NARRA JOEL PIMENTEL
... Mi Celular ...
Yo 23:19 : Bonita noche, niño de ojos verdes.
Er Colón 23:25 : Hola, Joel. ¿Cómo estás? ¿No es muy tarde?
Yo 23:26 : Que seco, estoy bien, espero tú también, bueno si, pero quería recordarte nuestra cita de mañana, espero no la hayas olvidado.
Er Colón 23:34 : Lo siento, si he estado un poco estresado, han sucedido algunas cosas que me han tenido pensando mucho y por supuesto no he olvidado nuestra SALIDA de mañana.
Yo 23:35 : Si... bueno, solo te mandaba mensaje para eso, a las 16:00 hrs te veo en aquel café. Descansa Erick.
Er Colón 23:45 : Descansa Pimentel.
Había esperado diez estúpidos para un espantoso "Descansa Pimentel", de seguro andaba en sus días, pero no tenía por qué desquitarse conmigo, en fin, tomé mis mantas y me cubrí con ellas, poniendo una alarma para que me despertara a tiempo.
Debido a que eran vacaciones de verano, mi cuerpo ya estaba acostumbrado a despertar a las 12:00 del día y es fastidioso cuando tienes compromisos, además de que el camino es largo.
Cerré mis ojos con aquel dolor en el pecho, Erick sabía cómo dejarme inquieto, cosa que ninguna chica había logrado en mi antes, ni siquiera sabía porque después de su comportamiento yo seguía detrás de él.
Soy el tipo de persona que cuando le dicen un firme y sólido "NO" lo manda todo a la mierda y deja de insistir, pero creo que esa técnica no iba bien con ese cubano ingrato.
Cuando por fin estaba conciliando el sueño, el celular comenzó a vibrar, provocando que un fuerte gruñido retumbara de entre mis labios.
Encendí el celular, haciendo que toda esa luz blanca pegara en mi rostro, provocando que mis ojos se entrecerraran. "Tienes un mensaje de Er Colón", al ver su nombre en la pantalla, inmediatamente la desbloqueé y entré a mi bandeja de mensajes.
Er Colón 00:12 : Seguramente debes estar durmiendo, pero quería preguntar ¿Qué tanto tardaremos en esa salida?
Al leer eso y la palabra "Salida" rodé mis ojos con frustración y comencé a escribir.
Yo 00:13 : Posiblemente lleguemos de madrugada, pero no te preocupes, te llevaré a casa.
Er Colón 00:23 : Vale, muchas gracias, disculpa si te desperté. Duerme bien.
Visto a las 00:24.
Apagué mi celular plantándole el visto, pues digo, si se trata de hacer cabrear a alguien, la mejor manera es dejarla en visto.
- Nunca falla. – susurré sonriente volviendo a dejar el aparato bajo mi almohada.
NARRA ERICK BRIAN COLÓN
Miré esas dos molestas palomitas azules y bufé saliéndome del chat de Joel, odiaba que me dejaran en visto, busqué entre mis contactos a mi mejor amigo y comencé a mensajearlo, con suerte seguiría despierto.
... Mi celular ...
Yo 00:25 : Yolanda.
Yoyo Cabrera 00:26 : Ericka, ¿Por qué despierto tan tarde?
Yo 00:26 : Necesitaba pedirte un favor, mañana saldré con Joel y llegaré tarde a casa.
Yoyo Cabrera 00:28 : ¿Necesitas que la cuide?
Yo 00:28 : Si, no me gusta dejarla sola mucho tiempo, ¿me harías ese favor?
Yoyo Cabrera 00:30 : Sabes que sí.
Yo 00:31 : Muchas gracias amigo, llego a tu casa a las 15:30, ¿sí?
Yoyo Cabrera 00:32 : Está perfecto, ahora cállate y déjame volver a dormir.
Yo 00:34 : Lo haré, lo siento y descansa.
Apagué mi celular, estiré mi mano jalando el cordón de la lámpara y la apagué, entonces decidí dormir.
Al despertar entré directamente a mi bandeja de mensajes de entrada encontrándola vacía, Joel se había conectado hace dos horas y no me había enviado un mensaje de buenos días como acostumbraba, no tomé importancia y me levanté para preparar el desayuno.
NARRA JOEL PIMENTEL
Volví a revisar mi mochila y llevaba todo lo necesario para esa tarde como dinero, bebidas energizantes, algo de ropa, pero aun así sentía que algo me faltaba.
- Por supuesto. – dije recordándolo. – mapas.
Caminé hasta mi escritorio y sacudí todos los libros, hasta encontrar el mapa, lo metí a la mochila y bajé a la sala en donde se encontraba mi madre.
- ¿A dónde vas tan arreglado, Pimentel Joel?
- Sabes a donde voy mamá. – sonreí mientras me acercaba a ella.
Me acerqué a ella y la miré por un buen rato, ella sabía que iba a pedirle algo así que puso una cara de interrogación.
- Lavaré los trastos, y limpiaré la casa por una semana, solo si dices un inofensivo sí. – dije con un puchero.
- ¿A qué tengo que decir sí? – no dejé de mirarla ni por un segundo, cada que hacía esos gestos sabía lo que yo quería. – Oh no, no, no y no. – negó.
- ¿Por favor? – hice mi puchero más convincente.
- ¿Prepararás la comida una semana? – enarcó la ceja.
- Trato hecho. – estiré la mano.
- No quiero destrozos. – dijo entregándome las llaves.
Sonreí victorioso y fui rápidamente a la cochera, subí las cosas al auto y salí en dirección a la ciudad en donde vivía Erick, con una hora antes de nuestra "salida", pobre e inocente Erick.
NARRA ERICK BRIAN COLÓN
Después de pasar a casa de Yoandri, me dirigí a pie hasta el café en donde vería a Joel, esperé cinco minutos antes de que llegara Joel en un auto.
- ¿Tuyo? – pregunté subiéndome.
- Obviamente, ¿ahora soy más interesante? – preguntó acercándose a mí.
- Sigues siendo el mismo chico lindo. – dije esquivando sus labios, para besar solo su mejilla. - ¿A dónde iremos?
- De excursión, a tres pueblos de aquí, créelo, será divertido. – contestó sonriente.
- No preguntaré más. – me coloqué el cinturón y entonces salimos de ese lugar.