Los Hijos de Cordelia; Diabolik Lovers

Capitulo 22

Había pasado un tiempo desde que había llegado a la mansión, en esos días volví a mi vida normal. Me dirigía a la sala de estar al oler un aroma conocido, un aroma que alguna vez llegue a odiar.

—Vaya, que aroma tan horrible —dije cubriendo mi nariz observando a la persona que estaba frente a mi.

El Chico estába con Reiji, al escuchar mi voz ambos voltearon a verme, el chico tenía el cabello verde, unos ojos azul cielo, su tez blanca y es alto, podía sentir sus ojos clavados en los míos.

—¿dónde está Oliver?—pregunte a Reiji.
—Informó que no podría venir, pero envió a alguien en su lugar —respondió fríamente Reiji.

Sonreí para Reiji y observe nuevamente al chico, su mirada estaba baja, me acerqué a el y lo tome de el mentón.

—No me molestes —dije seca.
—S-si —respondió bajando la mirada.

Rodee los ojos y me fui molesta de ahí, apreté mis puños.

—Idiota —susurre.

Tenía tantas ganas de golpear algo, tenía ganas de deshacer algo, observe las rosas de Subaru, si las destrozo tal vez el en odie. Sin más opción golpee el suelo tantas veces.

Narra Reiji.

Observe a el chico que seguía con la mirada baja.

—¿Sabes lo que vas a hacer?—lo llame.
—Si —susurró.

Seguía observándolo serio, parece estar muy entretenido pensando en algo, cerré los ojos y seguía hablando con él sobre las tareas.
Me pregunto porque Angelina lo trató de esa forma, me extraño esa actitud ya que ella es muy seria pero nunca a sido mala con alguien, ¿se conocerán? No tengo idea de eso, en realidad nunca algo que ver con ella en el sentido de que me contara o observará algo, observe su habitación que se encontraba abierta.

—Reiji —sonrío. —por favor, entra

Entre a su habitación y permanecí parado, ella se levanto y se aproximó a tomar mi mano.

—¿alguna vez te has enamorado?
—¿porque preguntas cosas sin sentido? —arrebate mi mano.
—L-lo siento —se sonrojó. —Solo quería a alguien con quien hablar
—Tengo cosas que hacer, si no te molesta tengo que...

No pude terminar de decir mi frase, ya que ella me había tomado de el cuello en un abrazo, no reaccione al sentir su contacto, ella tenía su rostro sobre mi pecho y me tomaba con fuerza, podía ver que estaba muy sonrojada, no pude contenerme y la tome en un abrazo.

—Gracias, Reiji —susurró.

Observe a otro lado sonrojado mientras la tenía en un abrazo.

Estaba haciendo la cena mientras que el mayordomo ayudaba en llevar los alimentos a el comedor, hoy es el día en el que comemos todos juntos una ves al mes, todos estaban ahí, comenzamos a comer la comida en silencio como de costumbre, observe a Angelina, parecia estar pensando en algo, ya que no come como normalmente lo hacía, observo de reojo al mayordomo que estaba parado en silencio.

—¡ah!—gritó y después de eso se escucho un vaso quebrandose.
—¡Cállate!—gritó Ayato cubriendo sus oídos.
—¿porque has gritado?—dijo Kanato.
—Me ha caído jugo encima —dijo sería.
—Lo limpiaré —conteste cansado.
—¿porque dejaría que hicieras algo así? —sonrío.