(dis)tensión

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Jimin despertó unas tres horas después.

La tarde se había esfumado, dando a caer la noche. El cielo estaba completamente oscuro y únicamente un rayo de luz proveniente de alguna farola en el jardín se colaba por la ventana.

Calor.

Fue lo primero que sintió cuando abrió los ojos y se dió cuenta que su mejilla estaba pegada a la piel del pecho desnudo de Jungkook.

Tratando de no hacer demasiado ruido, se separó con dificultad pues pronto descubrió que todo su cuerpo se había pegado al del castaño y habían dormido abrazados como koalas. Cuando por fin pudo rodar sobre su espalda, una punzada en su trasero le hizo soltar un gemido de dolor.

Vaya.

Respiró profundo y contó mentalmente hasta diez y pudo darse el impulso necesario para salir de la cama, casi estrellándose contra en el piso en el proceso. Las piernas le temblaban, su entrada apretada y adolorida, sus hombros tensos y la falta de energía era evidente.

Cerró los ojos y se armó de valor para cruzar hasta el cuarto de baño de su habitación, sin prestarle demasiada atención al Adonis tirado sobre las sábanas, quien seguía durmiendo plácidamente.

Entró, cerró la puerta detrás de sí y se miró en el reflejo.

Nunca se había visto tan destruido como ahora. Tenía marcas de dientes por todos lados chupetones y morenotes en la cintura. Su cabello desafiaba la gravedad al estar disparado hacia todos lados, tenía los labios rotos y la cara sucia por las lágrimas y la corrida de Jungkook. También tenía los ojos hinchados, y le dolía casi toda célula existente en su cuerpo.

Pero se sentía bien. Sentía paz, buen humor.

Estaba bien follado.

Se metió a la ducha y se tomó su tiempo. Restregándose el cuerpo dos veces con jabón, dejando espuma hidratante en su pelo y tarareando la misma canción todo el tiempo.

Cuando terminó, se colocó una toalla sobre la cintura, se pasó otra pequeña sobre la cabeza y fue directo a la masa de músculos, que increíblemente, seguía durmiendo como un oso.

—Jungkook —Dijo, moviéndole de atrás hacia adelante— Despierta.

El mencionado abrió un ojo, arrugó el rostro y se restregó contra la tela de las sábanas, subiéndolas y cubriendo su pecho.

—Jungkook —El tono de Jimin se volvió grave— Arriba.

—...

— ¡Jeon!

—Jódete, Park —Se volteó.

El rubio suspiró, se pasó una mano por la cara y se dió la vuelta. Abrió las puertas del walking closet y se metió en lo primero que encontró para dormir. Un jogging ajustado en las pantorillas de color negro y una sudadera gigante de su equipo de fútbol favorito.

Cuando salió, Jungkook estaba sentado sobre el colchón, aún sin sacar las piernas por el borde. Se pasó una mano por el cabello, jalándolo hacia atrás y estiró el cuello.

 Jimin se chupó un jadeo.

¿Por qué él tenía que verse tan bien después del sexo y no parecía arrollado por un tractor?

El pelo castaño le caía separado en la frente, los músculos de los hombros resaltando lo grande que era su espalda y su abdomen marcado. Estaba más tonificado que el propio Jimin y no sabía cómo sentirse al respecto.

— ¿Te duele algo? —Jungkook preguntó, quitándose las sábanas y extendiendo las piernas hacia afuera, pero lejos de levantarse se lanzó hacia atrás, bostezando. Jimin casi había olvidado que estaba desnudo, y luchó consigo mismo para no ruborizarse.

Mala Conducta |KOOKMIN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora