La semana siguiente habría de ser un fastidio total para Jimin.
La época de exámenes estaba lejos de aproximarse, pero lo que más le quitaba tiempo en sus días de estudiante era el Club de Fútbol. Habían sido admitidos por cuestión de suerte—se había usado una tómbola, literalmente— en el Campeonato de la Liga Sub17 y tenían apenas cinco días para prepararse antes de participar. Esto era importante. Sólo los mejores equipos de Institutos Secundarios de Corea participaban allí y muchas veces los partidos eran supervisados por entrenadores de Equipos profesionales tanto coreanos como extranjeros. Si había que demostrar buen desempeño en algún lugar, no había mejor instancia que este torneo.
Absolutamente sin presiones.
Habían conseguido ser admitidos porque el equipo de la Universidad de Yyang se retiró por las lesiones de tres de sus jugadores. Eso era un jodido golpe de suerte tan grande que ni siquiera terminaba de creérselo mientras veía a sus propios compañeros chutear los balones al arco y correr entre conos.
— ¡Choi Youngjae! —Gritó, después de pasarse las manos por la cara y jalarse el cabello, incapaz de creer lo que estaba viendo— ¡¿Qué mierda te pasa?!
—¡¿Cómo se supone que tengo que hacer esto bien si Mark no deja de meterse en medio?! —El castaño pateó lejos el balón que llevaba y éste golpeó fuerte contra las puertas del gimnasio.
— ¡¿Yo estoy metiéndome en medio?! —El aludido dejó de serpentear entre los obstáculos del piso y giró, enfrentando a Choi mientras levantaba la cabeza— ¡Estoy pasando sobre ti, no por en medio! ¡Eres tan malditamente lento que deberías agradecer que no te reventé mientras lo hacía!
— ¿Qué dijiste? —El castaño se acercó, siseando.
—Lo que escuchaste, maricón.
Jimin se dió la vuelta y se metió en el baño mientras maldecía, dejando expectantes al resto de jugadores mientras los otros dos se iban a golpes. Realmente no estaba de humor para ver quién lograba pegar el primer puñetazo. Estaba hasta la mierda él también.
Echó a correr el grifo y se mojó la cara con ambas manos. Pronto sintió una presencia a sus espaldas y gruñó entre el agua.
—No estoy de humor, Yugyeom.
—Me alegro —La voz de Taemin le hizo erguir la espalda. Él y el pelinegro Kim eran los únicos que habían mantenido la compostura durante los tres días de semana que llevaban, y su opinión era sin duda importante para Jimin. Taemin sabía muy bien de las relaciones entre jugadores, siempre organizaba las juntas después de clases y arreglaba los problemas, a pesar de que era una tarea que le correspondía a sí mismo— ¿Vas a dejar que se muelan a golpes y ya?
—Es Tuan, no puedo dejar que resuelva un conflicto a palabras, no sirve. Y Jae anda con algo metido en la cabeza que no lo deja concentrarse, le va a servir —Suspiró, dándose la media vuelta y apoyándose en el lavamanos.
—Pero no estás dando un muy buen ejemplo, sabes...
—No sería primera vez que pasa. Somos hombres, al fin y al cabo. Adolescentes, hormonales y con presión.
Taemin suspiró y se apoyó en la pared de un costado, cruzado de brazos.
—Mark está raro.
Jimin asintió con la cabeza.
—Me preocupa que esté tomándolas de nuevo —El menor le miró entre los cabellos que se le pegaban a la frente por el sudor y entonces Jimin se preguntó cuánto tiempo llevaba forzando a los chicos a seguir las estaciones sin detenerse. ¿Debería implicarse él también? ¿Eso calmaría las cosas?
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Mala Conducta |KOOKMIN|
FanfictionMuy popular. Excelentes notas. Hijo de una familia coreana-europea. Adinerado. Capitán y jugador estrella del equipo de Fútbol. Sonrisa carismática y atractivo como la mierda. Park Jimin es casi perfecto. Casi. De no ser por su horrible personalid...