JungKook estuvo leyendo el libro un poco ese día, pero su cabeza sobrevolaba los límites de su imaginación a cada rato, ya que desde que había hablado con YoonGi no dejaba de pensar en JiMin.
—¿Será? —se preguntaba abrazando su libro y mirando al techo con una sonrisita. —¿Park JiMin, de verdad te gusto?
Dos segundos después se percataba de que sonaba como una adolescente enamorada y sonrojado, se ponía a leer de nuevo, pero sin poder evitar sonreír.
Ya lo había aceptado. Ahora... solo tenía que hacerlo JiMin.
Y cuando esa idea llegó a su cabeza una sonrisa aún más grande apareció en sus infantiles facciones.
Eran las seis de la tarde cuando JiMin escuchó que tocaban a la puerta. EunJae ya se había ido, Lisa y HoSeok habían salido a algún lado y Jin y NamJoon miraban televisión con él.
Se levantó y fue a abrir, pero al hacerlo, no halló a nadie afuera. Miró alrededor contrariado, pero halló una notita en el suelo. La tomó, fijándose en que tenía unos simples trazos que eran letras:
"JiMin: Te veo en el gimnasio en quince minutos. Ve solo.
JungKook"
—¿Quién era, JiMin? —preguntó Jin sin dejar de ver la tele.
—Nadie, solo... voy a salir —murmuró despistado.
Tomó su chamarra y salió del dormitorio sin que sus amigos preguntaran.
No sabía el motivo de que JungKook quisiera hablar con él lejos de los demás, por eso se apresuró, un tanto preocupado, ¿y si algo malo había pasado?
Al llegar al gimnasio lo halló desierto. Pero divisó en las gradas, del otro lado de la gran cancha de básquetbol, al pequeño JungKook que jugueteaba con sus manos dedicándole una sonrisa.
Él lo saludó con la mano y se acercó, subió las gradas y se sentó a su lado.
—¿Qué pasa, JungKook? —le preguntó. —Eso de la nota me dejó un poco contrariado ¿sabes? Hubiera sido mejor que solo habláramos en la puerta.
—Necesitaba un poco de privacidad para hablar.
Ocultaba su emoción mirándose las rodillas, JiMin lo miró sin entender.
—Bueno, JiMin... —dijo entonces mirándolo con ojos brillantes. El otro pareció un poco más extrañado. —Yo quería decirte muchas cosas, pero... —se rio nerviosamente y miró hacia el frente de nuevo. —Ya ves... cuando uno se pone nervioso siente aglomerarse las palabras en la garganta, y simplemente no sabe qué decir primero.
—Tómate tu tiempo —le contestó tranquilo.
—Eres muy amable —sonrió aún si verlo. —Gracias por eso. Fuiste el primer amigo que hallé en este lugar, el único que me brindó su apoyo sin siquiera conocerme... —volvió a mirarlo.
—No me agradezcas, JungKook.
—En serio, te lo agradezco mucho, más porque esa sonrisa que me provocaste en la primera charla, no se ha ido, aquí sigue, intacta, gracias a ti. Es por eso que... bueno yo... —bajó la mirada y se ruborizó. JiMin estaba quieto. JungKook respiró hondo y mirando directamente a ese par de ojos cafés le soltó. —¡JiMin... tú me gustas mucho!
—¿Qué? —musitó abriendo mucho los ojos.
—Yo... —las mejillas de JungKook se pusieron rojas, pero mantuvo firme su mirada. —YoonGi me ayudó a darme cuenta con una terapia. Está en mi subconsciente, ¿sabes? No entiendo cómo no me percaté antes. ¡Cualquiera podría enamorarse de ti! Eres amable y encantador, sensible y divertido, tienes tantas cualidades que a veces no te permites ver. Tu cabello es tan bonito, tus ojos son preciosos... Jiminie, ¡eres hermoso! En todos los sentidos de la palabra, y yo solo sé, que me... que me gustas muchísimo.
ESTÁS LEYENDO
¿Acaso tu corazón palpita? || Jikook
RomanceLo único que Jungkook quiere es ser una estrella de rock, pero sus padres quieren que sea escritor. Condenado por ello, entra con una muy mala actitud al colegio, donde le tocará compartir dormitorio con el problemático Min YoonGi y sus amigos...