Prólogo.

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En el año 2016, después de que la doctora Normani Kordei modificara el virus del sarampión genéticamente como cura para el cáncer, dicho virus muta, generando una extraña epidemia a nivel global. Una joven científica del ejército de los Estados Unidos., La teniente coronel Lauren Jauregui Morgado, queda como el último humano sin contraer el virus en Nueva York, y posiblemente en el mundo entero. La devastación de la ciudad de Nueva York comienza en el año 2013 con una serie de programas de noticias de una televisión local grabados ya hace tiempo, que dicen que la pandemia que azotó al mundo comenzó siendo una vacuna que parecía que iba por buen camino, pero que mutó provocando que al infectarse un humano o un animal se convirtiera en una criatura parecida a un monstruo o un vampiro, en el cual concurrirían los siguientes síntomas: se degeneraría a un estado primitivo y agresivo, perdería el cabello y sería extremadamente vulnerable a las radiaciones UV del sol, obligándolo a ocultarse en las sombras (cuevas, edificios abandonados.) durante el día. Al final del primer año de la infección, el 90% de la población humana del planeta murió a causa de la infeccion. Un 9% resultó infectada, pero que en vez de morir se convirtió en esas horrorosas y temibles criaturas, mientras el resto (unos 12 millones), que era inmune al virus, fue perseguida y asesinada por quienes estaban infectados, o se suicidaron debido al aislamiento del mundo exterior.
Tres años después del brote, la científica Lauren Jauregui teme que pueda ser el último humano en su país, o quizás en el mundo. En una parte de Manhattan que carece de todo rastro de humanos, Jauregui vive una vida rutinaria y aburrida en la que destina su tiempo a investigar curas para el brote del virus que destrozó a la humanidad y tomar suministros para pasar las duras noches de ruidos de los 'monstruos' y soledad, y sólo cambia el plan si un día le surge la idea de ir a cazar ciervos por Wall Street o jugar al golf en el puerto de Manhattan. Todos los días emite en toda la banda de AM mensajes grabados en los que pide por favor que si hay algún otro superviviente se reúna con ella cuando el sol está más alto en South Street Seaport. Unos pequeños recuerdos la hacen estremecer al recordar como su ex mujer Lucia Vives era atacada y comida viva por los monstruos que entraron a su casa y ella no pudo hacer nada por ayudarla, solo sobrevivió su pequeña hija que luego murió en un accidente de helicóptero durante la evacuación de la isla. Solo se puede relacionar con su perra Charlotte que la acompaña para no volverse loca en la vacía ciudad conversando con maniquíes y animales que encontrara.

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