Sentimientos Encontrados

Conversaciones

El día paso rápido y toco la campana, todos se dirigían a sus casa Diane y Elizabeth se fueron juntas y encontraron a Meliodas entrando a una heladería.

– Meliodas¿Que haces aquí? – pregunto Diane.

– Vine a comprar un helado eso es todo, y ustedes que hacen aquí chicas?

– Pues.. Te vimos entrar y queríamos saber que hacías – replicó Diane.

– Meliodas hoy vendrás a casa – pregunto Elizabeth.

– Si, claro pero más tarde.

– Ya veo entonces hasta luego, vámonos Diane.

– Claro, bye Meliodas – levanto la mano despidiéndose.

Diane y Elizabeth seguían caminado conversando sobre la vida hasta que llegó un punto en que Diane tenía que ir por otro camino y ahí fue donde se separaron.

Elizabeth seguía caminando hasta que llego a su casa nadie estaba solo la cocinera que la saludo para luego dirigirse a la cocina y preparar el platillo para la noche.

Elizabeth se dirigió a su cuarto quería preguntarle tantas cosas a Meliodas.
¿Como porque nunca se habían visto? En donde trabaja? Y muchas cosas mas, la tarde pasi rápido y se oyó el sonido de la puerta Elizabeth corrió rápido para abrirla y encontrarse al chico de cabellos rubios.

— Meliodas entra rápido — lo empujó por hasta llegar a las escaleras y le hizo subir apresuradamente.

— Eli, que pasa? — pregunto.

Ya habían llegado a su cuarto, Elizabeth cerro la puerta para que nadie los interrumpiera.

— Cuéntame — dijo entusiasmada. — como consiste a Diane? En que empresa trabajas?

— Bien — se acomodo en una de las sillas que se encontraban ahí y empezó a contar. — Mi padre es dueño de una de las editoriales más famosas y a Diane la conocí por King eso ya tendrías que preguntarle a él creo que eso es todo.

— Estoy decepcionada pensé que iba a ser más interesante.

— sonrió. — ¿y dime como es que nunca nos conocimos?

— Creo, que si oí hablar de ti por las chicas pero no le di mucha importancia pensé que eras arrogante hipócrita malagradecido y esas cosas.

— gota estilo anime. — pero no soy así, soy alguien responsable y que cuida de ti.

— Cierto, creo que debemos ir a cenar — Elizabeth abrió la puerta y agarro de la mano a Meliodas y bajaron juntos a comer.