T1. Cap. 19. Sarah

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- Quinn deja de matarla con la mirada. Creo que la situación es lo bastante incómoda de por sí como para que añadas más tensión –susurró Kurt poniendo una mano sobre su pierna para intentar tranquilizarla.

Ella simplemente lo ignoró y apretó aun más los puños.

Todo el Glee Club estaba bastante confundido con el tema de Alma y ese cambio radical por parte de la Santana. Pero Quinn en especial, se lo había tomado bastante mal y no dirigía la palabra a la mujer a pesar de varios intentos por parte del resto para que entablaran algún tipo de conversación.

En ese momento, se encontraban todos en la sala de espera, haciendo tiempo hasta recibir noticias de la pareja. Quinn observaba a su hijo que estaba jugando con su mujer y con Alma. Ian era bastante tímido si no conocía a las personas que le rodeaban, pero para mala suerte de Quinn, según se enteró que esa anciana era la abuela de su tía, no la perdía de vista y reclamaba toda su atención.

- No puedo calmarme, Kurt. Está aquí, como si no hubiera pasado nada.

- Te guste o no, Santana ha decidido que forme parte de su vida de nuevo. Tienes que tratar de entenderla.

Ella asintió sin estar muy convencida. No quería que siguieran intentándola convencer porque ya la comenzaba a doler la cabeza con todo este asunto. Frunció el ceño y se inclinó hacia delante, poniendo la cara entre sus manos.

Ian oyó a su madre suspirar y se acercó a ella con ayuda de Rachel. Se soltó de las manos de la morena y apoyándose en su otra madre, acarició con su manita el entrecejo fruncido de la rubia.

- Mami fadada... -murmuró metiéndose el puño en la boca.

- No cielo –susurró Quinn cogiéndolo y sentándolo en sus piernas- no estoy enfadada. Me duele un poco la cabeza.

Él sonrió y abrazó a su madre, enterrando la cara en el hueco de su cuello. Quinn sonrió hasta que cruzó su mirada con Alma, poniéndose tensa de nuevo. Kurt se levantó suspirando y se acercó a la anciana para invitarla a un café. 

Al salir de la habitación, Rachel se sentó junto a su mujer y tomó la mano de Ian para acariciarla.

- Cariño tienes que...

- No, Rachel, no me voy ni a relajar ni hacerme amiga de esa mujer. Si tú quieres, estás en tu derecho, pero yo no quiero.

- Vale –susurró- no te diremos más sobre el tema. ¿Quieres una pastilla para el dolor de cabeza? Puedo ir a preguntar a alguna enfermera...

Quinn se limitó a asentir y sintió un beso en la mejilla. Al girar la cabeza se encontró con la sonrisa enorme de su mujer.

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Kurt pidió un zumo para su acompañante y un café para él acercándose a la barra de la cafetería mientras sacaba su billetera del bolsillo de su chaqueta, para pagar la cuenta. Tras una corta conversación con el camarero, se acercó donde estaba sentada Alma y puso las bebidas encima de la mesa. Se quedó parado mirándola con cierta ternura. Llevaba callada desde que habían salido de la sala de espera.

- De verdad que lo siento. Quinn, normalmente es más... -suspiró Kurt mientras se sentaba elegantemente- tranquila. No suele actuar tan a la ligera.

- Es normal que se enfade. Hice mucho daño a mi nieta y siempre la ha protegido, desde pequeña... Me siento orgullosa de que se sigan tratando así con el paso del tiempo.

- No es justificable el comportamiento que está teniendo. Todos queremos a Santana y a Brittany, pero es un problema entre ustedes y nosotros no tenemos que meternos. Además, usted también ha tenido que pasarlo mal estos años.

Nunca es tarde [Brittana/Faberry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora