T2. Cap. 30. Danielle

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FLASHBACK

Años atrás. Noviembre, Universidad de Columbia. Nueva York

Santana llevaba todo el día estudiando en biblioteca de la Facultad sin apenas un minuto de descanso ya que hacía un par de semanas que acababa de empezar su segundo curso y tenía que aprovechar el poco tiempo libre que tenía para estudiar.

La latina llevaba más de un año en la ciudad y en lugar de ir todo a mejor, se hacía más difícil. Los profesores, eran diferentes a los del instituto: no te conocían, solo eras un número más en su lista y poco les importaba lo complicada que pudiese ser tu vida. Mandaban trabajos cada vez más extensos y complejos a los que había que dedicar largas tardes. Los exámenes eran más complicados y tenían un mayor temario.

Pensaba que el primer año era duro porque tenía que adaptarse, pero comenzaba a pensar que no era cuestión de adaptación. La carrera seguiría siendo igual de dura o más los años siguientes.

Y si sólo se tratara de eso...

Mirando las cosas desde fuera, realmente había tenido mucha suerte. Encontró un trabajo como camarera en un restaurante cercano al campus prácticamente nada más llegar a la ciudad, que le había permitido compartir un pequeño piso cercano a su facultad con otros dos compañeros de la carrera que estaban tan agobiados económicamente como ella. La jornada laboral era dura: seis días semanales, desde la salida de las clases hasta prácticamente las diez de la noche.

Apenas la quedaba tiempo para hacer caso a los pequeños pinchazos que sufría su corazón cada vez que veía a una chica rubia entrar al restaurante o a la facultad. O al atender a una familia mientras servía las mesas en el trabajo... Había pasado más de un año y aun no había sido capaz de olvidar a sus padres y lo que era peor, tampoco a Brittany.

Era horrible...

Miró su reloj que marcaba las nueve de la noche. Era hora de ir a a lo que ella ahora llamaba hogar, aunque no lo sintiera como tal. Metió lentamente todos sus libros en su bolso y salió por la puerta, intentando hacer el menor ruido posible para no molestar a los que estaban aun estudiando.

Salió a la calle tras atravesar numerosos pasillos, recibiendo el frío de la ciudad en su cara. Si había algo que la había enamorado nada más llegar a Nueva York, era la nieve y el continuo movimiento de sus calles. Todo era muy diferente a Lima.

Se sentó a los pies de la enorme escultura que estaba en la escalinata de salida de la biblioteca y sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo interior de su cazadora. Llevó uno de ellos a su boca y con ayuda de un mechero, lo prendió. Inhaló la primera calada con una sonrisa.

Una de las cosas que volvió a hacer con regularidad tras irse de Lima, fue fumar. La calmaba los nervios y para qué mentir, realmente lo había dejado porque Britta...

Sacudió la cabeza evitando ese pensamiento y miró a su alrededor. La gente conversaba y andaba a su lado sin apenas percatarse de su presencia, ni le importaba lo que hacía. Eso era otra de las mejores cosas de vivir en una gran ciudad, pasabas desapercibida si lo querías así.

Dio otra calada mientras que sintió como alguien se paraba a su lado.

- ¿Sabes lo malo que es fumar?

- ¿Y tú sabes que no tienes que hablar con personas que no conoces? -espetó Santana sin mirar a la persona de la que procedía la voz- métete en tus asuntos y déjame en paz.

Nunca es tarde [Brittana/Faberry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora