Sebas
«¿Por qué Alejandro no aparece?» pensé.
Ya eran pasadas las 3 y Alejandro no aparecía, esto es algo de vida o muerte, y decide no aparecer.
Escuche la puerta abrirse, lo cual se me hizo muy extraño ya que la puerta estaba cerrada, y nadie tenía una copia de las llaves de mi casa.
Agarré el bate que tenía en el cuarto y salí de el silenciosamente, baje las escaleras y me fui hacía la sala... Pero no había nadie, y ya la puerta estaba cerrada.
«Esto está peor que actividad paranormal» pensé.
Fui caminando hacía la cocina...
-Sebastian- dijeron detrás mío.
Me tense a escuchar esa voz y en mi ataque de pánico no pude reconocerla estaba decidido a volarle la cabeza y hacer un home run con ella sin importar quien estuviera detrás mío.
Me di la vuelta, y golpee a la persona con el bate, el individuo cayó boca abajo y se quedó ahí inmóvil, así que decidí acercarme para ver quien era.... Y al darle la vuelta vi que era...ALEJANDRO.
-ALEJANDRO- grité.
«Oh por Dios lo maté, maté a mi mejor amigo».
Fui corriendo al baño por alcohol, para intentarlo despertar.
Le puse el alcohol cerca de la nariz y al instante empezó a moverse.
-Sebas- dijo un poco confundido.
-Nunca pensé que diría esto, pero qué dicha que despertó- dije soltando todo el aire de mis pulmones.
-Que buen brazo tiene y ¿para qué rayos tiene usted un bate en la casa?- dijo mientras se tocaba la cabeza.
-En caso de asaltos y ¿usted cómo rayos tiene las llaves de mi casa?- dije resaltando la palabra "mi".
-Se las quité un día de éstos y le saqué copia- dijo.
-Hay que llevarlo al doctor, no vaya a hacer que esto pase a mayores...
-Pero ¿y lo de Enyell?- dijo.
-Eso puede esperar.
Nos subimos a mi moto y nos dirigimos al centro médico más cercano, nos pasaron casi de inmediato.
-¿Qué fue lo que paso?- dijo el doctor.
-Un accidente- dijimos los dos en unísono.
-Aja ¿qué clase de accidente?- dijo mientras seguía revisando a Ale.
-Bueno la verdad, estábamos jugando y sin querer le pegue con el bate en la cara- dije aguantando la risa, ya que a Alejandro se le estaba poniendo el pómulo morado.
-Bueno, vaya a que le hagan una radiografía y me la traen, para ver si no hay un daño- dijo el doctor.
Después de que le hicieran las radiografías a Ale, y el doctor nos dijera que no tenía nada, solo eran los golpes, nos fuimos del hospital.
Llegamos a mi casa y ya eran las 6pm...
-Vea la hora y no hemos planeado cómo vamos a hacer para yo poder reconquistar a Enyell- dije.
-Si usted no hubiera golpeado mi hermosa cara cómo si fuera una bola de baseball, ya estaría todo planeado- dijo.
-Si usted no hubiera entrado a mi casa, cómo si fuera un asesino serial, o un ente paranormal, no hubiera tenido que darle en su "hermoso rostro" cómo si fuera una bola de baseball- dije.
-Bueno ya, ¿qué tiene pensado hacer?- dijo.
-Bueno primero, tengo pensado tal vez cantarle nuestra canción, y darle un ramo de rosas blancas ya que solo esas le gustan... Con una pancarta atrás que diga "Perdoname, tu siempre serás el amor de mi vida"- dije serio.
-JAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJA ya Sebas se nos volvió un osito cariñoso- dijo Alejandro riéndose.
-Le estoy hablando en serio, de verdad quiero a Enyell y no la voy a perder, no esta vez- dije.
-Ay si mi amor, ven barney vamos a repartir besos y abrazos a todos- dijo Alejandro mientras se me acercaba.
-Ya, Alejandro, me va a decir ¿qué usted no haría lo mismo por Catty?- Dije.
-Bueno si ya esta bien- dijo mientras sacaba el teléfono.
-¿A quien llama?
-A Catty, ella nos puede ayudar- dijo mientras terminaba de marcar el número.
-No- dije y le quite el teléfono.
-¿Por qué?
-Por que Catty me odia, no me va a ayudar- dije mientras le devolvía el celular
-Diay obvio si te besaste con otra frente a la mejor amiga- dijo.
-No me ayude.
-Bueno, pero si en serio la quiere recuperar tenemos que hacer algo más que eso que tiene pensado.
-¿Cómo qué?- dije.
-Ven te lo contaré detalladamente.
....
Después de ponernos de acuerdo con la sorpresa de Enyell quedaba lo más difícil... llamarla, para que vaya al lugar dónde tenemos planeado que llegue.
Sabemos que con Catty no podíamos contar, entonces la situación se ponía más difícil...
-Ale, llame a Enyell- dije.
-Si ya voy- dijo.
Llamando
Enyell ( novia de Sebas)-¿Novia de Sebas?- dije, levantando una ceja.
-Si, y ushh ya debe de contestar y vea que lo tengo en alta voz- dijo.
...
-Alo- dijo Enyell.
-Enyell, hola soy Alejandro.
-Ahh hola- dijo ella, se le escuchaba triste.
-Enyell ¿qué tienes que hacer mañana?.
-Nada, ¿por qué?.
-¿Te gustaría salir?
-Pero.... A ti no te gusta Catty, lo siento yo no le puedo hacer eso, no soy de esas mujeres.
-No es por lo que crees aparte Sebastian me deforma la cara de seguro- dijo«Decidi golpear su costado cuando dijo eso»
-auch- dijo él a dolorido.
-¿Esta bien?- preguntó ella.
-Si es que me golpee en la puerta sin querer, es que no la vi- dijo, inmediatamente me volvió a ver haciéndome cara de pocos amigos-ahhhh ok- dijo ella.
- No te voy a mentir, es que quiero hablar de Catty quiero que me aconsejes para ver cómo la puedo conquistar y tú eres su mejor amiga, me podrías ayudar- dijo.
-Si es por eso, claro que si- dijo ella.
-Nos vemos mañana las 2pm- dijo él.
-Si, esta bien, hasta luego.
- Bueno.Llamada finalizada.
.....
-Todo salió bien- dijo Ale.
-Si, gracias men- dije.
-Tranquilo, ya me voy, tengo que ir a ponerle algo a este pómulo, quedé peor que Rocky- dijo.Alejandro se fue y me quede solo, mis padres llegan hasta más tarde igual que mi hermana, así que decidí subir a mi habitación.
Decidí practicar la canción que le cantaría a Enyell mañana, era nuestra canción, al cantar cada parte me recordaba todo lo que vivimos hace dos años atrás.
«No te puedo perder mi ángel, no de nuevo»
Seguí tocando la canción, por un rato más hasta que decidí acostarme, pero en mi mente aún estaba Enyell, mi brujita, mi angelita....
«Mi amor, mañana te recupero, mi princesa».
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Déjame amarte [P#2]
RomanceLuego de dos años, de que Enyell decidió alejarse de quien pensaba que era el amor de su vida, continuó su vida, esta en la mitad de su carrera universitaria, tiene nueva amistades, trabaja. Pero no hay una sola noche dónde no piense en Sebas, ese h...