Ególatra III

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Me disculpo de antemano por si no son muy fanáticas del fútbol. Este capítulo podría tener un poco (mucho) de tecnicismos, ¡pero es necesario! Si tienen dudas por favor comenten, las responderé con gusto ^^

El clima acompañaba el ánimo existente en las tribunas del Complejo Deportivo. Había un sol brillante, el cielo estaba despejado y corría una ligera brisa que ayudaba tanto a espectadores como jugadores a no rostizar sus cerebros bajo los fuertes rayos de sol.

Comenzaba el segundo tiempo a las once horas de la mañana en punto por el pitazo del árbitro. A diferencia de lo sucedido el primer tiempo, la escuadra azuliblanca se desplegó de forma defensiva, armándose antes de comenzar un ataque. El equipo que portaba la polera color vino tinto se notaba nervioso. Nadie se animaba a acercarse lo suficiente como para interceptar un pase, pues eso significaría romper la defensiva propia y permitir que alguno de los rápidos delanteros franqueara la defensa y anotara.

Aunque ya habían demostrado que ni siquiera era necesario entrar al área con el segundo gol marcado desde media cancha por el Capitán del equipo, aprovechando la desorganización.

El primer gol también había sido un error de planificación. Poquísimas veces alguien era capaz de anotar durante el primer minuto de juego, pero sin embargo allí estaba el marcador. El tercer gol fue producto de un pase mal dado y ahora se encontraban en una clara posición de desventaja.

El equipo del Instituto estaba jugando a aprovechar. No se estaban esforzando en planear estrategias de ofensiva, no estaban planteando nada. Sólo esperaban a que el equipo contrario comentiera un error y entonces se abalanzaban. Era una forma altanera de jugar, pero siendo el primer partido del Campeonato era perdonable y entendible que no quisieran mostrar sus técnicas.

El mediocampista, Tuan, comienza a correr con el balón. Traspasa la defensa central y se mete rápidamente en el área. Los defensas contrarios se desesperan. El chico es ágil, así que le cae una marca de tres jugadores, pero es tarde. Tuan pasó la pelota hacia atrás y ahora el delantero rubio corre en diagonal al arco. El portero se mueve en su lugar, vislumbrando por el rabillo del ojo al otro delantero de azul. Si nadie llega en dos segundos a bloquear a Park, está muerto. No podrá desviar la pelota hacia el lado contrario porque Lee está esperándole sin ninguna marca.

Una chispa de esperanza ilumina sus ojos al darse cuenta que los defensas centrales están corriendo y alcanzando a Park. Lo tienen a un metro de distancia. El rubio se percata y se prepara para patear pero es tarde y el tiro se quiebra porque lo barrieron y ahora está cayendo sobre su espalda y rodando sobre sí mismo producto de la fuerza del impacto. La pelota viaja a la izquierda del portero, quien se mueve aún con la mirada clavada en el rubio de bruces en el pasto porque el otro delantero estaba muy lejos como para llegar, y pronto siente la brisa de un objeto pasar muy cerca de su oreja.

El grito de la multitud lo sacó de su ensoñación. El jugador goleador, Lee, le miraba con una sonrisa suficiente en el rostro. Estaba repentinamente frente a él, luego de haberse mandando una carrera frenética a un punto imposible de definir mientras la pelota viajaba por el aire. Pero lo había hecho. Y había anotado. Era el segundo gol que le marcaba y se lo estaba restregando en la cara.

— ¡Tae-min¡ ¡Tae-min! —Las voces eran en su mayoría femeninas, pero habían chicos allí también. El coro pareció alentar al delantero, quién volvió a su posición con el pecho inflado.

El líbero se acercó entonces al entrenador, a un costado de la cancha, señalando su tobillo y con la respiración pesada. El entrenador negó con la cabeza y pronto el capitán del equipo estaba allí también, con cara de preocupación.

Mala Conducta |KOOKMIN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora