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Yoongi

Por un momento quise tomar mi móvil y lanzarlo directo por el inodoro cuando vi el remitente de aquella insistente llamada, pero eso, definitivamente iba a ser otra de las cagadas más que he hecho en lo que va de año así que solo me dediqué a verlo fijamente vibrar y resonar impetuosamente sobre la mesa como si de manera telepática enviaré ondas electromagnéticas que harán accionar la opción de colgar en el móvil de quien me solicitaba. No obstante, claramente no poseo ningún tipo de poder telepático sino más bien telepatetico, pues como es tan común en mi, en vez de afrontar mis malditos problemas, opto por ignorarlos y esperar que todo pase y se solucione como si fuera un cuento de hadas con todo y polvillo mágico.

Pero mi mamá no se iba a cansar de llamarme, de hecho, apenas empiece a notar que estoy evadiendo sus llamadas y estoy dejando que la línea se encargue de enviarla al buzón de voz, insistirá más en joderme la existencia y no desistirá hasta que al menos le haya enviado un mensaje de vuelta. Si bien, escapar de los problemas nunca es lo correcto y lo mejor era dar cara ante ellos para intentar buscarles una salida, cuando ese problema se trataba de mis padres comenzaba a desistir de aquella idea, afrontarlos a ambos era como afrontar un muro de concreto. La solución solo valía para ellos.

Junio comenzaba a acercarse, los días estaban transcurriendo de manera que casi ni te dabas cuenta, tanto la graduación como el viaje escolar de fin de curso estaban a la vuelta de la esquina, y lo único que había podido lograr hasta ahora a mi favor y para mi conveniencia era un cupón para comer gratis en Panda Express. Poco más de un mes faltaba para que me graduara y aún no estaba del todo seguro si debería de inclinarme hacia la opción sobre volver a Daegu teniendo en cuenta de que conllevaba un sinfín desventajas que si la comparábamos con las ventajas, estás quedan resagadas al final del trayecto.

Dar una buena impresión ante los medios, mostrar una imagen familiar ejemplar, fingir que estaba muriéndome de la felicidad por tener padres muy influenciales en el mundo de la política del país, puede que acompañarlos a una que otra junta laboral, mostrar apoyo al jodido partido cuando no tengo ni puta idea sobre tales gestiones y tampoco me importa una mierda conocerlas. Esas y muchas otras más conformaban el lado negativo de la opción. No obstante, luego de meditar una y otra vez con detenimiento las desventajas, pensaba en como el camino hacia mi sueño sería tan jodidamente fácil contando con los recursos que mis padres poseían a diferencia de como sería de complicado estando aquí.

Irme por el camino fácil o complicar aún más mi sueño. He allí el dilema.

Me estiré para alcanzar el móvil y deslizar el dedo por la pantalla para finalmente atender la llamada, no la llevé a mi oído enseguida porque seguramente una lluvia de improperios en medio de un grito ensordecedor me terminaría rompiendo el tímpano, así que simplemente lo miré esperando que el sonido atravesara la salida de audio del aparato y prevenirme una sordera permanente.

¡¿Por qué no atiendes el maldito teléfono en la primera llamada?! ¡¿Lo tienes de adorno acaso?! ―como era de suponerse, vociferó a todo pulmón. Mi madre se caracterizaba por tener una atorrante voz chillona la cual empeoraba cuando estaba enojada. O sea, las veinticuatro horas del día. Suspiré, pidiéndole paciencia a cual sea el Dios que me esté escuchando― ¡¿Dónde estás?!

―Yo también estoy feliz de hablar contigo tal y como lo acabas de expresar. ―si había algo que la señora Min Hyesook detestaba era que utilizara sarcasmo cuando me dirigía a ella y siempre me reprendía para que no siguiera haciendolo. Así que yo hacía exactamente lo opuesto, como de costumbre hacia sus irracionales ordenes― Estoy bien, gracias por preguntar, me fue bien en el colegio, que bueno que te preocup...-

Clown ↔ MYG ff. (terminada) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora