T1. Cap. 10. El día después

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Brittany se despertó la mañana siguiente sobresaltada, con la sensación de que algo hubiese pasado. Después de esperar despierta a Santana hasta las tres de la mañana, se fue a dormir algo inquieta por su ausencia.

Giró la cabeza y vio que el lado de su novia aun seguía frío y sin deshacer, con Kyra hecha un ovillo. Estiró su brazo para coger el móvil de la mesilla, por si había recibido alguna llamada de la morena. A lo mejor había salido temprano al trabajo y no la quiso despertar.

Nada.

Se levantó echando un vistazo a las habitaciones de toda la casa: los dormitorios, la cocina, el estudio... y no la encontró en ningún sitio. Pasó por el garaje para ver que el coche tampoco estaba.

Desaparecer sin dejar rastro era muy extraño en la actual Santana. En la adolescencia, antes de estar juntas, tenía tendencia a desaparecer muy a menudo, a veces durante días, normalmente después de pasar una noche juntas, o cuando había discutido con sus padres. Pero ahora, si iba a salir o no volvía a casa por trabajo, la avisaba.

Después de varias llamadas sin respuesta, Brittany decidió que lo mejor es dejarla un mensaje en el contestador.

"Este es el contestador de Santana López, en este momento no estoy disponible, deja el mensaje después de la señal..."

- Cariño, no sé nada de ti desde ayer por la tarde y me estas asustando –suspiró- espero que estés en una reunión y simplemente se te haya olvidado que tenemos que ir al médico. Llámame en cuanto oigas este mensaje, por favor. Te amo.

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Mientras, Quinn seguía dando vueltas por toda la casa con Ian en brazos. Había intentado distraerse recogiendo la casa (una manía que se le había pegado su mujer), sin ningún resultado.

Después de cenar y acostar al pequeño, estuvo varias horas esperando despierta la llegada de Rachel, hasta que no pudo más y se durmió. Al despertarse, la chica aún no había llegado y tampoco la había llamado.

- Voy a matar a tu madre Ian. ¿Dónde se habrá metido?

Cogió su móvil por décima vez, pero esta vez para llamar a Brittany. A lo mejor estaba en casa de las chicas.

- ¿Britt?, menos mal que contestas. ¿Está ahí Rach con vosotras?

- ¿Rachel? –contestó la bailarina confusa- No, no está aquí, no sé nada de ella desde antes de ayer por la tarde, cuando quedamos para comer las cuatro.

- Dios, no sé dónde se ha metido, llevo llamándola desde hace cuatro horas y su móvil está apagado.

- Que raro... ¿Sabes? Santana tampoco está en casa, no aparece desde ayer por la noche...

Tras un breve silencio, Brittany escuchó un suspiro al otro lado de la línea.

- Siento haberte llamado a estas horas B, ya sabes cómo me pongo con estas cosas. Habrá ido a casa de sus padres o algo parecido y se habrá dejado el móvil en algún sitio. Me estoy asustando sin motivo.

- Tranquila Q... -sonrió la rubia- ¿te apetece que vaya a tu casa a desayunar y las esperamos juntas?

- Claro, mucho mejor, te esperamos aquí Ian y yo.

Después de colgar, a pesar de que era muy improbable, ambas se quedaron pensando en las notas amenazantes de Santana y de Rachel, y si las podía haber pasado algo.

Santana abrió levemente los ojos sintiendo un dolor muy fuerte en su sien. Se encontraba desorientada, tumbada en el suelo. Trató varias veces de ponerse de pie, logrando solamente incorporarse un poco antes de volver a caer. Viendo que no podía levantarse, desde el suelo trató que sus ojos se adaptaran al bajo nivel de luz que entraba por un único ventanal con rejas, (al que seguramente no llegaría ni estando de pie) para poder situarse y saber dónde estaba.

Nunca es tarde [Brittana/Faberry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora