Tal parecía que Joel se había vuelto a enojar, por el simple hecho de que Erick no le había tenido confianza como para darle su dirección, el rizado quería que ese chico confiara en él, quería ayudarlo en lo que fuera posible, pero ese chico no ponía las cosas fáciles, y estaba comenzando a cansarse de su comportamiento.
Al encontrar a sus amigos, pidieron una botella, se sentaron en los sofás del fondo, Erick en un extremo y Joel en el otro, así no tenías que jugar con sus miradas, la botella se terminó a los quince minutos y pidieron otra.
Joel solo miraba a una de las chicas que se encontraban en la pista de baile, y ella se había percatado de su acosador, ese chico sabía cómo poner nerviosa a una mujer con tan solo su mirada fija.
Las chicas murmuraban cosas entre ellas y después reían, eso ponía nervioso al mexicano, pero no abandonó su postura, la siguió atacando con la mirada.
- ¿Joel? – preguntó Johann moviéndolo, le habían hecho una pregunta y este no había contestado.
- ¿Si? – preguntó mirándolo.
- ¿Pediremos otra botella o ya quieres irte a la habitación? – repreguntó.
- Pide otra botella, yo pago. – sacó su billetera y dejó un billete de doscientos en la mesa.
- Perfecto. – dijo Yoandri tomándolo, se puso de pie y caminó hasta la barra.
- ¿Por qué no bailamos? – preguntó Johann mirando al ojiverde.
- No sé si Joel quiera. – dijo tímido.
- Estoy un poco cansado, será para la otra. – respondió.
- Hola. – dijo una chica frente a ellos, era una de las chicas que bailaba, pero no la que Joel acosaba con la mirada.
- Hola. – dijeron los tres al unísono.
- Dice una de mis amigas que, si no quieres bailar con ella, es algo tímida. – dijo la chica mirando al rizado.
Joel sonrió ante tal propuesta y se puso de pie.
- Por su puesto. – contestó.
La chica sonrió al igual que el rizado y ambos caminaron a la pista de baile, ni siquiera se preocupó por ver las reacciones de Johann y Erick, simplemente los había dejado ahí, boquiabiertos y a Erick con un nudo en la garganta.
- Se suponía que estaba cansado. – susurró Erick lo más bajo posible evitando que Johann le escuchara.
- ¿Y Joel? – preguntó Yoandri llegando hasta la mesa con botella en mano.
- Bailando. – gruñó el ojiverde.
- ¿Escucho celos? – preguntó el otro cubano sentándose a su lado.
- Obviamente no, Yoandri, sabes que me gustan las chicas. – dijo tomando un vaso con hielo.
- Claro. – balbuceó Johann alargando la "a" – pero hay sus excepciones. – sirvió alcohol en su vaso.
- Nosotros creemos que quizá sientas algo por él. – comentó el chico Cabrera.
- Es una locura. – bebió completamente de su vaso. – estoy aburrido, es mejor ir a casa. – finalizó poniéndose de pie.
- Erick, ¿Es enserio? – preguntó el ecuatoriano imitando su acción. – quédate, no hablaremos más del tema si eso quieres.
- De verdad me tengo que ir. – dijo mirando a Yoandri. - tu entiendes, ¿no?
- Por supuesto, nos vemos en clase. – sonrió.
Erick se despidió con la mirada de ambos chicos y caminó atravesando la pista de baile, rumbo a la salida.
- Debe ser duro para él. – dijo Johann vertiendo hielos en su vaso.
- Lo ayudo todo lo que puedo, pero a veces no le alcanza el dinero que gana, las medicinas son cada vez más caras. – argumentó el menor con una mueca.
- Me lo imagino, hazle saber que, si necesita más ayuda, no importa si es económica, dile que cuenta con mi apoyo, sin importar que. – contestó Johann sonriente.
. . . Un minuto antes . . .
Joel sudaba hasta mas no poder, hace tiempo no bailaba de esa manera, y hace tiempo que una chica no le bailaba de esa manera, cada que sonaba una canción de reggaetón provocadora, ella pegaba su cuerpo contra la entrepierna de Joel, y eso de alguna manera le excitaba bastante (No sean heterofóbicas >:v ), dicho placer se terminó en cuanto vio a Erick pasar por su costado sin dirigirle la palabra.
- Tengo que ir al baño. – dijo Joel excusándose con la chica.
Llegó hasta Erick en la salida, y lo jaló del brazo llevándolo de vuelta al antro.
- ¿A dónde ibas? – preguntó Joel con voz agitada.
- A casa. – contestó seco. – no sé qué hacer en este lugar.
- Pues bailar conmigo, tonto. – rio subiéndolo a la pista de baile.
- Estabas bailando con esa chica, no seas grosero y ve con ella, la dejaste esperando. – trató de zafarse del agarre del ojimarrón.
- Puede esperar, encontrará a alguien más. – respondió.
- Entonces no seas un patán. – replicó. – estabas bailando con ella, cuando minutos antes me hablabas sobre lo que sientes por mí, debes decidirte.
- Conseguí ponerte celoso, ¿no es así? – sonrió por el comportamiento del menor. – es lindo.
- No estoy celoso. – desvió su mirada de la de Joel.
- Admítelo, cuando me viste bailar con ella deseabas ser ella.
- Ella desearía ser yo en este momento. – contestó ahora siguiéndole la corriente.
Joel solo rio ante ese comentario y sin previo aviso se acercó a los labios del ojiverde y los besó, sin importarle que todos vieran esa escena, Erick sin embargo estaba nervioso, no paraba de pensar en la idea de que en ese antro se encontrara alguien que lo conociera, pero al sentir la calidez de aquellos labios aferrarse a los suyos, se dejó llevar.
Enredó sus brazos en el cuello del mayor y profundizó ese beso que antes ya era apasionado.
- ¿Te veo el próximo fin? – susurró apenas se perdió el contacto de sus labios.
- Lo espero con ansias. – susurró de igual manera.
Joel acompañó al cubano hasta la salida y se despidieron con un choque de puños, entonces Joel decidió ya no entrar, si no dirigirse al hotel para descansar.
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