CAPÍTULO 12: SORPRESA

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CAPÍTULO 12: SORPRESA

Blaine y Sebastian acudieron a una fiesta para seguir haciendo campaña para la elección del segundo como congresista. La pareja estaba conversando con todos los invitados, sonrientes y amables. Sin embargo, uno de los invitados no era del mismo partido y quería desacreditarlos. Como el político tenía mucha experiencia, sabía que sería difícil por lo que decidió intentar atacar a Anderson.

Smythe observaba como su prometido no perdía la compostura en ningún momento y que, por más que el otro intentaba encontrar algo para desacreditarlos, no conseguía nada, por lo que se dio cuenta de que había elegido el hombre perfecto para él.

Metió la mano al bolsillo del traje para tocar algo que había cogido antes de ir allí. Había planeado darle ese objeto a su pareja antes de llegar allí, pero ver como se mantenía firme y no se dejaba amedrentar conseguía que se reafirmara en su decisión.

–Disculpe... –Sebastian fue a rescatar a su chico. Miró un segundo al hombre que estaba molestando al joven y después se volvió para mirar esos ojos color avellana que tanto le gustaban –El coche nos está esperando, es hora de irnos.

–Por supuesto... –Blaine sonrió, sabiendo que le estaban rescatando, pero no le importaba irse de allí. –Ha sido un placer conocerlo.

Se despidieron de él y se dirigieron a la salida. No eran los primeros en irse y esperaban que nadie se ofendiera, pero sabían que, si se quedaban, ese hombre no iba a parar hasta que uno de los dos cometiera un error.

–Gracias... Ese hombre estaba siendo muy pesado... –El moreno comentó nada más estuvieron a solas.

–Lo sé... La política es así... Casi es más importante desacreditar a tu rival político que tener un programa útil para la sociedad. Pero no te preocupes, no le has dado ningún argumento para intentar hundirme. –El castaño lo tranquilizó mientras abría la puerta del coche para que su pareja se montara. Después fue él el que subió y se sentó junto a su pareja. En cuanto el conductor comenzó el camino, continuaron con su conversación.

–Deberíamos haber hablado de todo esto antes... ¿Y si hubiera dicho algo que no debía? –El estudiante se sintió inseguro.

–No te preocupes, no tienes nada que temer. No hay nada que pueda dañar mi reputación salvo los amantes que tuve y, aun así, todos fueron antes de la fecha en la que supuestamente tú y yo comenzamos a salir, así que no pueden acusarme de infidelidad. Además, todos consintieron y ninguno ha tenido conmigo una relación más allá de algo pasional. Ninguno ha trabajado para mí ni he podido aprovecharme de mi posición para seducirlo. Llevo desde que tenía catorce años sabiendo que quería seguir los pasos de mi padre. He tenido mucho cuidado desde entonces y a veces no me doy cuenta de que todo el mundo no ha tenido esa misma presión. –El político sonrió a su pareja y le besó dulcemente en la mejilla.

–Mi vida no ha estado exenta de presión. Con mi hermano decidiendo que quería ser actor, toda la responsabilidad de seguir con el legado de la familia cayó sobre mí. Como comprenderás, no fue fácil... –Anderson lo miró a los ojos, esperando tener comprensión.

–Bueno... Espero que esto haga tu vida más fácil. –Smythe sacó una pequeña caja de su bolsillo y se la dio a su pareja.

–¿Qué es? –Blaine preguntó sorprendido.

–¡Ábrelo! Así lo sabrás. –Sebastian rio por la inocencia del otro mientras lo observaba. El moreno abrió la caja como si fuera un niño esperando su juguete favorito.

–¿Unas llaves? –La expresión del moreno mostraba que no entendía qué le había regalado.

–Son las llaves de mi casa. Entendería que te parezca pronto para venir a vivir conmigo, pero espero que te sientas lo suficientemente cómodo para entrar y salir cuando quieras. –El castaño explicó.

–¿Pronto para vivir juntos? Nos casamos en menos de seis meses... ¿Crees que después de la boda seguiremos viviendo separados? –El más joven se acercó y lo besó en la mejilla.

–No había pensado en eso... Si quieres venir a vivir conmigo, solo tendremos que hacer algunos cambios para que la casa no sea mía sino nuestra... Y hacer hueco para tus cosas, que hasta ahora tenía yo todo ocupado por mis cosas... –El político comentó, pensando en cómo podrían hacer todas las cosas.

–Bueno, si quieres, mañana empezamos a ver qué hacemos con las cosas...

Blaine se tumbó en la cama completamente agotado. Durante las últimas semanas había ido a mirar muebles junto a Sebastian para introducir algo de su personalidad en la decoración de la casa y habían tenido que organizar todos los documentos que ambos tenían para no mezclarlos durante la mudanza, hacer limpieza, tirar cosas que ya no necesitaban, mover todas las pertenencias del moreno... Demasiadas cosas que, unidas a sus últimos exámenes, su graduación y la campaña del castaño, habían hecho que necesitara un descanso.

–¿Quieres algo para cenar? –El mayor preguntó mientras se sentaba junto a su pareja.

–Cualquier cosa que no suponga gran esfuerzo... Lo único que tengo pensado hacer es ir al salón para sentarme al sofá... Y solo si es necesario. –El moreno explicó.

–Podemos pedir una pizza y cenar mientras vemos la tele... –Smythe propuso.

–Me parece una gran idea, sabía que no me equivocaba al aceptar casarme contigo. –El más joven sonrió.

–Me alegra que pienses así. –Sebastian lo acarició suavemente en el vientre.

–Somos una gran pareja y cada vez estamos más unidos. Nuestro futuro juntos no me preocupa. –Anderson informó.

–Todavía no te he preguntado... ¿Qué vas a hacer ahora que has terminado de estudiar?

–Creo que de momento voy a centrarme en la boda... No tengo nada claro y quiero pensar bien en mis posibilidades antes de tomar una decisión. –Blaine suspiró.

–No tienes prisa. Por mucho que tus padres quieran, tienes una buena herencia de tus abuelos y puedes vivir sin problemas. Tal vez quieras montar tu propio negocio, algo relacionado con la música... Incluso, si lo deseas, podríamos comprar un teatro para que produzcas y protagonices musicales... Tú decides, entre los dos pondremos todos los medios para que cumplas tus sueños. –El castaño fue sincero, quería hacer feliz al que pronto sería su marido.

–Gracias... Eres la primera persona que cree en mí y me apoya...

La pareja se besó, cada vez era más común que tuvieran esas muestras de cariño, incluso en la intimidad. Iban a vivir juntos, a dormir en la misma casa y para eso tenían que tener plena confianza el uno en el otro. Además, el cariño que sentían era cada vez mayor y ambos se veían enamorándose a corto plazo, aunque no estaban seguros de ser correspondidos si eso llegaba a pasar...

Matrimonio Por Conveniencia (Glee Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora