tiempo que se había percatado de ello.

—Pero yo no te gusto ¿verdad? — completó con cierto coraje.

—Lo siento... es algo que no se puede forzar— añadió sinceramente, hacía un par de días que había entendido el significado de esa frase, Kagome se la había dicho anteriormente... y no la entendía... pero una vez que lo hizo, prefirió no hacerse más ilusiones con algo que no se podía dar, por eso se mantuvo alejado de ella cuando supo que su noviazgo con Bankotsu había finalizado. Ahora irónicamente le tocaba a él repetir esas palabras que lo lastimaron.

Mi razón para sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora