Capitulo 32

242 44 4
                                    

Bienvenidos a esta última batalla, entre el bien y el mal.
Blanco y negro,
Cielo e infierno.

Bienvenidos al fin del mundo.

Sentí mi poder ser expulsado de una manera grotesca.
Sentí el odio del mundo, el ardor en mi sangre brotaba como un inmenso volcán en erupción, no podía parar, verlo ahí parado con su voz de superioridad al ser el dueño de todo lo existente me hizo pensar en querer destruirlo todo, sentí los siete pecados regresar a mi.

No importa que Dios sea mi padre, no importa nada, solo importa que Lucy se encuentre bien, y ahora...

¡Ahora ella ya no está!

Su existencia debe de estar en algún lugar suspendida entre la realidad absurda.

Me acercó con fiereza al divino creador y comienzo mi ataque rodeándolo con fuego.

El lo suspende de golpe y me hace enojar más.

La furia puede conmigo, y trató de golpearlo una sola vez. Con tocarlo por un microsegundo, cambiaría la historia de la humanidad, sería la mejor oportunidad en toda la existencia.

Siento el crujir de mi cuerpo y el control por los suelos.

¡Lucy! ¡Regresa!

-Ella no regresará, por más que lo desees. La nueva era comenzará sin un mal, no importa los cambios que ustedes hayan hecho, todo se puede cambiar perfectamente.-

Gruñí.

-Yo soy el creador, puedo hacer lo que se me antoje.-

Escuche un quejido, y enseguida gire para ver de dónde provenía. Era Lucy.

Mire como se retorcía en su propio dolor, la sangre brotaba de su cuerpo. Mi fuego la cubría para poder curarla, pero algo la impedía, era una herida divina, una herida mortal para un inmortal.

Romeo. Si Romeo se da cuenta que no cuide a Lucy, me odiara por la eternidad.

-END, despierta...- su voz.

-END, despierta...- mi Lucy.

-¡END! ¡DESPIERTA!...- y grite.

Un extraño poder me embriago, sentí recorrerlo, algo inexplicable.

Gire de nuevo a ver el  cuerpo de Lucy y quede en shock.

De ella salía una extraña bruma negra. Que conectaba con mi cuerpo. Este era su poder.

Mire mi cuerpo y me sorprendió, todo volvía a la normalidad más que mis alas, pero  estas cambiaban un poco. Más filosas, más oscuras.

Más siniestras.

Mire mis brazos y pude ver cómo mis venas se resaltaban más de lo normal, las marcas del Etherias se hacían ver.

Mis sentidos se agudizaron y yo pude ver algo inexplicable.

La energía del creador. Tenía un potente color dorado.

Si bien recuerdo, aveces con dañar la energía de los humanos estos se desequilibraban. Espero tener razón.

Me dirigí con habilidad contra el.

De mi mano pude sentir como se materializaba una gran espada. De doble filo, con una empuñadura de un dragón que se enredaba en mis mano para que no pudieras escapar de ella.

Di dos estocadas dobles y pude sentir como rozaba contra el creador.

Una brecha, necesito una sola oportunidad para cambiar todo.

Una, dos, tres, no puedo. ¡Mierda!

"Calma, el momento esta apunto de llegar..."

Esa voz.

-Necesito más concentración, más poder. Dame más poder. ¡Ya!

"Te veré en el amanecer "

Alma CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora