C A P I T U L O 4

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¡Hola tú!

Les traigo otro capítulo debido a que sigo sin tener nada de WYAAD, y estoy frustrada porque no me llega la inspiración. Creo que mi mente sabe que pronto terminará así que no me da ideas... Aunque sí las tengo, pero no sé cómo llevarlas a cabo. Mil disculpas por eso. Mientras, disfrutad de DV. 
PD: Disculpad las faltas ortográficas.
PD2: Capítulo dedicado a Amorsh19. Gracias por el apoyo, bella
🖤.
PD3: Es increíblemente difícil ponerse en los zapatos de un hombre, me costó horrores escribirlo. 🤣🤣


Besos,

Maddie


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Cuando Avery se inclinó y le sonrió coqueta al maître, supe que esta noche cenaríamos en 'Per Se', uno de los restaurantes franceses más lujosos y caros de todo Estados Unidos. Además, fue el lugar en donde descubrí a Brandon siéndome infiel el año pasado. Desde aquel día, se me tenía prohibida la entrada allí gracias al desastre que ocasioné. A mi querida mejor amiga poco lo importó, quería cenar ahí. Por lo que aquí la tenemos, coqueteándole al tipejo este para que nos deje entrar.

El hombre se removió inquieto e incluso apareció un sonrojo en sus regordetas mejillas mientras nos permitía entrar, momento en que Avery me miró y me guiñó un ojo con una sonrisa de satisfacción. Suspiré siguiéndola, Avy era increíblemente testaruda. Minutos después, estábamos cómodamente sentadas en una mesa leyendo el menú para ver qué ordenar.

—Aun no entiendo por qué la terquedad de cenar aquí. —protesté incómoda debido a la atención que recibía de los meseros, seguramente para cuidar de que no haga un escándalo.

—He tenido una semana pesada y merezco cenar en un buen lugar. Tenía el dinero para pagar la cuenta, así que ni loca me iba a quedar con las ganas. —respondió sin apartar la vista del menú. Gruñí.

—Como quieras.

Di un último vistazo al menú y levanté la mano para poder llamar al mesero y pedir mi orden. Mientras el susodicho se acercaba, una risilla resonó en medio de las conversaciones silenciosas que un lugar tan lujoso y pretencioso inspiraba. Varias caras —incluyéndome— se giraron en dirección de dónde esa risa provenía, allí se encontraba una mujer la cual seguramente sería llamada pibón por los hombres. Sin embargo, no estaba sola. Con ella se encontraba otro guapo hombre que me daba la espalda, una espalda que yo reconocía perfectamente. Mi cerebro hizo click.

«Olvidé que tengo una vigilancia asignada desde la semana pasada.»

No podía creerlo, rechiné mis dientes molesta. Ian estaba sentado cómodamente en una mesa al fondo del local en compañía de esa hermosa mujer que le sonreía coqueta. ¡No quiso ir conmigo por ir con otra mujer! La rabia que sentí al verlo con Karen esta mañana no se comparaba en NADA con la que sentía ahora, incluso era peor que cuando vi a Brandon pegándome los cuernos. Poco me importó si me volvían a echar del restaurante o si me arrestaban, lo único que tenía claro es que como esa mujer se atreviera a ponerle una mano encima...

En cámara lenta vi como la maldita mujer le sonreía y acariciaba el antebrazo a Ian. Estaba a punto de levantarme y dirigirme a esa mesa a estampar su cara contra ella, pero una mano se cerró sobre mi muñeca deteniéndome. Miré a Avery que me miraba con el ceño fruncido.

—No. Te. Atrevas. —pronunció con énfasis en cada palabra.

—¿Qué?

—Te vi y también quién está en esa dirección. Si crees que voy a soltarte para que hagas un escándalo y nos echen de aquí otra vez, estás loca. —respondió frunciendo el ceño y apretando mi muñeca haciendo que me sentara.

Dulce Venganza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora