CAPÍTULO 5: EL COMPROMISO

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CAPÍTULO 5: EL COMPROMISO

–Necesitamos un golpe de efecto, las encuestas dan un empate técnico en las primarias. Si ni siquiera conseguimos que seas el candidato del partido a Congresista, todo habrá sido en vano. –James Anderson comentó. Estaban en una reunión de partido, en la que preparaban la recta final para elegir al próximo candidato al congreso. En la mesa ovalada, varios hombres y mujeres discutían cómo podían ganar.

–¿Algo que se pueda prometer? –Kitty Wilde, directora de campaña de Smythe cuestionó. –Algo que cause impacto.

–No creo que una promesa electoral puede inclinar la balanza ahora. –Hunter, mano derecha de Sebastian, añadió. –La clave es poner el foco en él.

–Sólo se me ocurre una cosa, pero creo que es pronto para gastar ese recurso. –La rubia suspiró, estaba insegura, algo poco usual en ella.

–O lo hacemos ahora, o puede que no haya posibilidad de hacerlo. –Xavier intervino. Sabía que el principal problema que estaba teniendo su hijo era su juventud. Muchos de los que votarían al otro candidato, lo hacían porque creían que debía esperar. Sabía que su hijo quería ser presidente joven, no quería esperar a los cincuenta y él lo iba a apoyar.

–Bueno... Supongo que para las votaciones en el congreso podemos utilizar la boda... Sebastian... –La rubia miró al político. –Tienes que prometerte con Blaine. Tal vez... Si le pides que se case contigo en el último mitin que tenemos planeado antes de las primarias....

–¿No es un poco pronto? Blaine y yo llevamos saliendo... ¿Mes y medio? –Sebastian cuestionó, mirando a Blaine, que estaba sentado junto a él.

–La prenda nos vio en una de las primeras salidas, por lo que ellos saben que salimos desde hace un mes y medio, más o menos... Pero la última vez que me vieron con Kurt es hace seis meses, aunque sólo hace cinco que rompimos... Podríamos haber empezado poco después, por lo que llevaríamos cinco meses... ¿Sigue considerándose pronto? –Blaine intentó tranquilizarlo, si no conseguía ganar las primarias, ni siquiera sería candidato al congreso ese año, por lo que tendría que esperar más a cumplir sus sueños.

–Sería algo precipitado, pero no sería la primera pareja que se compromete tan pronto... –Xavier comentó. –¿Cuándo sería mejor la boda?

–Durante la campaña a congresista. No puede ser muy precipitada, quedaría raro y podrían sospechar... Pero tampoco tiene que llegar al día de la votación como congresista estando soltero, las personas que viven en familia suelen generar más confianza. –Kitty explicó.

–Eso nos dejaría sin luna de miel, ¿no? –Smythe quiso saber.

–No tiene por qué. Desde que se realiza la votación hasta que tomes posesión del cargo podría conseguiros unos días para que tengáis luna de miel. Cualquiera lo entendería, y después de venir empezarías a trabajar en el congreso. Eso sí, la luna de miel no sería larga... Aunque luego podrías iros más días durante vacaciones y así tener la luna de miel real y lo otro considerarlo una simple escapada. –Wilde informó.

–Por mí vale, ¿qué dices, Blaine?

Sebastian estaba muy nervioso. No entendía el motivo, sabía que Blaine iba a responder que sí a su pregunta. Sin embargo, sus manos sudaban y no podía sentarse en la silla mientras esperaba a que llegara su turno. Justo antes que él estaba hablando su contrincante, por lo que no sabía que hacer mientras esperaba su turno. No era un debate, primero uno seria entrevistado durante treinta minutos y luego el otro.

Cuando el otro terminó, se dirigió hacia donde estaba Smythe. No podía evitar darse cuenta de que el otro estaba nervioso, por eso, aprovechó para burlarse.

–¿Tan clara ves mi victoria? –El mayor cuestionó.

–No... Tengo cosas más importantes en las que pensar que en ti. Yo en tu lugar no me subestimaría. –Sebastian sonrió con malicia antes de salir para ser entrevistado.

Durante unos minutos, respondió a las preguntas, aunque miraba de reojo hacia la primera fila, donde estaba sentando Blaine. Ya había hablado con la presentadora del debate, por lo que ella sabía lo que planeaba hacer y se había mostrado muy colaboradora. Gracias a ella Anderson podía estar sentado en primera fila en vez de en el backstage.

–Señor Smythe... Quedan unos pocos minutos para concluir la entrevista. A su contrincante le he dado ese tiempo para que mandara el mensaje que quisiera, así que lo justo es que se lo dé a usted también. –La presentadora sonrió de manera cómplice.

–Bueno... Espero que después de una campaña tan dura, los votantes comprendan que hay algo que llevo días pensando hacer y no se me ocurría mejor manera de hacerlo que ahora y así poder compartirlo con todos... –El político se levantó sonriente y se dirigió hacia Blaine...

Blaine sabía lo que iba a pasar, pero a pesar de todo su corazón se aceleró cuando vio a Sebastian acercarse a él. Sabía que era el momento de poner en práctica sus dotes de actor y fingir sorpresa.

–Blaine... –El castaño agarró la mano del otro con dulzura mientras se arrodillaba. El moreno sonrió algo tímido, no sabía qué iba a decir. Esa era la única cosa que no le habían dicho. –Desde que te conocí has traído luz a mi vida, me has descubierto un mundo diferente y lo veo diferente. Eres el hombre más maravilloso que he conocido nunca y no puedo imaginarme mi vida sin ti.

Sebastian había sido todo lo sincero que había podido. Era cierto que Blaine sacaba una parte de él que no conocía. Por primera vez, encontraba sentido a querer ser mejor persona, a esforzarse por conocer a otra persona, a creer en el amor...

Desde luego, todavía no podía afirmar totalmente seguro que se había enamorado, pero había ciertas cosas que empezaba a sentir que no había sentido nunca y sabía hacia donde iba.

En el fondo, le habría gustado detener todo y temía que acabara volviéndose en su contra porque si se enamoraba y no era correspondido, iba a tener que vivir con él por el resto de su vida, algo que sería casi una tortura.

–Blaine, mi amor... ¿Quieres casarte conmigo?

Blaine se tapó la boca con las manos, fingiendo sorpresa y estar emocionado. Acabó asintiendo y diciendo "sí" mientras extendía su mano para aceptar el anillo de oro blanco con tres diamantes que le había comprado el que ya era su prometido.

Sebastian puso el anillo en el lugar que le correspondía y se levantó para fundirse en un beso con su futuro marido. El público aplaudió, realmente feliz por la pareja que acababa de compartir ese momento tan bonito con ellos, ajenos a que todo era una mentira para conseguir un objetivo, sus votos...

Matrimonio Por Conveniencia (Glee Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora