Hooked By Him |Harry & Mal|

Capítulo 41: Espejo Mágico

-Disculpe los daños en la habitación...- Harry se disculpa antes de pagar extra por lo de la cama rota.

El joven se nos queda mirando y yo me sonrojo de la vergüenza.

Él solo se ríe.

Salimos del hotel y ya todos nos esperan en el auto.

Harry le pidió a Jay que manejara. Se sentía demasiado cansado al igual que yo así que ambos nos fuimos a los asientos de atrás a dormir un poco.

-¿Por qué tardaron tanto?- Me pregunta Evie mientras cierra la puerta.

-Eh... pagábamos la reparación de una cama- Respondo recostándome en el hombro de Harry.

-¡¿Qué?!- Escuchamos a todos exclamar.

-Eh... pues las camas eran una porquería. Se rompió mientras dormíamos- Miento y Harry sonríe.

-Si, se nota... se nota que durmieron mucho- Jay se ríe y empieza a arrancar el auto.

Harry y yo nos reímos

***

Me sobresalto de repente al sentir el auto detenerse de repente. Harry también se despierta y se revisa la camiseta que está babeada por mi.

-Je... lo siento- Me disculpo y él solo me sonríe.

-¿Jay? ¿Por qué te detienes así?- Pregunta Evie.

-Las puertas de Arendelle... están cerradas- Nos avisa y todos nos ponemos alerta.

Salimos del auto y nos acercamos a las enormes puertas. Esto es malo, ya sabemos como se pone la Reina en cuanto a estas cosas de seguridad del pueblo.

-Joder... hacer frío ¿no?- Me quejo.

-La Reina ha de estar preocupada por todo esto... se dice que una vez tuvo tanto miedo que congeló al pueblo entero en verano como si fuera el invierno más denso- Evie se acerca a las puertas.

Las puertas se abren y nosotros retrocedemos.

Sale una mujer joven y pelirroja acompañada de guardias.

-Bienvenidos a Arendelle... ¡Oh, ustedes son los chicos villanos!- Se sorprende- Bueno, si son chicos, pero no villanos, aunque sus padres son los mas temidos, pero... ¡Oh, Rey Ben y Princesa Audrey!

-Hola Anna- Ben saluda.

-¿Qué les trae a Arendelle?- Pregunta Anna por fin.

-Traemos esta carta de mi padre... necesitamos hablar con la Reina sobre... sobre el espejo mágico.

Los guardias en ese momento se ponen en guardia y no apuntan con lanzas.

-¡No tenemos permitido hablar de eso!

-¡No dejaremos que la descendiente de la Reina Malvada se acerque a ese espejo!- Evie se indigna.

-¡Chicos! ¡Chicos! ¡Cálmense!- Anna los tranquiliza- Ellos son de fiar, ya salvaron a Auradon... ¡dos veces creo!- Exclama.

Los guardias descansan, pero no nos quitan la vista de encima.

-Bueno, verán...- Anna se pone incómoda- Deben estar consientes de que... a la Reina Elsa no le va a gustar esto... aparte, el espejo no está completo.

-Estamos consientes, pero necesitamos ese espejo... y nosotros tenemos la pieza faltante- Evie levanta su espejo.

Anna nos mira y hace una seña para que entremos.