Una nueva vida.

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Las horas junta a Camila se pasaban volando, fue muy lindo despertar con alguien a mi lado, me quedé unos minutos viéndola cuidando de que no despierte, acaricié suavemente su cabello y luego me levanté, preparé un desayuno rico para ambas, unos waffles con miel y nutella, dejé todo preparado y fui a bañarme, estaba en pleno baño cuando la puerta se abrió y rápidamente tomé la toalla cubriéndome, era Camila.– ¡Dios! Perdóname, no quise mirar, te juro, ya salgo, ya salgo. –Habló muy rápido como para haberle entendido claramente qué dijo exactamente, pero decidí finalizar mi baño para que ella pudiese bañarse también y comenzaría a ser más cuidadosa para que no se entere del pequeño secreto que me traía ahí abajo y no se asuste. Salí con la toalla envuelta en mi cintura y mi bra ya puesto, dejé que pase al baño haciéndole una seña con mi cabeza, ella solo asintió sonrojada y pasó al baño.
Una vez que bajó se veía muy linda, traía un bonito vestido blanco, le indiqué que se siente en su lugar y le serví como lo merecía, pude notar que ella no dejó de mirarme en ningún momento, cuando acabé me senté y ya que ninguna hablaba decidí sacar tema de conversación.– ¿Te gustó el desayuno? –Dije alzando mi vista hacia ella y ella asintió.– Sí, está buenísimo, muchas gracias. –Respondió regalándome una bella sonrisa. Terminamos de comer tras haber cruzado muy pocas palabras, pero muchas miradas, decidí subir a tomar una siesta y ella subió detrás de mí.
(Narra Camila)
Podría jurar que vi algo anormal en Lauren cuando entre al baño, no podría pensar que era una tercera pierna porque me estaría volviendo loca, pero tampoco podía pensar que era... eso que tienen los chicos, nunca me llamó la atención algo así y es que no tenía idea de que eso existía, pero ya se estaba generando una gran curiosidad en mi mente y muchas cosas se creaban en mi imaginación. En cuanto ella subió a dormir una siesta subí detrás pensando que podía averiguar algo de esa manera, pero nada, mejor esperaría hasta más tarde para preguntarle qué sucedía.
Me recosté a su lado y le pedí que se gire. –Hey, estás extraña conmigo hoy, ¿sucedió algo? –Le pregunté en un tono bajo y calmado esperando lo mismo de ella pensando que podría estar enojada conmigo por haber entrado al baño.– No sucede nada, creí que tú estabas molesta conmigo ya que a penas cruzamos unas palabras en el desayuno. –Ella se alzó de hombros y acomodó su cabeza sobre la almohada y yo imité su acción.– Hay algo que me gustaría saber de ti, espero que no te moleste o no te incomode. –Advertí a cerca de la pregunta que iba a hacer para no tomarla por sorpresa, dudo que ella se imaginara que la vi.– Claro... pregúntame lo que desees. –Al tener su consentimiento de hacer la pregunta lo hice tratando de esquivar la vergüenza que sentía.– Tú... ¿Tú tienes una cosa ahí abajo? –Pregunté con timidez y su expresión cambió drásticamente y ahí fue cuando pensé que la cagué, pero luego su expresión pasó a diversión y mis mejillas comenzaban a tornarse color carmín.– Camila, espero no asustarte... soy una mujer intersexual, tengo un miembro masculino, eso es lo que viste, no pienses que estás loca. –Ella contestó dejándome impactada, nunca había visto, ni oído algo como eso aún así siendo cirujana, nunca traté con personas así. –Eso es impresionante... –Admití boquiabierta ante la situación a lo cual ella simplemente río.– Es extraño, lo sé, tal vez algún día puedas observar. –Dijo y abrí mis ojos como platos mientras ella se echaba a reír a carcajadas, de seguro mi rostro era un tomate y me escondí en la almohada.– No gracias... –Murmuré a penas y luego le dije que era mejor dormir cuando comencé a sentir cansancio y estuvo de acuerdo con eso, no me di cuenta cuando mis brazos se abrazaron a su cuerpo para dormir, lo descubrí cuando desperté apegada a ella.

Soy Leyenda (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora