Ganas de ti.

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Acabó la película y al parecer Camila tenía sueño, eso eliminó toda mi esperanza en lograr algo hasta que noté la manera en la que Camila miraba mi miembro que como consecuencia de las miraditas de Camila ya estaba erecto y listo para ella, mordió su labio intentado ser disimulada, pero no fue lo suficientemente disimulada como para que yo no la notara, no hacía falta hablar para hacernos saber las ganas que nos teníamos.– Lauren... ¿qué quieres hacer? –habló ella capturando mi atención de inmediato.– Camila, tengo ganas de ti esta noche. – no hizo falta decir más nada y nos fundimos en un beso apasionado, poco a poco Camila se fue acomodando encima de mi cuerpo, pero me di la vuelta dejándola debajo de mí, fui bajando con mis besos por su cuello hasta llegar a su top que me estaba molestando, lo quité con suma delicadeza y lo lancé a algún lugar de la habitación, comencé a besar sus pechos por encima de la tela de su bra hasta que no aguanté más y retiré su brassier para ahora si poder besar y comerme sus pechos como tanto deseaba hacerlo, me encargué de disfrutarla y de hacerla disfrutar, succionaba sus pezones, besaba y mordisqueaba mientras oía sus deliciosos gemidos que eran como música para mis oídos, ella aferraba sus manos a mi cabeza haciéndome saber que le gustaba lo que estaba haciendo, fui bajando nuevamente con mis labios y mi lengua hasta que me topé con el botoncito de su short que no aguanté ver y desabroché con mis dientes, bajé su pequeño shortcito junto con sus braguitas de bananas al mismo tiempo, ella era totalmente adorable. Me alejé de su cuerpo para quitar mi camisa y para admirar su precioso cuerpo al desnudo ante mi, era realmente preciosa, tenía un cuerpo de maravilla y un rostro que encantaría a cualquiera y la tenía frente a mí, para mí. No quise hacerla esperar más y con mis manos separé sus piernas, llevé mi mirada a su rostro y sus mejillas estaban sonrojadas.– Eres hermosa, no tienes nada de que avergonzarte.– hablé calmándola y luego llevé mi vista a su feminidad pasando mi lengua por mis labios, me acerqué a ella y comencé a dar besos, abrí sus labios y besé su clítoris sintiéndola estremecerse bajo mi cuerpo, no me resistí, saqué mi lengua y la pasé a lo largo desde su entrada a su clítoris. Camila gemía, mas bien gritaba ya que sus gemidos estaban bastante altos, lamía y chupaba como si de su boca se tratase.
(Narra Camila)
Lauren estaba haciendo maravillas con su lengua en mi feminidad, me estaba matando y a pesar de la vergüenza que sentía no podía parar de gemir, me estaba haciendo sentir como nunca me sentí antes, tras minutos de haberse estado comiendo mi feminidad y hacerme correr en su boca subió a la mía y me besó haciéndome sentir mi propio sabor. Tenía que hacer algo por ella y no me faltaban ganas, me moría por hacerlo por lo tanto bajé de la cama y me arrodillé, ella de inmediato comprendió y se acomodó, bajé su pantalón y su bóxer al mismo tiempo y vi su miembro salir totalmente duro y erecto frente a mi rostro, lamí mis labios y lo tomé con mi mano para luego meterlo a mi boca, sus mando fueron a mi cabeza y enredó sus dedos en mi cabello, empujaba mi cabeza hacia abajo haciéndome adentrar aún más su miembro dentro de mi boca, me daban pequeñas arcadas pero no fue algo que me importara por lo tanto continué y ella no tardó nada en comenzar a mover sus caderas contra mi boca así como yo lo hice cuando ella se encargaba de mí, tras unos 3 minutos ella se corrió llenando mi boca de sus fluidos calientes y los tragué con gusto. Lauren me tomó y me acomodó en la cama para después subirse nuevamente encima de mí y con su mano guió su miembro a mi entrada y se adentró en mí sacándome un alto gemido.
(Narra Lauren)
Estar dentro de ella se sintió el paraíso, comencé a embestirla lentamente para poco a poco ir aumentando la velocidad en la que la penetraba, en cosa de minutos ya la penetraba rápidamente mientras ambas soltábamos altos gemidos. Camila clavaba sus uñas en mi espalda y arañaba mientras que movía sus caderas contra mi miembro buscando sentir más placer y de vez en cuando se apretaba alrededor de mi miembro matándome cada vez que hacía eso, se sentía jodidamente bien. Continué embistiéndola y ella se corrió violentamente arqueando su espalda y sus piernas comenzaron a temblar, pero aún faltaba yo y di unas cuantas embestidas más y me corrí dentro de ella.
Nos tomamos nuestro tiempo en calmarnos y poder respirar con tranquilidad, decidimos ir al darnos una ducha, pero alguien despertó de nuevo y acabamos teniendo relaciones una vez más en la ducha y quiso tener ella el control por lo tanto se lo di por un tiempo hasta que terminé cogiéndola contra la pared.
Una vez listas nos secamos, nos vestimos y nos fuimos a acostar, esa noche fue muy distinta ya que nos despedimos con muchos besos y nos dormimos más abrazadas que nunca.

Soy Leyenda (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora