Las cicatrices también sangran

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JiMin se hallaba estático, observando sin poder creerlo a YoonGi. Estaba pálido, respiraba hondo y no podía, o no se atrevía a reaccionar.

YoonGi le devolvía una mirada de astucia, porque al verlo en ese estado, era obvio que no se equivocaba, nunca lo hacía, y con JiMin no había sido la excepción.

—¿Y bien, JiMin? —dijo al fin. —¿Qué puedes decir a tu favor?

—Yo... es que, es que...

—¿Compartiste o no, una relación con Park ChanYeol?

La pregunta pareció dejarlo fuera de combate, porque se sentó despacio, observando las palmas de sus manos y luego hundió su rostro en ellas, como deseando desaparecer, o quizás ahogarse ahí mismo.

—JiMin...

—Nunca tuvimos una relación...

—JiMin, yo sé... —trató YoonGi

—Déjame acabar —le calló JiMin por primera vez.

Alzó la vista de sus manos, y miró a YoonGi. Su mirada denotaba un gran sufrimiento, y sus ojos parecían brillar de forma acusadora.

—Nunca tuvimos ninguna relación... formal —repitió y completó la frase JiMin. —A pesar de todo, claro, porque yo sí deseaba algo serio, pero...

Frunció los labios y volvió a mirarse las manos. YoonGi percibió todas las angustias, los corajes, los sufrimientos y ruegos que esos ojos debieron de haberle profesado a ChanYeol.

—Él odiaba el romance —murmuró. —Se reía de mí, diciendo que no fuera cursi, que debería bastarme con todo lo que ya tenía de él.

—JiMin, te... ¿te importaría contarme un poco de él?

—¿Qué quieres saber?

—Empieza desde el principio. ¿Cómo lo conociste?

Él pareció vacilar. Hacía años que el nombre de ChanYeol no llegaba a su cabeza, jamás en su vida creyó que volvería a escucharlo, porque la última frase que escuchó de él, no significó más que un doloroso y definitivo adiós.

"Ya te he dicho que hagas lo que te plazca, sabes que yo soy un libertador. No puedes encadenarme a ti simplemente porque me has dicho "Te amo", yo vivo sin compromisos ni promesas. Debiste haberlo entendido, porque si ahora estás sufriendo, es solamente porqué tú lo quieres, nadie te obligó a quererme".

Al recordarlo sintió como si se abriera una vieja cicatriz, que escoció de forma terrible en su pecho. Cerró los ojos con fuerza y suspiró.

—De acuerdo... te lo contaré.


[Narra JiMin]

Era un lindo día de nublado febrero. Catorce de febrero, San Valentín.

Yo nunca he celebrado ese día con nadie, nunca tuvo alguna relevancia en mi vida porque yo no me concentraba en ese tipo de cosas, tenía que dedicarme a estudiar, iba a mitad de mi último año de preparatoria, especializándome en áreas artísticas, quería estudiar artes o diseño gráfico, quería ser un verdadero artista.

Mi escuela también era Universidad, estaba un poco más especializada en el ámbito de bellas artes, cosa que me invitaba a quedarme ahí después de la preparatoria.

Bien...

Ese día hicieron lo que todos los años. Decorar los edificios y salones con motivos de San Valentín, había chicas por todos lados con rosas y globos, o muchachos llevando pancartas con mensajes cursis con corazones y querubines.

¿Acaso tu corazón palpita? || JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora