Mala Conducta |KOOKMIN|

Irracionalmente II

Jungkook bostezó por décima vez en menos de cinco minutos.

—Entonces, podríamos decir que la verdadera razón del surgimiento del Romanticismo era... —El profesor Kim barrió a los estudiantes con una mirada. Casi todos agacharon la cabeza, tratando de pasar inadvertidos y entonces sus miradas se cruzaron— ¿Jeon?

—La necesidad de romper la estructura de la Ilustración. Los pobres tipos estaban cansados de tener que ser racionales para absolutamente todo y solo querían expresar sus deseos del corazón. No sirvió de mucho, la verdad.

—Hm... Una postura un tanto conroversial al respecto, joven Jeon —El profesor se acomodó los lentes sobre el puente de la nariz y se apoyó ligeramente en el escritorio— ¿Alguien tiene algo que decir?

Solo una mano en el aire se hizo presente.

Jungkook rodó los ojos. Obviamente tenía que ser la chica Park.

—Yo creo que estás tomando muy a la ligera lo importante que fue este período para la literatura en su momento —Sus ojos fríos cayeron sobre él, y aunque estaban separados por dos metros de distancia, pudo ver el color verde en ellos— Hablamos de algo que no se había visto antes, ni en el período NeoClásico. La exaltación del yo sin dudas es algo que tomamos prestado hoy en día de los autores románticos, por ejemplo.

Ahí estaba de nuevo. Jungkook apretó la mandíbula. Odiaba a esa chica, sin duda lo hacía. Aunque no alardeaba de sí misma directamente, esta clase de situaciones se daban día a día en su clase. La forma en la que su acento europeo se presentaba cada vez que hablaban de cosas, que por supuesto ella había visto con sus propios ojos gracias al dinero de su familia, le hacía picar las manos.

Pero esto no iba a quedar así. Jungkook no había pasado las últimas tres noches quemándose las pestañas para quedar en ridículo.

—La verdad es que la exaltación del yo es algo que se dió antiguamente en la literatura. Creo que deberías saberlo. Autores orientales la exploraron muchísimo antes que los alemanes e ingleses, incluso en la época de Lao Tzu ya habían escrituras de este estilo. ¿Qué sucede con los haikus, por ejemplo? ¿Desacreditas la poesía japonesa por tratarse de métrica?

Esta vez fue la mandíbula de ella la que se apretó.

—No pongas palabras que no he dicho en mi boca, Jungkook —Sonrió tan falsamente que llegaba a dar miedo. Allí estaba. Era tan malditamente igual a Jimin. Los estudiantes a su alrededor intercambiaron miradas— Creo que hablar de exaltación del yo en la poesía japonesa es demasiado. Es, sin dudas, un género que se dedicaba a expresar emociones pero discúlpenme el comentario, no tiene nada que envidiar a Europa, América Latina o Estados Unidos. Un héroe rebelde como el de Don Juan no se consigue en un libro. Ni Don Quijote de la mancha, tampoco.

—Ah, pero si nos extendemos a más dimensiones del Romanticismo podríamos decir que la evasión naturalista tampoco es propio del movimiento. Washington Irvin no exloró nada nuevo en comparación a los naturistas del Siglo de Oro.

— ¿Vas a negarme entonces que autores como Edgar Allan Poe y François-René de Chateaubriand no son leyendas, que son modelos ya vistos antes?

—Sólo eran viejos deprimidos que no tenían interés en seguir la pauta. Pasarse de prosa a a verso y mezclar lírico con comedia lo hacían hasta los griegos.

— ¡T-Tú!

—Voy a detener esto antes que acabemos peor —El señor Kim levantó las manos en señal de redención y soltó una carcajada.

Jungkook no pudo evitar alzar la comisura de los labios. Él había sido el último en hablar. ¿Contaba eso como una vistoria? Porque le bastaba de todas formas.