Complot sentimental

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[Narra JungKook]

No sé qué demonios me ocurría. Estaba hundido en el sillón, entre esas personas que charlaban y bailaban sin quererme mover, bebiendo de una nueva cerveza que había conseguido.

No entendía el porqué de mi pésimo ánimo. Yo estaba de muy buen humor y de repente éste se había ido. Lo curioso es que todo cambió después de haber escuchado esa conversación entre JiMin y EunJae. ¿Qué no podían guardarse sus indecorosas charlas privadas para otro momento en que yo no estuviera pasando?

Bueno, cuando lo pienso un poco es algo irracional decir eso ya que se supone que nadie los escuchaba, o sea que soy un fulano entrometido. Solo eso. Aunque... no, tampoco, porque yo no tenía intención de escuchar. Creo...

Sacudí la cabeza para despejar mi mente

¿Qué demonios pasaba ahí? ¿Por qué ese repentino enojo y el deseo de estar solo? ¿Por qué quería volver e interrumpir a JiMin y EunJae? ¿Por qué quería estar con el primero y tirar de las escaleras a la segunda?

¿Por qué?

—¿Estás bien?

Me sobresalté al escuchar la voz de una chica a mi lado. Miré y me percaté que se trataba de Rosé, que había asomado la nariz sobre su libro para mirarme con las cejas un poco alzadas.

—¿Perdona? —pregunté torpemente.

—Llevas quince minutos moviendo tu pie de forma histérica, haciendo un molesto sonido —me dijo ella. —Debes estar muy nervioso o muy enojado para hacer tanto ruido, por eso te pregunto si estás bien.

—¿Nervioso? ¿enojado? —repetí riendo. —No. Yo solo...

—Está bien, olvídalo —atajó ella tranquila.

Y volvió a fijar su vista en el libro.

Yo estaba perplejo, pero algo sí me dejó pensativo. Si hasta ella podía percatarse de mi estado, ¿cómo era posible que yo continuara sin saber qué me pasaba?

Me levanté dejando la botella vacía sobre una mesa y comencé a caminar entre las personas, sin saber qué buscaba precisamente. Choqué contra alguien.

—Oh, lo siento yo... —dijo. Pero entonces me miró. —Ah, solo eres tú...

—¡NamJoon! —le regañó Lisa que venía tomada de su brazo. Luego me miró. —No le hagas caso JungKook, es muy...

—Calla, Lisa... —le espetó NamJoon enojado.

Y entonces la llevó casi arrastrando lejos de mí, dedicándome una cara de profundo desprecio que me atravesó.

Es curioso como puede ser que a una persona nunca le afecte ciertos tipos de comportamientos, y que en un momento de debilidad le afecten esos y aun otros más. Como a mí en ese momento. Suelo ser indiferente al trato de otras personas, pero en ése instante yo me hallaba tan enojado, susceptible a cualquier cosa.

No pude evitarlo, y como a una despechada quinceañera, mis ojos se llenaron de lágrimas. Me sentí tan patético en ese momento... yo, con lágrimas en los ojos, ¿saben lo inusual y penoso que es para mí? Tuve que morderme el labio para tratar de tranquilizarme mientras avanzaba hacia el baño en busca de un refugio, pero cuando casi llegaba vi a JiMin bajando las escaleras, buscándonos entre la multitud.

No sé por qué, pero simplemente me quedé estático. Él me miró y sonrió, yo sin embargo ya no podía más en ese ambiente y con mis sentimientos haciendo ese repentino complot contra mí. Simplemente me di la vuelta y salí de la casa. Crucé el jardín ignorando todo y a todos, hallando agradecido la camioneta de YoonGi, tras la cual me oculté cobardemente.

¿Acaso tu corazón palpita? || JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora