CAPÍTULO 6: UN PLAN OSCURO
Kurt no se podía creer que Blaine se hubiera comprometido tan pronto. Apenas habían pasado cinco meses desde que habían roto y se comprometía... Después de todo el tiempo que habían estado juntos y de todo lo que se había esforzado para que fuera Anderson el que se arrodillara y le pidiera matrimonio...
Pero no, los padres de su ex no creían que fuera oportuno. Primero porque eran demasiado jóvenes y luego porque su hijo necesitaba terminar su máster... Cualquier excusa era buena para evitar ese matrimonio.
Se preguntaba si firmarían un acuerdo prematrimonial. Los dos provenían grandes fortunas y juntos podrían ser el matrimonio más poderoso del país. Con influencias políticas y empresariales, tendrían el mundo a sus pies.
Para Hummel, eso no era justo, puesto que consideraba que él merecía todas esas cosas. Por eso, se puso unos pantalones muy ajustados y una camisa azul que resaltaba sus ojos y salió de casa. Su intención era intentar reconquistar a su ex.
Le costó algo encontrar un taxi, pero no quería arriesgarse a ir en metro y que los gérmenes de ese lugar acabaran contagiándole algo o, peor aún, que la suciedad acabara manchándolo y estropeando una camisa de la última colección de su diseñador favorito.
Llegó al pequeño apartamento en el que residía Blaine y se bajó del taxi. Debía reconocer que estaba nervioso, conseguir su objetivo dependía de ser lo que su ex quería, algo que nunca se le había dado bien. Cuando no se ama a una persona, es complicado ceder para hacerlo feliz. Durante su relación se había aprovechado de la soledad que tenía Anderson y de lo necesitado que estaba de amor para llevarlo a su terreno, algo que ya no le servía.
En el momento que llamó a la puerta, se dio cuenta de que su plan tenía un fallo. ¿Y si estaba Sebastian ahí con Blaine? ¿Y si interrumpía una cita? ¿Y si era Smythe el que habría? ¿Qué haría?
Para su fortuna, fue Anderson el que abrió la puerta, mostrando su sorpresa cuando reconoció a la persona que estaba frente a él.
–Kurt... ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? –El moreno preguntó algo confuso.
–Blaine, cariño... ¿Puedo pasar para que hablemos? ¿O es mal momento? –Los ojos azules se fijaron en el anillo que llevaba en el dedo anular de la mano izquierda. Era tan perfecto que dolía. Tenía tres hermosos diamantes que brillaban por la luz, en la banda de oro blanco que era elegante y masculina. Le sorprendió mucho, era algo que le habría gustado que le regalasen.
–No es que sea mal momento... Pero no se me ocurre nada de lo que podamos hablar. –El más bajo comentó algo frío. Suponía que su compromiso con Sebastian era lo que le había llevado allí y no le agradaba.
–Por favor, sólo será un momento. –El castaño suplicó, no le gustaba hacerlo, pero estaba desesperado. Después de años esforzándose para conseguir un novio con dinero, todo se iba a la borda de la peor de las maneras y su ex conseguía el mejor partido posible.
–Está bien, pasa. –Blaine accedió. Sin embargo, no quería problemas, por lo que le mandó un mensaje a Smythe, diciéndole que su ex había llegado y pidiéndole que se pasara a darle una "sorpresa" para salvarlo. Le había contado que no quería volver con él, que había jugado mucho con sus sentimientos, pero no confiaba en su fuerza de voluntad.
–¿A quién escribes? –Kurt preguntó.
–A mi madre, me tiene que mandar una receta porque voy a cocinar mañana para Seb y necesito saber si tengo que comprar algo. –El moreno inventó rápidamente.
–¿Qué tal todo? –El castaño quiso saber.
–No finjas, por favor. Los dos sabemos por qué estás aquí. –El estudiante levantó la mano para mostrar claramente su anillo. Notó envidia y dolor en los ojos azules que tanto lo habían enamorado en el pasado.
–Han pasado solo cinco meses... –Hummel protestó.
–No tengo que darte explicaciones. Lo que Sebby y yo sentimos... –Anderson comenzó a hablar, pero fue interrumpido.
–¿De verdad estás comparando una relación de menos de seis meses con todos los años que tú y yo estamos juntos? –Kurt aparentó indignarse.
–Sí, lo voy a hacer. –Blaine se mostró firme. –Él me trata bien, me quiere, se preocupa por lo que quiero... Por una vez, no tengo que ser yo el que se esfuerza. En nuestra primera cita, vino él a buscarme y fue todo un caballero. Yo también tengo gestos hacia él... Él sabe que los dos tenemos que poner de nuestra parte para que la relación funcione.
–No estaba preparado para una relación. –El castaño intentó buscar una excusa.
–¿Y ahora sí? ¿Esperas que deje a la persona que mejor me ha tratado para volver contigo? –El moreno no salía de su asombro. Estaba viendo una cara de su ex que no había visto antes... O tal vez, no había querido ver.
–Sabes que yo te traté bien... –Hummel intentó defenderse, pero estaba desesperado y tenía que encontrar una manera de recuperar lo que creía que le pertenecía por derecho. –Pero entiendo que te cueste creerme... Por eso estoy dispuesto a sacrificarme. Si quieres, te demostraré lo que te quiero. Podemos ser amantes hasta que consiga que confíes en mí y dejes a Smythe por mí.
Anderson no podía creerse lo que estaba escuchando. Lo sentía una ofensa, él jamás haría algo así a la persona que amaba. Era cierto que Sebastian no era el dueño de su amor, pero estaba comprometido y eso significaba algo para él. Que su ex no lo supiera, le mostraba que no le importaba lo que pensara.
Para su fortuna, el timbre sonó, interrumpiendo su conversación. Abrió la puerta y suspiró aliviado al ver a su prometido, que había ido a su rescate.
–¡Sorpresa! Sé que no habíamos quedado, pero pensé que te apetecería que salgamos juntos, ya que tengo algo de tiempo... –El político comentó mientras entraba y se encontró de frente a Kurt.
Le sorprendió reconocer al hombre que había sido el novio de Blaine, entre otras cosas porque lo recordaba como un antiguo amante. Empezó a plantearse si sus encuentros habían sido mientras estaba con Anderson o durante una de las épocas en las que habían roto.
Aun así, recordaba que solo le había movido el interés. Era de esos hombres que habían compartido momentos de pasión con él a cambio de regalos. ¿Se comportaba así con Blaine y se aprovechaba de lo que sentía por él?
–Lo siento, Kurt, pero creo que será mejor que dejemos las cosas como están. Te acompaño a la puerta. –El estudiante se armó de valor y sacó a su ex de su apartamento casi de malas maneras. –Y por favor, no vuelvas más.
Cuando la puerta se cerró, la pareja decidió servirse una copa y sentarse en el sofá.
–¿Qué quería? –Sebastian preguntó preocupado.
–Quiere ser mi amante... –Blaine decidió ser sincero. –Pero no estoy interesado.
–No te culparía si lo quieres como tu amante. Nuestra relación no es de amor y eres libre en ese sentido. Solo te pido que tengas cuidado para que la prensa no te descubra y que busques a alguien discreto. –El castaño explicó con algo de dolor. No retendría al joven en contra de su voluntad. Nunca lo había hecho y no iba a empezar a hacerlo en ese momento, con la persona con la que parecía que pasaría el resto de su vida.
–No te diré que en un futuro no encuentre a alguien, pero te aseguro que no quiero a Kurt, ya no.
A pesar de la firmeza de las palabras de Anderson, Smythe se preocupó. No le importaba si tenía un amante, pero Hummel no era alguien que quisiera cerca de una persona tan maravillosa. Él si era capaz de ver la maldad en la gente y Kurt era egoísta, egocéntrico, ambicioso y narcisista. Algo que no encajaría con ser el amante de alguien importante en secreto y sin obtener un beneficio.
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Matrimonio Por Conveniencia (Glee Seblaine boyxboy)
FanfictionSebastian Smythe quiere ser político, pero para eso necesita una familia. Le encontrarán un marido que le hará cambiar su visión de la vida y, sobre todo, del amor...