Bizarro II

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Jungkook se sintió incómodo desde el primer momento en el que puso un pie sobre el comedor de la casa. Su mirada se dirigió a la increíblemente larga mesa en el centro del salón, de una madera impecable y brillante. Había dos mujeres no asiáticas colocando los cubiertos en una de las cabeceras, y cuando le echaron una mirada rápida susurraron entre sí. El castaño tragó, sosteniendo la mirada de la chica más joven.

—¿Le pongo unos palillos o come con tenedor y cuchillo?

—P-Palillos... Por favor —Tartamudeó.

Las mujeres asintieron y se retiraron a la cocina unos momentos, antes de volver con el conjunto completo de fineza asiática a la hora de comer. Los ojos de Jungkook pudieron apreciar, entonces, que la mesa estaba puesta como en las películas occidentales. Específicamente, parecía como una de esas cenas de El Padrino, donde había varios ejemplares de cubiertos y ninguno era igual al anterior en tamaño.

O quizás era que él realmente no conocía muchas películas occidentales.

Sintió unas voces detrás suyo y volteó a ver cómo el resto de la familia entraba al salón. Avanzó, sin saber realmente si era hora de sentarse o no, junto con ellos y se sorprendió al notar que no iban directamente a la mesa, sino a la pequeña mesada al fondo del salón, frente a unos enormes ventanales que daban al patio de la casa, que brillaba por el césped recién regado. La familia se sentó en los sillones de color blanco y Jungkook les siguió, tomando asiento en la esquina que Jimin le había dejado para él.

Los padres de Ji y Jimin le sonrieron amablemente desde el otro lado de la mesa, que ahora empezaba a ser servida por la chica que le había preguntado sobre los palillos previamente. Una tabla de quesos de diferentes colores y olores, dos botellas de vino en un idioma que parecía francés, y diferentes tipos de jamón y carnes... Si le hubieran preguntado por el nombre específico de cualquier cosa que tenía frente a él, Jungkook no habría podido responder.

La madre, una mujer apuesta y con una mirada idéntica a la de la chica sentada a su derecha, le habló. Era notorio que ella era la parte europea de la familia.

—Hola. Es un agrado conocer a un amigo de Jimin que no tenga puesta la camiseta del equipo —Ella soltó una ligera carcajada y todos a su lado la secundaron— Pero no conozco tu nombre.

—Jeon —Hizo una pequeña reverencia— Jungkook.

—Un placer, Jungkook.

—El placer es mío...

— ¿Eres del curso de Jim, chico? —El padre preguntó.

—En realidad comparte algunas clases conmigo —Ji respondió, e hizo una pausa para beber algo espumeante en una pequeña copa— Le presto mis apuntes porque es muy malo en literatura.

Jimin rio suavemente.

Jungkook guardó silencio.

— ¿Y qué planeas estudiar, Jeon? —La madre le sonrió con una benevolencia honesta que no veía en el rostro de nadie hace mucho tiempo.

—P-Psicología —Por alguna razón, tartamudeó. La sensación de inferioridad que empezaba a experimentar por todo lo que lo rodeaba en ese momento lo estaba comenzando a enfadar. Se sentía muy evidente que no tenía idea de qué hacer, ni cómo actuar.

—Esa es una carrera difícil aquí —El señor Park se cruzó de hombros mientras miraba el techo, pensativo— Cuando estuve en Europa por primera vez me sorprendí al saber que el área de salud pública más colapsada era precisamente la mental. Dudo que aquí la mayoría de la gente sepa siquiera cuál es la diferencia entre un psicólogo y un psiquiatra.

Mala Conducta |KOOKMIN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora