EL POETA DE LA MUERTE

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Soy el poeta de la muerte,

quien describe con su pluma sangrienta

la crueldad en sus versos inertes;

quien los declama sin pelos en la lengua,

aunque éstos, causen afrenta

o se enreden como firmes trenzas

en mi cólera, que de a poco, mengua.


Soy el mensajero del terror,

con mi boca desbordada de espanto,

espanto que vivo con odio y dolor

de inocentes que pagaron culpas,

víctimas que claman justicia en mi canto.

Yo me hago eco de su triste llanto,

que sólo llega a conciencias cultas.


Soy la voz, el verso, la palabra

de aquello que se diluye en el silencio,

la amarga indiferencia que taladra,

la pena escarchada en la memoria,

lo que nadie quiere oír, el suplicio,

la incómoda verdad ante el prejuicio,

la página oculta de la historia.


Soy el riff cargante de la conciencia,

el que te ensordece con su crudeza,

quien replica tu fría complacencia

con la injusticia que te pervierte.

Soy aquel, carente de sutileza,

que se expresará con total franqueza;

soy, sin más, el poeta de la muerte.

DE AMOR Y DE MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora