CAPÍTULO 13: LA BODA

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N/A: Muchas gracias por leer y comentar... Siento el retraso, he tenido un bajón de inspiración... Parece que ya ha vuelto...

CAPÍTULO 13: LA BODA

Blaine se ajustaba la pajarita, nervioso. Junto e él, sus padres lo observaban en silencio, elegantemente vestidos. Había llegado el gran día, en unos minutos se dirigiría al altar que habían preparado para celebrar su boda.

A pesar de todo, estaba nervioso. Sabía que Sebastian no iba a echarse atrás y no iba a dejarlo plantado a pesar de que entre ellos no hubiera amor...

Bueno, eso empezaba a estar en duda. Reconocía algunos de los sentimientos que tenía hacia el político y sabía que no era del todo sincero consigo mismo. Empezaba a sentir algo más que amistad cuando sentía los toques del otro, en su estómago empezaba a sentir mariposas revoloteando cuando se besaban... ¡Lo que daría porque esos sentimientos fueran correspondidos!

Una parte de él, quería parar esa boda y confesarle lo que sentía, para tomarse las cosas con más calma... Pero se daba cuenta de que eso no era posible y que, sabiendo lo que Smythe opinaba del amor, no iba a conseguir conquistar ese corazón.

–Ya es la hora. –La madre susurró y los tres salieron de allí.

Habían acordado que fuera su madre la que lo acompañara hasta el altar. A pesar de que era lo que los padres querían, seguían sin apoyar la homosexualidad de su hijo y por eso James no quería acompañar a su esposa e hijo al altar.

Por eso el señor Anderson entró primero en la sala, por una de las puertas laterales, y se sentó en el lugar que le correspondía. Poco después entraron el novio con su madre y en ese preciso momento, las miradas de Sebastian y Blaine se encontraron...

Sebastian no podía creerse lo elegante que estaba Blaine con su esmoquin. Llevaba días sabiendo que se había enamorado por primera vez, pero, si le quedaba alguna duda, en ese momento había sido eliminada.

Jamás había visto un hombre tan atractivo, y eso que había conocido a muchos. Esos ojos color avellana que lo miraban, brillantes y hermosos, que hacían que sus piernas parecieran gelatina, esa sonrisa tan bondadosa que conseguía que quisiera ser mejor persona... Pero no era solo su aspecto. Era inteligente, divertido, cariñoso, agradable, educado... Decían que la perfección no existe, pero él creía que podía demostrar que eso era falso.

Cuando Blaine llegó junto a Sebastian, los dos se agarraron de la mano y el castaño se agachó para besarle la mejilla. El moreno sonrió aún más, con sus mejillas con un adorable tono rosado.

–Estás muy atractivo. –El más joven confesó.

–No más que tú. –El político le guiñó el ojo de manera cómplice.

La ceremonia empezó y todos estuvieron atentos a las palabras de la persona, aunque no perdieron de vista a la pareja de novios en ningún momento. Se les veía nerviosos, aunque eran capaces de controlar los nervios y las lágrimas de emoción.

Los novios no se soltaron las manos en ningún momento, se miraban con amor y sonreían constantemente. Nadie podía sospechar que esa boda era pactada por las familias, por el bien de ambos, no por amor. Sin embargo, para ellos era imposible ocultar lo que sentían.

–Blaine, ¿quieres a Sebastian como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

–Sí, quiero.

–Sebastian, ¿quieres a Blaine como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

–Sí, quiero.

–Con el poder que me ha otorgado el estado de Washington, os declaro esposos. Podéis besaros.

Los recién casados se besaron, agarrándose con dulzura y sin ocultar su felicidad. Después de eso, comenzaron a acercarse familiares y amigos para darles la enhorabuena.

Sebastian sonrió mientras dirigía a Blaine hacia el pasillo que dirigía al comedor donde se celebraría la recepción. Por fin podían escabullirse para tener un rato a solas.

–¿Dónde vamos? –El moreno preguntó intrigado.

–Quiero que hablemos sin que nadie nos escuche. –El castaño sonrió hacia él y se acercaron a una pequeña salita donde había una televisión y cuatro sofás que parecían muy cómodos. Los dos se sentaron en el mismo, de manera que se miraban el uno al otro.

–¿Cuándo has encontrado este lugar? –El más joven quiso saber.

–He preguntado a uno de los camareros... Cuando le he dicho que quería pasar un rato a solas contigo, ha pensado que me refería a tener sexo y se ha ofrecido a conseguirnos una habitación, pero le he explicado lo que quería y me ha mandado aquí. –El mayor se encogió de hombros.

–Muy poco profesional asumir que querías tener sexo... –Anderson murmuró, algo disgustado.

–Bueno... Es uno de mis examantes, así que me conoce y sabe como soy... –Smythe se encogió de hombros.

–¿De qué querías hablar? –Blaine cambió de tema porque empezaba a notar los celos y eso no le gustaba. El otro también se dio cuenta y sonrió con suficiencia. ¿Sus sentimientos podrían ser correspondidos en algún momento?

–Quiero volver a pedirte perdón por no poder irnos de luna de miel...

–Lo sé, las elecciones son en una semana, por lo que no puedes dejar la campaña... Pero Kitty dijo que encontraría unas fechas para que podamos irnos unos días. –El moreno asintió, consciente de que era algo fuera de su control.

–Gracias por todo lo que estás haciendo por mí...

Los recién casados se besaron. No habían tenido sexo todavía, pero empezaban a sentir ese deseo en cada célula de su cuerpo. Por eso, cuando Xavier los fue a buscar porque los invitados empezaban a impacientarse, los encontró besándose con más pasión de la que cabría esperar para dos personas que teóricamente no se amaban.

–Siento interrumpir, pero van a comenzar los discursos. –El mayor informó, haciendo que la pareja se separara y lo siguiera al lugar donde se realizaba la recepción.

El primero en acercarse a ellos para dar el discurso fue James. Puso su mano sobre el hombro de su hijo y empezó a alabar a la pareja. Sebastian empezaba a tener ganas de gritar porque ese hombre no tenía derecho a decir que quería Blaine...

–Y, como regalo de bodas, he decidido entregarle la propiedad y control de Anderson's Tyre CO. Lleva años trabajando en mis empresas y está totalmente preparado para dirigir una de ellas... ¡Qué mejor regalo para los recién casados que algo que les puede ayudar a construir su futuro juntos! Al menos en lo económico.

En ese momento, Smythe se enfureció. Tanto él como su padre llevaban tiempo trabajando para que Blaine pudiera alcanzar sus sueños. Sabían que no era seguir con la empresa familiar y pensaban que era joven y podía intentar dedicarse a la música... Por eso iban a permitirle un tiempo para pensarlo, ellos iban a estar a su lado, decidiera lo que decidiese. Sin embargo, parecía que James había decidido por él... ¿Cómo podían devolverle al joven la posibilidad de elegir su futuro?

Matrimonio Por Conveniencia (Glee Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora