C A P I T U L O 11

2.5K 176 13
                                    

¡Hola tú!

Les traigo otro capítulo, el cual ha salido un poco más corto de lo planeado pero repito, es necesario, estamos en el puto de los problemas. MUAJAJAJA okya. Gracias por vuestros votos y comentarios. Quiero aclarar que de ahora en adelante actualizaré los viernes o fines de semana, si veis que no lo hago es porque he estado ocupada.

PD: Disculpad las faltas ortográficas.
PD2: Si de casualidad veis un guión corto o frases cortadas, es porque por algún extraño motivo Wattpad pareció agarrarme un profundo odio y me corta las frases dejando algo incoherente y/o cambia guiones largos por alguno corto. Mis disculpas por ello. Si notáis alguno, por favor decidmelo para arreglarlo tan pronto pueda.


Besos,

Maddie.

--------------------


┌ IAN ┐

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Sam salió primero que yo en completo silencio. Después del encuentro en la playa, Sam se aisló y por consecuencia yo también lo hice. Nos vestimos cada uno por su lado e incluso tratamos de no cruzar miradas. El momento que acabábamos de compartir sobre la arena a orillas de las olas nos tenía profundamente afectados, tanto que ninguno de los dos se sentía preparado para hablar, mucho menos de lo ocurrido allí.

Al llegar a la puerta de la recámara, Sam se dispuso a abrirla, pero el pulso le temblaba tanto que no podía insertar correctamente la tarjeta en la ranura. Estoy seguro de que eso no ayudó precisamente a calmarla, así que la sujeté con suavidad por la muñeca para ayudarla a abrir. Era algo bastante curioso, ya que ambos sabíamos que teníamos que separarnos, pero no lo hacíamos. Seguía sujetando su muñeca y ella no hizo ademán de apartarse, sumándole el hecho de que estaba pegado a su espalda. Era una pose demasiado comprometedora, demasiado íntima como para mantenerla en el pasillo, pero ninguno parecía dispuesto a separarse.

—Yo... creo que necesito un baño. Tengo mucha arena pegada. —murmuró ella, separándose de mí dando un paso delante.

—De acuerdo.

Segundos antes parecía estar sin fuerzas, pero en cuanto estuve de acuerdo con su idea salió disparada al baño, puedo jurar que casi temiendo que me interpusiera en su camino. Sinceramente, su preocupación era vana, porque en lugar de seguirla me permití unos segundos para apoyar la frente en el marco de la puerta dejando ir un suspiro de cansancio. No me gustaba para nada la actitud repentina de Sam, pero tampoco podía juzgarla porque yo también tenía ganas de imitarla y alejarme de ella. Sin embargo, eso sería una huida y yo nunca huía de mis problemas... Salvo con el pleito de mi padre, pero eso era otro asunto. Decidido a encontrar una solución, aunque fuese momentánea, decidí entrar a la habitación para pensar en qué hacer respecto a esto.

—Sam, iré con Itiel. —comenté acercándome a la puerta del baño.

—De acuerdo.

Solté otro suspiro ya que en otra ocasión hubiese protestado diciendo que quizá Itiel estaría durmiendo y hubiese defendido su descanso, porque ella es igual de vaga que él. Agarré una toalla y a duras penas me quité los restos de arena, me cambié de ropa y salí de la habitación dispuesto a buscarlo. Tecleé en el móvil su número, me mordí el labio esperando que contestara mientras me encaminaba a su habitación.

¿Ian?

—Enano, necesito hablar contigo. ¿Puedes?

Siempre, idiota. ¿Vienes o voy?

Dulce Venganza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora