Parte sin título 11

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Permanecieron ahí algunas horas, a Kagome parecía agradarle el ambiente, aunque de vez en cuando sentía unas miradas cargadas de cierto coraje de parte del moreno ojos azules que se encontraba con una nueva y atractiva acompañante.

...

— Y dime Kagome... ¿cómo te han tratado? — dijo Sango con un toque de picardía en sus palabras, ella recién llegaba donde Kagome se encontraba, pues en ese ambiente era una persona bastante popular y casi no había estado con ella.

— De maravilla... ¿cierto, hermosa? — respondió Takumi de manera anticipada, no dejando contestar a Kagome.

— Claro que sí, Sango... de verdad me la estoy pasando de lo mejor— respondió risueña, a decir verdad, si se le estaban pasando ligeramente los tragos.

— ¿Lo ves? Te lo dije, aquí se está mejor que en la escuela, olvida todo... y sigue divirtiéndote— dijo Sango muy animada.

— De eso me encargo yo— dijo Takumi, ofreciendo ahora a Sango un trago.

— Perfecto... pues ¡salud! — dijo para después tomar un sorbo y retirarse de su lado — ¡cuídala, Takumi! y diviértete Kagome...— gritó ya algo retirada del lugar, se dirigía con otro grupo de personas.

— Sango— la tomó del brazo un Bankotsu molesto —, ¿por qué diablos traes a esa niña aquí para luego dejarla con ese idiota? — preguntó mirándola a los ojos.

— Relájate, Bank... solo quiero que se divierta un rato, lo necesita— dijo encogiéndose de hombros y siguiendo su camino, dejándolo parado y solo.

...

— Y bien... ¿te parece si vamos a caminar a orillas de la playa? No nos alejaremos mucho, lo prometo— dijo con una gran sonrisa Takumi.

— Eh... bien ¿por qué no?, pero no tardaremos ya que vine con Sango y no tengo modo de volver a casa si no es con ella— mencionó entre risas Kagome.

— No te preocupes, no tardaremos... y en el peor de los casos, yo podría llevarte— dijo para tomarla de la mano y comenzar a caminar, alejándose así de la fogata y los jóvenes presentes. Algunos tuvieron la misma idea que ellos de caminar, pero eran realmente pocos.

— De acuerdo— dijo Kagome.

Caminaron durante algunos minutos, la plática era amena, Takumi era un chico bastante simpático y la hacía reír continuamente y Kagome a pesar de lo que le había pasado seguía de cierto modo siendo la misma chica sociable, por lo que no tardaron en sentirse cómodos el uno con el otro.

— Y dime, Kagome, ¿tú tienes novio?— preguntó cambiando la conversación que hasta ese entonces llevaban.

Kagome se sorprendió por la pregunta, pues era algo que la incomodaba—Yo... no quiero hablar del tema— dijo seria, para luego volver a caminar ya que él la había detenido para preguntarle.

— Pues eres bastante hermosa, y si estás aquí sin ningún chico es porque no hay nadie, hecho que me da gusto— dijo sonriente para tomarla de la mano y detener su marcha, nuevamente.

— No veo por qué te de gusto — dijo mareada Kagome, pues el viento fresco que los azotaba en ese momento provocaron que el licor que consumieron se le subiera a la cabeza —. A mí no me interesa tener nada con nadie— habló seria, pero sin sonar tajante.

Takumi se acercó para abrazarla por la cintura de frente a ella —pues eso no suena algo definitivo— la veía a los ojos. Kagome de igual manera, la sorprendió el hecho de que la abrazara de esa forma —. Además, alguien tan linda como tú no debería estar sola— dijo tomándola de la barbilla y pretendiendo besarla.

Mi razón para sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora