T1. Cap. 22. Padres

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- Y el lobo devoró a la Abuelita. Se puso su gorro rosa, se metió en la cama y cerró los ojos, esperando a Caperucita. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, muy feliz. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada. "Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!"... -Santana puso voz de niña al leer esta parte.

Sarah sonrió levemente cogiendo de la mano a su madre.

- Si... yo también me pregunto cómo de fea tenía que ser la abuela para que la confunda con un lobo...

Brittany acababa de llegar a la casa y escuchó la voz de Santana en su habitación. Se asomó sin hacer ningún ruido encontrándose a su prometida sentada con Sarah entre sus brazos apoyada totalmente en su pecho mientras que con una de sus manos, sujetaba un pequeño libro. Se apoyó en el marco de la puerta con una con una sonrisa, observándolas.

Ese mismo día, Sarah hacía exactamente tres meses. Santana, como desde hacía unas semanas, se dedicaba a leerle cada vez que podía para estimularla.

- Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba -continuó narrando Santana- Este cuento no se mantiene... ¿Cómo va a comerse un lobo a dos personas en un momento?

- Cielo -interrumpió Brittany riéndose- creo que Sarah aun no comprende tus debates internos sobre los cuentos infantiles. Creo que con leérselos por ahora vale.

Santana se giró con el ceño fruncido.

- Tiene que aprender algunas cosas. Además es super inteligente, ella ya me entiende, ¿verdad ojazos?

La latina, puso con mucho cuidado a Sarah encima de la cama mientras la acariciaba el puente de la nariz con un dedo. La niña la miró, metiéndose el puño en la mano y pataleando.

Brittany negó con una sonrisa besando a ambas. Después, abrió el armario y cogió una camiseta holgada un pantalón corto para ir a ducharse.

- Voy a ducharme y cenamos. Podemos ir a dormir pronto ¿Te parece?

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- ¿Hoy vienen las chicas a comer? -preguntó Brittany mientras miraba los precios de los cartones de leche en el supermercado.

- No, Quinn me llamó hace un rato, van a comer con los padres de Rachel -comentó Santana mientras sacaba un sonajero del bolso para dárselo a la niña que se estaba empezando a poner nerviosa por estar en el supermercado tanto tiempo- hace bastante tiempo que no tienen una comida familiar los cinco juntos.

- Entonces... comida para dos.

Santana asintió y continuaron por el pasillo. Brittany iba empujando el carro de la compra mientras que la otra llevaba el carro de Sarah.

- La niña se está empezando a cansar de estar aquí. Voy a por algo de fruta y tú, coge el pan. Con eso y con lo que llevamos creo que tenemos suficiente para lo que queda de semana.

Brittany sin perder el tiempo, besó la mejilla de Santana y acarició la coronilla de su hija. Después puso rumbo a la sección de fruta.

Tras mirar varios precios, decidió llevarse un poco de todo. Se acercó a la dependienta que estaba atendiendo con intención de pedir, pero al fijarse en la gente que estaba por allí, vio a una pareja que llevaba mucho tiempo sin ver y no esperaba volver hacerlo. Cuando reaccionó y quiso irse sin ser vista, uno de ellos levantó la cabeza viéndola de frente. 

Pero eso no la detuvo. Se volvió rápidamente buscando a su prometida y poniendo distancia antes de que Santana se diera cuenta.

- San, por fin te encuentro. Tenemos que irnos ya.

Nunca es tarde [Brittana/Faberry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora