Clown ↔ MYG ff. (terminada) ✔️

22. as if it's our last

Pensaba que estaba lista, pero en realidad lo que estoy es nerviosa.

Demasiado.

Como nunca, joder.

Y también enfurecida, pero más nerviosa que cualquier otra emoción que existiese.

¿Qué digo nerviosa? Juro que, si estos no son los síntomas de un maldito paro cardiaco, pues no me quiero ni imaginar cómo se sentirían realmente. Tenía los nudillos de mi mano izquierda en el aire, a pocos centímetros de tocar la puerta de madera que llevaba a la habitación que Yoongi compartía con alguien más, mientras que mi otra mano estaba ocupada guardándome los preservativos en el bolsillo trasero de mi pantalón. Mierda. ¿Es saludable estar así de nerviosa? ¿No estaré induciéndome a un puto infarto a propósito? ¿Tendrán estos jodidos ataques a mi sistema nervioso una repercusión a la larga? No tengo ni la menor idea, lo único que sé a ciencia cierta es que, algo en mi cambiará a partir de hoy, eso era verídico.

¡Pero Dios, Jesús, María y José! Que no creo haber percibido semejantes nervios alguna vez en mis diecisiete años de vida, que esto ya se gana el récord y supera cualquier limite, ni siquiera cuando audicioné frente a seis críticos de la JYP que cuestionaban cada detalle de mi demostración artística con ojos de águila y sin pelos en la lengua, podría decir que no le llega ni a la cuarta parte de lo inquieta que estoy ahora mismo. ¿Así se sentirá todo el mundo la primera vez o solo soy una miedosa compulsiva?

Parte de mi estaba más que lista, preparada, decidida y confiada de esto, esa misma parte que se estaba dejando llevar por la ira que la llamada del delito por parte de la señora Min minutos atrás me había producido, estaba segurísima de sí misma para de una vez por todas avanzar con Yoongi un escalón más de lo que ya llevábamos, ese lado estaba dispuesto sin dubitaciones a finalmente, unirme con él de la única manera que nos faltaba, permitirle ser el primero en mi vida como lo ha venido siendo en todos los demás aspectos que se llevan a cabo en una relación sentimental.

Pero el lado restante estaba pensando en que quizá era una mala idea y que tal vez era el momento menos apropiado, este lado era el que se afianzaba a aquella decisión que tomé al viajar aquí y el que le perjuró hasta el final a mi madre que nada pasaría entre Yoongi y yo mientras transcurría el viaje escolar, la cual era, por supuesto, no perder el control de mis impulsos y ganar la batalla campal en contra de la peligrosa tentación y a la curiosidad por dar un paso más allá.

Sin embargo, apenas la mamá de Yoongi descolgó la llamada, básicamente sentí como todo el control que estaba llevando con sensatez y en su límite, lo perdí por completo de forma fluida y sin trabas en medio del recorrido para ser reemplazado por un sentimiento que formaba una singular mescolanza entre la furia y las ansias por restregarle en su cara que no tienen ningún jodido poder sobre mi como lo tiene sobre Yoongi...

Era ridículo y poco lógico estar pensando, meditando y analizando ahora mismo en los colosales deseos que estaba experimentando para que ella se enterara de esto, en especial por ese chantaje sobre hablar con mi jefe para echarme de la compañía si no terminaba de una vez por todas mi relación con su hijo, pero la gratificación que sentiría mi orgullo si llega a enterarse que he venido a la habitación de Yoongi a estar con él en vez de terminarle, sería jodidamente satisfactorio. Joder, que me sentiría realizada y empoderada. SI conociera las facciones de su rostro me encantaría imaginarme la expresión que pondría al darse cuenta de esto.

Si no fuera porque mi contrato en la agencia estaba en juego al igual que la carrera universitaria de Yoongi, me habría valido una caravana de mierda que se enterara, es más, iría yo misma a Daegu a decírselo en su cara si fuese posible...«Señora Min, con todo el respeto que se merece por haber dado a luz al ser más maravilloso que conozco del cual me enamoré perdidamente, haga lo que se le pegue en gana, eso no va a revertir el hecho de Yoongi y yo dimos el siguiente paso en nuestra relación en vez de terminarla, con el afán de hacerle saber a usted que nos vale un carrizo su opinión».