Clown ↔ MYG ff. (terminada) ✔️

2. world war three

Ayer fue la derramada de soda en mi ensayo, hoy puede ser lanzarme a una zanja llena de barro, subir mi mochila a lo más alto de un árbol, estamparme en la espalda un papel que diga: <<Amo que me den patadas>>, decirle a un montón de gente que tengo una enfermedad contagiosa, enviarme un archivo adjunto a mi correo con un asunto importante que realmente termina siendo un video tipo Two Girls One Cup, dejarme encerrada en los cuartos de limpieza, lanzar la pelota de baloncesto directamente a mi frente, cambiarme la contraseña del casillero, etcétera...

Es impredecible lo que pueda llegar a hacerme en el día. Debo hasta darle créditos, el muy hijo de puta es creativo y tiene una imaginación que te cagas, nunca hace una misma broma dos veces seguidas y aunque les haya dado bastantes ejemplos, jamás voy a acertar en lo que me hará y siempre termina agarrándome de imprevisto por mucho que haya intentado prevenirme. Una vez intenté pasar desapercibida, traté de esconderme de su presencia, era fácil saber cuándo estábamos en el mismo sitio puesto que utiliza un perfume característico que ya me conozco bastante bien -un poco creepy de mi parte, he de admitir-, es como su manera de advertirme, pero fracasé en el intento y terminó haciéndome la zancadilla mientras traía mi bandeja del almuerzo y me disponía a ir a refugiarme debajo de las gradas de la cancha de deporte.

He intentado de todo, hasta una vez me propuse la meta de ignorarle por completo, de reaccionar de manera indiferente a sus inmadureces, de omitir su persona por completo, de hacer caso omiso a sus llamados, de ni siquiera responderle con blasfemias hacia su existencia, pero eso pareció afectarle tanto como le afecta...que se yo...el aire, no pudo afectarle menos, solo terminó arrojándome una gigante bola de nieve encima ese invierno.

Una vez metió uno de los sapos disecados de ciencias biológicas en mi lonchera, se imaginarán el semi infarto que sufrí cuando me dispuse a merendar.

― Oye, Jaekyung―escuchar su voz me provocó ganas de rasgarme la yugular.

Cerré los ojos con fuerza y suspiré para intentar no encabronarme más, acelerando mis pisadas para que se cansara y dejase de caminar detrás de mí, mientras más rápido camine hacia la parada de autobús, más rápido podré deshacerme de él. La última vez que nos encontramos en la misma parada me empujó hacia delante para que uno de los autobuses me calara hasta los calzones con uno de los charcos de agua que se había formado por una tormenta, acción que se excusó con un: Fue un accidente, me resbalé y sin querer te empujé, perdona...claro, mientras se reía el desgraciado.

― Quiero decirte algo, y también a pedirte disculpas. ―más falsas sus palabras y compiten unas escaleras de poliestireno. Cada vez que cree o simula creer pasarse de la raya viene corriendo a pedirme disculpas por sus involuntarias y cero intencionales acciones, pasa que lo conozco tan bien que puedo apostar que los días siguientes vuelve a sus andanzas como si las supuestas disculpas se hubiesen evaporado en la puta matrix. No le creo así me informe que acaba de ver a una jirafa en Seúl y yo misma la esté observando. Sus palabras para mí no son más que basura.

― Claro, y yo voy a pedirte la mano, que nos casemos por iglesia y comamos perdices. Vete a joder a cualquier otro que no sea a mí, Yoongi ―poco me importaba que este pendejo fuera mayor que yo por un año o sea de un grado superior, yo jamás utilizaba lenguaje formal con alguien tan idiota como él, no me puede importar menos que sea mi sunbaenim académicamente hablando. Él guarro parecía no querer ceder y ahora escuché sus pisadas más cerca, joder, las desventajas de medir un metro sesenta y pico― ¡¿Nunca te cansas de hacer de mi vida un infierno?! Joder, apuesto que en el colegio hay muchas otras dispuestas a ser tu PP.

― ¿PP? ¿Qué se supone que signifique eso? ―preguntó con el ceño fruncido― ¿Puta personal? ―ay, Jesús. Díganme que no acaba de decir eso― Es broma, no te enojes. Realmente no tengo intenciones de convertirte en eso, Jaekyung-ah, ni a ti ni a nadie, no tengo planes de convertirme en proxeneta porque quiero llegar a los treinta sin antecedentes penales.